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Elogio de Beatriz

Por: Fernando Balcells | Publicado: 08.04.2017
Elogio de Beatriz beatriz sanchez |
La candidatura de Beatriz no es la de don Francisco. No estamos ante un personaje popular del sentimentalismo de farándula. No estamos ante un personaje vacío que puede ser llenado con las expectativas de quien quiera que lo apoye. No estamos ante un apático político ni a un indiferente ético. Estamos ante una mujer jugada y que se ha hecho conocida y apreciada por sus posiciones en favor de la gente y -esto es igual de importante-, por su postura en contra de los abusadores.

Me enamoré de Beatriz por su voz. No de su voz sino de ella por medio de su voz. Era una voz de ideas claras. Una inteligencia alerta y alegre que sugería a una gata madura y curiosa enviando a rodar el ovillo de una conversación en la que el asombro todavía tenía lugar. Una voz segura y modesta, interrogativa en el extremo contrario de la voz del inquisidor que pregunta incesantemente para escucharse a si misma en un espejo sonoro. Era una voz retraída que dejaba hablar al entrevistado y lucirse a su socio radial.

La sonrisa de Beatriz tiene la mayor importancia cuando no se la ve sino que se la intuye. Por años, el encanto radial no tuvo cuerpo. Verla finalmente fue descubrir a una mujer tan chilena que me hizo evocar la sonrisa, el peinado y la vitalidad de Josefine Baker. Cosa de viejos, como leer libros antiguos: Beatriz lleva en sus ojos al amor y embellece lo que mira. Ella entra en escena para darle al Dante la altura de una sabiduría amorosa sin la cual la vida nueva no alcanzaría su forma.

Beatriz no ganaría nada si mi presentación fuera depurada de su romanticismo. Ella representa el llamado  del amor en la obra y le da un lugar entre el cielo y la tierra. Ella entra en el mundo de la política como balance y punto de articulación entre la política práctica y las ideas que deben hacerse un camino en las instituciones.

Beatriz es la dignificación de la calle ante una opinión pública que vacila entre marchar y escuchar la voz descalificadora de los pastores. Su voz se va a hacer escuchar como una defensa sin contemplaciones de los sueños de los jóvenes.

Ella se diferencia de otras mujeres en la política por la caída. Podríamos decir por la forma en que dejan caer el pelo dibujando su cara, sonriendo, acentuando sus rasgos o reservándolos. Pero se trata de otra caída; del lugar a donde van a dar sus esfuerzos. Beatriz se ha puesto al servicio de causas sin importancia para la elite. Ella se ha puesto a disposición de los jóvenes poco serios, de los que piden rebaja de sueldos y buscan en la tradición no a padres políticos sino a mujeres ligadas a la economía doméstica, gestoras de arraigos nuevos y de futuros no escritos. No queda más que sospechar que la política se ha desordenado de la manera justa para hacernos un lugar de encuentro con Beatriz.

Beatriz puede ser el lugar en el que tome forma lo que no ha sabido remontar la corriente social y producirse en lo político. Ella no es la líder que nos tomará de la mano en el paso por los infiernos. Ella es el cuerpo afectivo que puede acoger nuestras diferencias y acompañarnos en el invento de un porvenir.

Notas prácticas

1.- No se mucho del Frente Amplio salvo que ahí está el futuro político de Chile. De sus otros candidatos no tengo más que buenas cosas que decir. Messina tiene la enorme tarea de conseguir un sistema de pensiones dignas y justas y sería una pérdida que se desembarcara del movimiento NO + AFP. Mayol tiene por delante la tarea de enfrentar y superar tanto la sociología de mercado como a las teorías paternalistas de Estado.

2.- No queremos ni otra madre ni una abuela. Necesitamos la diferencia de la mujer en el espacio público. Partiendo por el reemplazo del mito trágico del liderazgo por un modelo de representación que acoge, organiza, proyecta y responde a las energías sociales que abraza. Necesitamos abreviar la brecha entre representantes y ciudadanos. Necesitamos representar a una ciudadanía que incluye dimensiones trabajadoras, consumidoras y minoritarias.

3.- Necesitamos representantes que tengan la frescura y la valentía que solo los niños, las mujeres, algunos viejos y la mayoría de los desadaptados son capaces de tener. Una actitud que no pide permisos y que corre los riesgos de enfrentar el sentido común estadístico. Una política que no mezquina su entrega, que no se enreda en las trampas de la corrección de los discursos y que no calcula las derivadas que tanto le gustan a los académicos sin arraigo.

4.- La candidatura de Beatriz no es la de don Francisco. No estamos ante un personaje popular del sentimentalismo de farándula. No estamos ante un personaje vacío que puede ser llenado con las expectativas de quien quiera que lo apoye. No estamos ante un apático político ni a un indiferente ético. Estamos ante una mujer jugada y que se ha hecho conocida y apreciada por sus posiciones en favor de la gente y -esto es igual de importante-, por su postura en contra de los abusadores.

5.- En el mundo en que vivimos es fundamental afirmar los antagonismos políticos y redibujar sus contornos. No es verdad que estemos navegando en un mar en el que toda diferencia es de matices y que lo esencial se puede conciliar. Es cierto que no vivimos en la oposición entre mercado y Estado, porque ya hemos descubierto como funciona esa trenza para producir y reproducir monopolios privados, burocracias y conductas de exclusión y de abuso. Vivimos en la negación de la gente, del pueblo, de los ciudadanos y de sus manifestaciones sociales.

6.- Vivimos en una sociedad basada en la de-privación y la exclusión de la inmensa mayoría respecto a los bienes económicos, sociales y políticos. Vivimos en la expropiación de los frutos del trabajo –sometidos a un régimen de contribución forzosa a la economía de los monopolios vía AFP- y en la denegación de derechos básicos para la vida. Los jóvenes están solicitados por el automatismo, condenados al endeudamiento, a la segregación y a una educación que no provee oportunidades profesionales ni herramientas para iniciativas sociales y emprendedoras.

7.- Hemos olvidado el sentido del progreso y de la vida que queremos. Los hombres sin ideas, la elite política y técnica ha perdido la curiosidad por la utopía. Ellos creen que el futuro ya está cumplido y que solo resta actualizarlo y limarlo de sus asperezas. El progreso ya está definido y cuantificado, solo resta acelerarlo y liberarlo como un escultor a su obra guardada en la piedra. El progreso, entendido como lugar común estadístico, es lo que ha succionado y escupido fuera de cuadro a la exploración de nuevas  ideas políticas.

8.- Beatriz Sánchez debe hacer una campaña para ganar, no solo para testimoniar. Ella puede competir manteniendo su frescura y sin caer en las caras contraídas de los candidatos ‘serios’. Su campaña debe confrontar a los movimientos disidentes y juveniles con las responsabilidades de gobernar. Ella debe asegurar una capacidad de administración eficiente y democrática, sin dejarse agotar por esa demostración. Ella y el Frente Amplio deben asegurar equipos con capacidades técnicas pero distintos a los académicos y ejecutivos cooptados por el pensamiento único. Ella debe abrir de par en par el debate sobre las maneras en las que queremos ganarnos la vida como país y en cada una de las regiones. ¿Lo seguiremos haciendo sobre la base de explotar recursos naturales y mano de obra barata o invertiremos la ecuación y lo haremos sobre la base de las capacidades ampliadas de gente?

9.- Veo la campaña de Beatriz como una apertura a la redefinición de las instituciones, del Estado y de la administración pública. Espero que su campaña permita abrir finalmente un debate sobre la invención de un espacio público que no pertenece al Estado, ni a la sociedad civil ni a la suma de las partes sino a nuevas formas de compromiso de nuestras instituciones con una democracia más cercana y con organizaciones sociales valoradas por su aporte al desarrollo.

10.- Necesitamos que el valor de los remedios, la calidad de los servicios de salud, los montos de las pensiones, la eficiencia del transporte, el diseño urbano, la inhibición de la colusión, la participación ciudadana, la educación, las remuneraciones de los trabajadores, el financiamiento a las iniciativas de emprendimiento sustentable, la nueva Constitución, el respeto al medio ambiente y las soberanías locales; necesitamos que la campaña de Beatriz Sánchez ponga en primer plano de las urgencias de la política a las prioridades de la gente.

Fernando Balcells