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Escuelas de Comunicaciones critican duramente a WOM, La Cuarta y Morandé con Compañía: «La comunicación sexista nos violenta»

Por: El Desconcierto | Publicado: 08.03.2017
Escuelas de Comunicaciones critican duramente a WOM, La Cuarta y Morandé con Compañía: «La comunicación sexista nos violenta» sexista |
En una declaración pública, los centros de estudiantes de Periodismo de la Universidad de Chile, la Católica y la Adolfo Ibáñez cuestionaron el sexismo en publicidad y medios chilenos. «Avanzaremos hacia el lado opuesto de La Cuarta, Las Últimas Noticias, The Clinic, Cristal, Clorinda, WOM, Luchetti, Morandé con Compañía, Nessun Dorma, Así somos, reality shows y gran parte de la parrilla programática», señalan en la misiva.

Todos los días, a toda hora y por todos los medios, recibimos series de mensajes que, de una u otra manera, subordinan, cosifican y estereotipan a la mujer. Vivimos en un régimen de la mujer objeto, reproducido por la prensa, los programas de televisión y la publicidad.

Es cuestión de sentarse un rato a ver la tele: un comercial de La Polar en que un niño fotografía a escondidas a chicas en ropa interior; bellas panelistas que las invitan una y otra vez a darse “una vueltita” mientras enfocan sus curvas en primerísimo primer plano; paneles de discusión en que las invitadas son invisibilizadas y que finalmente se vuelven un Club de Toby más de la televisión chilena. Un programa más creado por y para hombres.

Y es que pareciera que se nos restringe el acceso a la opinión y al debate, problema que también se refleja en programas como Estado Nacional (TVN) o el mítico Tolerancia Cero (CHV). Aquí la proporción es tan baja como en el caso de columnistas mujeres en los medios de comunicación tradicionales.

Nos han marginado de la discusión para convertirnos en cuerpos vacíos pero perfectos; en un símbolo de sumisión, de erotismo, de lo doméstico y lo superficial. Porque cada vez que se reproduce un comercial de WOM o de un artículo de aseo como “el mejor amigo de la mujer de hoy”, retrocedemos en el tiempo, como si los creativos de las grandes compañías hicieran oídos sordos a nuestras luchas.

Esta realidad, dominada por el machismo, el morbo y el sensacionalismo, se vuelve imposible de ignorar. Todos estos valores, ideologías y costumbres calan hasta lo más hondo de la sociedad y es esta situación la que nos rehusamos a naturalizar; es la que venimos a repudiar y a combatir. Porque, como futuras comunicadoras, tenemos la posibilidad de revertirlo y echar las cartas a nuestro favor.

El lenguaje está vivo y ha dejado huellas en nuestros cuerpos porque en él también se manifiestan las desigualdades de género. Es por eso que buscamos incluir a las mujeres en el lenguaje, porque somos más de la mitad de la población, pero se ha ignorado nuestra libertad para imponernos valores heteronormados con los que no estamos conformes.

No somos periodistas que le servirán al editor para sacar cuñas o para burlarnos de los femicidios; no somos directoras de cine que seamos excepción a la regla dentro un círculo cerrado para ellos, ni publicistas que nos reducen a un cuerpo que lejos está de ser empoderado.

Dentro de nuestro mundo, el de las comunicaciones, tenemos la posibilidad abrir un campo de disputa. Bien diría una de nuestras profesoras de  “quien tiene el poder, tiene la palabra” y sabemos que una sociedad patriarcal la definición de la realidad tiene su correlato en la misoginia y el sexismo.

Desde nuestra vereda, podemos realizar diferentes acciones. A partir de nuestra formación y ejercicio profesional podemos proponer la inclusión de una perspectiva de género en nuestras mallas curriculares hasta participar como agentes claves en las decisiones editoriales. En lo cotidiano, a través del uso de un lenguaje inclusivo y de la articulación de medios alejados del sensacionalismo y la misoginia, que problematicen en torno al género.

Avanzaremos hacia el lado opuesto de La Cuarta, Las Últimas Noticias, The Clinic, Cristal, Clorinda, WOM, Luchetti, Morandé con Compañía, Nessun Dorma, Así somos, reality shows y gran parte de la parrilla programática de los medios chilenos. Sin embargo, para lograr una comunicación libre de machismo, también es necesario que nuestros compañeros, compañeras y futuros colegas se cuestionen sus tratos y vocabularios con la misma carga que rechazamos. Porque nuestra ideología y experiencia cotidiana también afecta a la comunicación social que construimos.

Hoy vemos en el lenguaje y la comunicación una herramienta de cambio destinada a la emancipación de los diferentes ámbitos de nuestra vida.  Por eso, combatiremos los estereotipos y fomentaremos la diversidad de cuerpos, sexualidades y bellezas, hasta que, algún día, la comunicación ya no nos violente.

CECO, Universidad de Chile
CECOM, Universidad Católica
CEPAI, Universidad Adolfo Ibáñez

El Desconcierto