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Opinión

Nos quieren idiotas hablando de K-pop

Por: Richard Sandoval | Publicado: 23.12.2019
Mientras firman felices la promulgación de su proceso constituyente en La Moneda, apuestan por nuestra ignorancia y estupidez. Apuestan por tapar, con chascarros como el informe, al estilo de las antiguas piñericosas, lo que está detrás del movimiento social que sigue resistiendo en las calles de la periferia, en las plazas de los viernes, en los barrios, con ojos, brazos y caderas expuestas. Con risas y espectáculo, con informes de k-pop, quieren tapar las demandas y enterrar sus responsabilidades en las muertes, torturas y mutilaciones a tantos compatriotas en todo el territorio.

Es jocoso, es divertido, es increíble, pero eso quieren. No es casualidad. Nos quieren idiotas hablando de K-pop. Nos quieren estúpidos, atrapados en el absurdo de las risas, sorprendidos por la ofensa de su informe de supuesto big data, atrapados en las tallas, hablando sobre el ridículo de las influencias revolucionarias de Mon Laferte, Gary Medel, Claudio Bravo; mientras Oscar Pérez, de apenas veinte años, aplastado vilmente por un vehículo de Carabineros en la Plaza de la Dignidad hace solo unos días, se enfrenta a una navidad con sus caderas destruidas, rotas, molido por dentro. Sin nada que celebrar. No nos quieren pensando en la familia de Oscar y el dolor que han soportado. Nos quieren con la mente en otra parte, leyendo noticias graciosas, con el cerebro lavado, y olvidando que lo del viernes contra Oscar fue un intento de homicidio, ignorando que en su defensa Carabineros dijo que la pintura en el parabrisas no dejó al policía ver el cuerpo sano de Oscar, que fue un simple accidente de tránsito.

Así nos quieren, hablando mucho de un informe millonario sobre lo que pasa en Twitter, y olvidándonos de Oscar y de todos los Oscar que ha dejado la violación sistemática a los Derechos Humanos del gobierno de Piñera, un Presidente criminal. Poco hablamos de la Plaza de la Dignidad sitiada con mil policías, de las rejas antidemocráticas en un espacio público, del Intendente demencial -Felipe Guevara- que luego tiene la cara de lamentar el atropello. Tranquilos, que ya viene nochebuena, pensarán los que diseñan nuestro olvido.

Pero veamos lo dramático que está detrás de esta burla que es presentar un informe como ese como un antecedente para la investigación de un fiscal nacional, un informe que pasa por decenas de manos antes de salir a la luz, un informe amparado en el afán superior de culpar a lo que sea con tal de justificar las influencias extranjeras en el estallido social. Veamos, y preguntémonos, más allá de la indignidad de este gobierno al publicar ese informe ¿por qué no aceptan que esta rebeldía puede venir de sus propios compatriotas? ¿En qué reside la cobardía de culpar a lo que viene de afuera? es simple estrategia discursiva para salvarse a sí mismos, clavados en doctrinas de guerra fría, o bien es deliberado menosprecio a la capacidad intelectual, moral, de acción de sus conciudadanos.

Lo cierto es que hoy los que rechazan y cuestionan los informes de Amnistía Internacional, pero aceptan la tesis de la influencia de un baile coreano en una revolución, nos quieren idiotas hablando de K-pop y no del general Rozas intacto luego de quitar, con su institución, los ojos a decenas de jóvenes, asegurando impunidad. Nos quieren hablando de k-pop y no del Tribunal Constitucional rechazando la petición de señoras jubiladas para que les entreguen su plata cotizada. Nos quieren hablando de k-pop y no de la nueva colusión del salmón conocida en las últimas horas. Nos quieren hablando de k-pop y no de las querellas criminales que enfrentan trabajadores de Codelco por sumarse al paro nacional del 23 de octubre.

Es grave que a esta basura de informe llamen inteligencia, pero más grave es que en Chile no exista un verdadero sistema de inteligencia, creíble y confiable para todos los sectores. La inteligencia en Chile es la farsa de un montón de mediocres que con la mentira de la “inteligencia” han  sustentado los montajes más burdos, en Santiago y en la Araucanía; montajes que matan, estigmatizan, encarcelan y criminalizan a dirigentes sociales, para terminar beneficiando a los hombres y mujeres más acomodados y privilegiados.

Nos quieren ver así, esperando navidad tranquilos, sin alzar la voz por los más de dos mil presos del estallido social que están en cárceles enfrentando los más desiguales procesos ante el Estado, nos quieren hacer sentir pueblo tan débil y manipulable, pueblo que creen convencer con el voladero de luces de la intervención extranjera. Quieren que nadie recuerde el nombre de Oscar y la imagen de su atropello.

Mientras firman felices la promulgación de su proceso constituyente en La Moneda, apuestan por nuestra ignorancia y estupidez. Apuestan por tapar, con chascarros como el informe, al estilo de las antiguas piñericosas, lo que está detrás del movimiento social que sigue resistiendo en las calles de la periferia, en las plazas de los viernes, en los barrios, con ojos, brazos y caderas expuestas. Con risas y espectáculo, con informes de k-pop, quieren tapar las demandas y enterrar sus responsabilidades en las muertes, torturas y mutilaciones a tantos compatriotas en todo el territorio. Nos quieren otra vez en el olvido.

Richard Sandoval