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Opinión

Un fútbol sin la gente

Por: Edmundo Valladares | Publicado: 13.02.2020
Un fútbol sin la gente Estadio Monumental | CSD Colo-Colo
Indolentes y ajenos a cualquier autocrítica, la ANFP, algunas directivas de las concesionarias y las autoridades gubernamentales, han buscado «aprovecharse del pánico» y profundizar una fuerte agenda represiva en el fútbol. El camino del nuevo fútbol, más afable y seguro, debe considerar sí o sí la voz de los clubes sociales y deportivos, sus socios, socias e hinchas.

Con gran ímpetu y voluntad, autoridades políticas y de la ANFP impulsaron activamente la reanudación de la actividad futbolística, descontinuada en el contexto de una movilización social que aún sigue a pie firme en las calles. Sin embargo, el mismo ímpetu y voluntad estuvieron ausentes a la hora de demostrar empatía y compresión del escenario, y esforzarse por dar garantías a las y los hinchas de poder asistir con tranquilidad a presenciar un espectáculo deportivo.

Los resultados están a la vista. Las faltas de garantías por parte de la fuerza policial, primero, y las restricciones luego en los estadios, han sido la tónica, expresándose con vehemencia en el fútbol el clima de represión que ha predominado en todo ámbito en los últimos meses. Desde Colo-Colo, lo hemos padecido especialmente con casos tristemente emblemáticos, que exceden la cancha y reafirman un dramático contexto país, como la muerte en las inmediaciones del Monumental de nuestro socio e hincha Jorge Mora “Neco”, a manos de Carabineros, como también de Ariel Moreno, hincha colocolino baleado mientras se manifestaba en contra del brutal atropello de “Neco”, en su comuna, Padre Hurtado.

Indolentes y ajenos a cualquier autocrítica, la ANFP, algunas directivas de las concesionarias y las autoridades gubernamentales, han buscado «aprovecharse del pánico» y profundizar una fuerte agenda represiva en el fútbol a propósito de esos hechos. Expresión clara de aquello son las recientes decisiones de disputar los partidos entre Colo-Colo y U. Católica y S. Wanderers-U. de Chile sin público visitante, además de las insólitas medidas adoptadas por Azul Azul (con la venia gubernamental) frente a incidentes producidos por decenas de hinchas de U. de Chile en el marco del partido de Copa Libertadores ante Inter de Porto Alegre: cierre momentáneo de la galería sur y prohibición de compra de entradas para miles de personas, todos y todas quienes asistieron a ese sector en los 2 primeros partidos del año. Un descriterio absoluto, y una medida injusta, que reúne características de discriminación arbitraria.

Arbitrariedad que adquiere status de agenda política explícita con los recientes anuncios en materia de seguridad hechos por la ANFP. Se habla, por ejemplo, de la «entrega oportuna de información a los órganos de Justicia» y la “consolidación y protocolización en la entrega de antecedentes de los partidos al Ministerio Público, y a otros organismos públicos”. Suena bien en el papel. Sin embargo, el problema es que hasta el día de hoy el derecho de admisión se implementa bajo la más absoluta discrecionalidad, con un procedimiento que vulnera el derecho constitucional al debido proceso al no existir notificación de cargos que se imputan, posibilidad de presentar pruebas, ni mecanismos de apelación para los hinchas. Mientras esto no se revise y corrija con urgencia, cualquier iniciativa en esta línea será ineficiente e injusta.

Se propone, además, incorporar tecnologías de reconocimiento facial, además de anunciar que «junto a Conmebol se explorarán nuevos controles de seguridad para los asistentes, similares al Fan ID”. No se aclara, sin embargo, qué datos se espera levantar ni a quién irán dirigidos. Ante anuncios como éstos urge determinar el alcance del uso de los datos de las personas, así como poder descartar el que se esté considerando nuevamente la implementación de controles biométricos, medida intrusiva, discriminatoria, y derechamente ilegal, pues los rasgos faciales son datos personales sensibles, y por tanto sólo pueden ser captados con consentimiento de los hinchas o por habilitación legal expresa.

La batería de anuncios de la ANFP contempla el «Mejorar la actual ley de violencia en los estadios». Al respecto, es claro que debe haber mejoras, pero a nuestro parecer estas deben darse en la línea de llevar a cabo una política que avance hacia la prevención por sobre la represión, e incorpore mucho más el diálogo y las instancias de participación de los socios, socias e hinchas de los clubes.

Finalmente, se propone «entregar más atribuciones a los guardias de seguridad en los estadios. El objetivo es que los guardias actúen en conjunto con Carabineros”. Las interrogantes que esto deja son demasiadas y muy preocupantes. ¿Qué preparación tienen estos guardias? ¿La apuesta de la ANFP es seguir empoderando al llamado «comando de élite»? ¿Quién está detrás de esta empresa?

Parece muy riesgoso, además de provocativo, sumar un grupo que viste de forma similar a Fuerzas Especiales de Carabineros para “controlar” a los hinchas del fútbol, en un momento de total fractura entre Carabineros y gran parte de la sociedad chilena.

Estamos convencidos de que es el momento para un análisis mayor, pero este sin lugar a dudas debe considerar la opinión de los clubes sociales y deportivos, socios, socias e hinchas, quienes hoy han demostrado sentir marcada lejanía de un fútbol indolente y hostil. Mientras no existan cambios y garantías efectivas para la seguridad y bienestar de las y los hinchas, el clima seguirá siendo adverso para la asistencia a los estadios. Privilegiar la represión por sobre el respeto y el diálogo terminará inevitablemente en la expulsión total de los estadios a quienes le dan sentido y razón de ser a la actividad: la gente.

Edmundo Valladares