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Derrota del laborismo en Gran Bretaña

Publicado: 15.12.2019

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Para los socialistas de corazón, nos duele la derrota del laborismo ingles en las pasadas elecciones.

Cuando Jeremy Corvbn fue elegido su líder, se incorporaron 300 mil jóvenes militantes al laborismo. Fueron ellos quienes definieron la votación interna a su favor. Desde los altos liderazgos, sólo lo respaldaron tres o cuatro de los parlamentarios que deciden lo que se llama “el gobierno de oposición en la sombra”.

El programa, aprobado en las primeras conferencias nacionales (ya encabezadas por Corbyn), fue algo desilusionante. Alguna vez lo comentamos por escrito y dijimos que, visto desde la perspectiva chilena, no habría nada que agregar como puntos programáticos. Efectivamente, sus puntos más relevantes eran recuperar la propiedad de los ferrocarriles británicos que habían sido totalmente privatizados; reestablecer la gratuidad de la enseñanza pública y privada, incluso a nivel universitario; y mejorar el presupuesto de la salud pública que había sido parcialmente desnacionalizada.

Era tal la neoliberalización de Inglaterra, que en Chile (que también había sido arrasado por la ola de privatizaciones) esas cosas no eran metas que se tuvieran que priorizar en un programa socialista actual. La neoliberalización había arrasado totalmente con ellas.

Claro que en Gran Bretaña el problema urgente era decidir sobre el retiro del Mercado Común Europeo y sobre ese importante tema, el laborismo nunca pudo pronunciarse con claridad. Era explicable porque una mayoría de los trabajadores ingleses que, a través de sus sindicatos tiene derecho a voto en las internas laboristas, son partidarios del abandono del Mercado Común que permite libremente la llegada de trabajadores europeos a trabajar a Gran Bretaña.

Fue ese confluir de temas programáticos, el bajo crecimiento prolongado y la falta de una proyecto económico laborista el que determinó un vuelco en la votación para el parlamento británico el 11 de Diciembre.

Un comentario aparte merece la figura de Jeremy Corbyn. El fue durante décadas el líder de una pequeña parte izquierdista del partido laborista y muy cercano a la resistencia a la dictadura chilena, a la que apoyó decididamente. Elevado a la dirección del Partido Laborista, en la cual son el voto de los militantes de base quienes lo eligen y no sus parlamentarios, encabezó la llamada «oposición real» durante estos cuatro años. En ese periodo se dio el gusto de romper la relación privilegiada que el laborismo inglés ha tenido con los residentes de origen judío, que son numerosos en Gran Bretaña, manteniendo una actitud ambigua sobre el estado de Israel.

Ha declarado hoy que no se re postulará al cargo de líder del laborismo, pero no ha aclarado hasta cuándo se desempeñará en el cargo. Algunos parlamentarios laboristas reelectos han declarado que debería ser reemplazado a la brevedad posible por uno interino hasta nueva elección.

 

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