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Menos cóndor y más huemul: ¿qué se cancela cuando se cancela la PSU de Historia?

Por: Carola Sepúlveda | Publicado: 10.01.2020
Menos cóndor y más huemul: ¿qué se cancela cuando se cancela la PSU de Historia? |
La disciplina escolar de Historia al igual que la PSU que la evalúa no se reducen únicamente a una opción que se puede elegir o reemplazar. Si bien es cierto, hay mucho que revisar en relación a los objetivos, contenidos, metodologías y sobretodo acerca de los sentidos de ambas, no me parece que la solución sea cancelarlas. Creo que hace falta poner en tensión nuevamente la idea de electividad que ya se enunciaba en la reforma curricular de esta disciplina y que ahora se actualiza nuevamente con la cancelación de la PSU de la materia.

En Menos cóndor y más huemul, Gabriela Mistral (1925) recoge a los dos animales que están presentes en el escudo de armas chileno analizándolos como símbolos de la identidad construida oficialmente y que circulaba hegemónicamente para reflexionar sobre como esos dos animales quedaron sacralizados en una lectura que diferentes instituciones hicieron de ellos.  En el texto, la autora decía que “Mucho hemos lucido el cóndor en nuestros hechos, y yo estoy por que ahora luzcamos otras cosas que también tenemos, pero en las cuales no hemos hecho hincapié”. Al mismo tiempo, indicaba que el huemul representaba “la sensibilidad de una raza: sentidos finos, inteligencia vigilante, gracia”.

Estas palabras vienen a mi mente cuando caminando por las calles de Santiago veo en el muro de un liceo chileno el título del texto mistraliano y cuando en el contexto de las movilizaciones recientes por la PSU se anuncia la cancelación a nivel nacional de la PSU de Historia, Geografía y Ciencias Sociales. Ad portas además de la implementación de la reforma curricular chilena que a partir de este año elimina la obligatoriedad de la historia en tercer y cuarto año de enseñanza media, me pregunto sobre ¿qué se cancela cuando se cancela la PSU de Historia, Geografía y Ciencias Sociales?

Retomando una de las acepciones de la RAE, podemos señalar que, en términos inmediatos, se anula la posibilidad de que 202.000 personas puedan rendir una prueba que les permite postular a la educación superior, algo especialmente sensible si consideramos que para muchos/as de ellos/as corresponde al área que más han estudiado y en la que les interesa desarrollarse académica y profesionalmente.

Para Aldo Valle, Vicepresidente del Cruch, esta decisión responde a la preocupación por resguardar la integridad de las personas, agregando que “siendo esta la prueba con la mayor extensión territorial” por el número de inscritos “supone reconstruir toda la logística de seguridad, de examinadores, reproducción de material en todas las regiones del país”. Me parece que en este discurso sobre el análisis sobre la realización/cancelación de la prueba se privilegian aspectos de seguridad, materiales y técnicos que reducen la amplitud de los efectos de esta decisión. Esto porque cuando se cancela sólo una prueba al interior del proceso selectivo, simbólicamente se marca también la valoración de esa/s disciplinas escolares al interior del curriculum nacional.

La disciplina escolar de Historia al igual que la PSU que la evalúa no se reducen únicamente a una opción que se puede elegir o reemplazar. Si bien es cierto, hay mucho que revisar en relación a los objetivos, contenidos, metodologías y sobretodo acerca de los sentidos de ambas, no me parece que la solución sea cancelarlas. Creo que hace falta poner en tensión nuevamente la idea de electividad que ya se enunciaba en la reforma curricular de esta disciplina y que ahora se actualiza nuevamente con la cancelación de la PSU de la materia.

Observo con preocupación la representación de la historia como disciplina escolar que circula en esta decisión que finalmente encuentra un correlato en la reforma curricular. La historia como disciplina escolar no puede ser reducida ni comprendida como un abanico de conocimientos y habilidades que puede plegarse o desplegarse en más o menos años, como si el estudio de la historia correspondiese a una mera transmisión de conocimientos que podrían condensarse. Tampoco considero adecuado que la PSU de Historia, Geografía y Ciencias Sociales sea la única que sea cancelada, pues forma parte de un proceso que fue diseñado considerando esta área. Por eso no puede ser reemplazada por la evaluación de otro indicador o disciplina escolar que funcione como suplemento, agregando aquello que podríamos decir, implícitamente, se entendería como incompleto. Situación que también se reconoce en la reforma curricular de esta materia y en la idea de suplemento que moviliza la obligatoriedad de la disciplina de Educación ciudadana.

La historia como disciplina escolar constituye una experiencia transformadora donde cada uno/a de nosotros/as puede reconocerse como sujeto histórico, heredero de un pasado y situado en un tiempo y espacio, lo cual se vuelve sumamente importante de recuperar, especialmente en el contexto de movilización social que vivimos. Por estos días, la historia ha sido fuertemente interpelada: las calles han sido intervenidas, se han derrumbado imágenes y monumentos de quienes fueron enseñados por la historiografía tradicional como conquistadores y los lienzos ciudadanos con frases como Eliminaron el ramo de historia así que tuvimos que escribir la historia de nuevo expresan las demandas ciudadanas entorno a ello. Por estos días también, los /as estudiantes secundarios protagonizan nuevamente un hito en nuestra historia educativa.

Retomando la pregunta que inicia esta reflexión sobre ¿qué se cancela cuando se cancela la PSU de Historia, Geografía y Ciencias Sociales? espero sinceramente que no sea nuestro derecho a la memoria, considerando que otra de las acepciones de cancelar de la RAE significa borrar de la memoria.

Nos hace falta escuchar como el huemul, ejercitar la sensibilidad, volver a leer ese muro de liceo y estar atentos a que el orden de la gacela siga existiendo en la gente chilena, como le preocupaba a Mistral.  Espero que la historia siga contribuyendo a desarrollar la sensibilidad, los sentidos finos, la inteligencia vigilante y la gracia en nuestros/as estudiantes. Por eso, no podemos cancelarla; no podemos permitir que caiga en el olvido.

Carola Sepúlveda