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Opinión

#PorUnaSociedad21

Por: Pipo Peña | Publicado: 22.03.2018
#PorUnaSociedad21 A_UNO_355214-1023×573 | / Agencia Uno
No creo en sociedades pasivas, no deberíamos permitir sociedades silenciosas. No rezo en sociedades que aceptan de manera concreta ciertas discriminaciones tan solo por el hecho de normalizar situaciones incómodas.

Hoy vivimos en una sociedad donde se discrimina de manera directa a las personas por ser diferentes. Hoy vivimos en una sociedad donde se margina a personas que no dejan de reír, no ocultan la felicidad y solo quieren espacios para poder soñar. Hoy vivimos en una sociedad donde ser minoría es un delito y los reales criminales, tengan o no corbata son parte de esa mayoría que entiende que solo debe normalizar ciertos actos para que la ética no tenga efecto alguno.

A ellos no se les culpa, ¿cierto?

Son estos últimos, los de la mayoría, quienes parecen mirar de manera normal, reír cuando todos lo hacen y actuar de forma en que para nadie es extraño. Se pueden vulnerar derechos, burlar la ética y la moral, destruir la convivencia; mientras este dentro del terreno normal de la mayoría.

Es mucho más fácil ser de la mayoría cuando la minoría es quien muchas veces nos pueden proveer de lecciones de vida maravillosas, pero da igual; Son diferentes a las de esa mayoría.

La mayoría tiene nombre y apellido. La minoría una condición.

Siento vergüenza cuando se discrimina a una persona tan solo por ser distinto.

Ayer 21, fue un día especial. Especial porque existen personas que reconocemos nuestras diferencias para ser tratados por igual. Conscientes que a pesar de la genialidad que resultan nuestras disparidades, debemos exigir los mismos derechos.

No creo en sociedades pasivas, no deberíamos permitir sociedades silenciosas. No rezo en sociedades que aceptan de manera concreta ciertas discriminaciones tan solo por el hecho de normalizar situaciones incómodas.

Es tiempo de aceptarnos y asegurarnos que podemos crear, creer, tener, mentalizar y normalizar una sociedad totalmente diferente.

Debemos eliminar prácticas y costumbres que determinen discriminación. Derribar las barreras de acceso y desarrollo para personas con discapacidad. Entregar el espacio para la independencia mental y personal que merece cada individuo. Adaptar la mayoría a esa minoría que merece ser tratada de igual forma. Debe ser un derecho también el trato igualitario frente a servicios de salud y apoyo. Luchar también por una educación inclusiva y no tan solo gratuita y de calidad. Que exista la opción de un seguro de salud como todos. Derechos cívicos y sociales. Derecho a transitar sin miradas. Derecho a componer y creer en ellos y ellos en la sociedad.

La riqueza del ser humano se nutre en las diferencias. Se ha demostrado de manera histórica, sobretodo en países como este, que la búsqueda de pensar, actuar, creer, parecer igual no trae consigo nada bueno.

Especial es el ser humano que se reconoce como único.

No debemos tener miedo de aceptar. El miedo debería existir cuando nos damos cuenta que estamos creando masas poco conscientes y con racionales básicos.

Miedo es solventar una sociedad carente de criterio. Miedo es creer avanzar en una sociedad que retrocede por sus temores.

Mihail Bakunin señalaba que “la uniformidad es la muerte; la diversidad es la vida”. Y así es como poco a poco la sociedad va en agonía por desconocer y temer a las diferencias que deberíamos defender día a día.

Pipo Peña