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Opinión

¿Alguien pensó que iba a ser distinto?

Por: Cristián Zúñiga | Publicado: 30.05.2020
La incontinencia de Piñera no permitió preparar sicológicamente a la población para enfrentar las semanas y meses de peak de la enfermedad, aun cuando era sabido que estos días complejos iban a llegar.

Estamos cruzando el lado terrible de la pandemia, esos días que se venían proyectando como aquellos en que el virus se amplificaría y nuestro feble sistema de salud comenzaría a colapsar por falta de camas y personal médico.

Se trata de las semanas en que los contaminados y fallecidos nos comienzan a tocar de cerca y aquel bicho que, hasta marzo se veía como una exclusividad asiática y europea, golpea la puerta de nuestras locales viviendas.

Son días en que las medidas que los gobiernos adoptan o dejan de adoptar pasan a ser juzgadas por la opinión pública y se ejerce, desde las redes sociales, la evaluación respecto a la administración de la crisis sanitaria. Es entonces que aparecen las comparaciones con otros países y el cruce de sistemas políticos e ideológicos, con las fatales tablas del Covid-19.

Entonces viene de cajón la pregunta: ¿alguien pensó, en el contexto de la peste, que nos iba a tocar algo distinto al padecer de países como Inglaterra, Italia, España, China, Suecia, Francia, o Estados Unidos?

Claro que sí, más de alguno lo pensó, partiendo por el gobierno.

La ansiedad comunicacional del Presidente le llevó a decir, cuando el bicho aún no dirigía su vista hacia Latinoamérica, que nuestro sistema de salud estaba mejor preparado que el de los italianos. Luego, cuando la peste llegaba y se refugiaba en el barrio alto de la capital, el mandatario y parte de su gabinete posaban arriba de un buque de guerra y se entusiasmaban con las cadenas nacionales, desde donde se jactaban de las bajas cifras (hasta entonces) de compatriotas fallecidos, versus las de países del denominado primer mundo.

De hecho, la fanfarronería del mandatario, esa incontenible pulsión por competir con todos para demostrar que él es mejor, terminó por opacar correctas planificaciones que algunos de sus ministros lograron sin tanta ostentación, junto a científicos, economistas y actores de la oposición en pos de administrar de buena manera la crisis en curso.

Es probable que hasta los equipos que asesoran a Piñera, en más de una oportunidad, se hayan dado de cabezazos en las paredes de La Moneda, cada vez que su jefe, con gráficos y encuestas en la mano, les haya pedido convocar a cadenas nacionales.

La incontinencia de Piñera no permitió preparar sicológicamente a la población para enfrentar las semanas y meses de peak de la enfermedad, aun cuando era sabido que estos días complejos iban a llegar.

Pero también están quienes piensan que Chile, luego del paso feroz del huracán del virus, será un lugar distinto, donde el ser humano que habita este territorio se transformará en un “hombre nuevo” al que la enfermedad y el miedo a la muerte, le iluminarán como a Paulo de Tarso.

Hay quienes proyectan que luego de la pandemia (que por supuesto pasará y nos regresará a las calles nuevamente) otro país emergerá y habremos aprendido la lección, dejando atrás nuestros individualismos, hedonismos y ansias de consumir desbocadamente.

Tan ingenuo como creer que la ferocidad de la pandemia no nos iba a tocar como a otros países, es proyectar a un nuevo Chile luego de la tormenta.

Podemos ver que en los países por donde ya ha pasado el huracán de la peste, las cosas no han cambiado demasiado. De hecho, la peste ha contribuido a acelerar algunos procesos en curso, principalmente, en regímenes de corte autoritario y nacionalista.

Esta semana el parlamento chino aprobó una ley de seguridad sobre Hong Kong que implicará la liquidación de toda autonomía solicitada por ese país. En Estados Unidos, un policía de Minneapolis asesinó a un hombre negro y desató disturbios, ante los cuales Trump respondió con amenazas de una implacable intervención de la Guardia Nacional. Y en el Reino Unido, Boris Johnson confirmó que, aún en medio de una recesión económica, el Brexit seguirá su programada entrada en vigencia.

El mundo se pone autoritario, de puertas cerradas y violento. ¿Alguien pensó que, pasada la enfermedad, esto iba a ser distinto?

Pasada la enfermedad veremos que nuestras vidas serán lo mismo desde lo cultural y emocional, pero no así en lo material.

Es aquí donde surgen las alertas, pues esta vez al mundo le recorrerán otros virus tan contagiosos como el Covid -19 y de los cuales no quedaremos inmunes.

Cristián Zúñiga