Publicidad

Carabineros es militante del Rechazo

Publicado: 10.03.2020

Publicidad

Estos últimos meses han sido de marchas, de protestas y de enfrentamientos con Carabineros. Durante las primeras semanas tras el estallido social, la acción de la policía verde no tomó en cuenta ojos, vidas, como tampoco cómo se debe actuar en democracia. Bajo la excusa de que estaban sobrepasados, los uniformados actuaron como si fueran los guardias del poder más que los guardianes del comportamiento democrático de los ciudadanos, mostrando su peor cara.

Siempre que hay una marcha, Carabineros en vez de calmar la violencia, la hace crecer con su comportamiento. Parece que no entienden cuál es su labor ni cómo se conduce ese “orden público” del que tanto hablan algunos políticos. Queda la duda de si es que entienden que este no se logra con represión ni menos tirando perdigones a diestra y siniestra.

¿Será que realmente quieren lo mejor para la ciudadanía? ¿Para qué ciudadanía? ¿Para qué tipo de manifestante? Esto vale la pena preguntarlo luego de lo visto el fin de semana. En una marcha por el Rechazo, mientras dementes vestidos como soldados de la reacción golpeaban a todo lo que les parecía amenazante, no se vio a ni un solo carabinero interviniendo ni quitándole las armas a los “pacíficos manifestantes”. Al contrario, parecía como si los resguardaran, como si estuvieran de su lado y les agradecieran que fueran algo así como la extensión civil de la policía. ¿No debieron detener agresiones como la sufrida por el periodista Rafael Cavada en Providencia? ¿No debieron aplicar ese Estado de Derecho que tanto creen perdido y añoran quienes están en contra de un debate constitucional? ¿O depende de qué ideas enarbolen quienes agreden a otras personas?

Lo visto el sábado pasado nos parece indicar que sí, que depende del discurso que hay detrás. Si uno revisa las imágenes, esta especie de milicia reaccionaria abrazaba a los carabineros en la calle casi como en acto de camaradería, como si fueran parte de una sola causa. Como si ellos, los que creían representar un movimiento de “gente bien”, fueran quienes realmente tienen el derecho a marchar tranquilamente Y así lo hicieron, pegaron con palos, insultaron, tiraron gas en los ojos a quienes les discutían, sin que hubiera algún funcionario policial que hiciera algo al respecto.

¿De qué lado está Carabineros? ¿Tiene agenda política? Si es así, la intervención es más que urgente. Y es que no puede ser que quienes deben resguardar los derechos de todos quienes habitan una sociedad, estén optando por quienes parecen adularlos más, debido a cierta fascinación ideológica-al borde de la excitación- que tienen por los uniformes y las personas que los usan. No se resguardan derechos dependiendo de qué es lo que estás diciendo en tu manifiesto. No importa si vienes de arriba o abajo, ya que la misión de una policía es ejercer la ley y no darse gustitos ideológicos, cuestión que parece más que evidente que no está haciendo.

Una demostración de lo que digo es que el domingo, luego de que estos energúmenos del Rechazo hicieron y deshicieron el día antes, la marcha feminista terminó con perdigones en los pies de personas que alegran las marchas como la llamada Tía Pikachu. ¿Qué estaba haciendo aparte de bailar? ¿Le parece a Carabineros más peligrosa una mujer que baila al son del ritmo de la gente que tipos que intentan emular a soldados nazi con sus vestimentas y sus acciones?  ¿Cree esta institución que ella puede poner en riesgo a la ciudadanía más que un grupo de desequilibrados que creen estar defendiendo una patria que se inventaron en su cabeza? Urge saberlo, para entender a qué tenemos que atenernos quienes caminamos por las calles. Porque por mucho que se siga insistiendo en que los Primera Línea son el verdadero “cáncer” de esta sociedad, lo cierto es que la verdadera amenaza para la democracia está en quienes no creen serlo. En esos sujetos que creen estar defendiendo algo, cuando lo concreto es que solo son prisioneros de su miedo al otro.

Publicidad
Contenido relacionado

Que los movimientos sociales asuman la conducción de los cambios

El narcisismo de la época y un debate necesario

Publicidad