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Opinión

Restringir los cambios de fondos de AFP es priorizar al mercado

Por: Jeannette Jara Román | Publicado: 12.06.2020
Restringir los cambios de fondos de AFP es priorizar al mercado vejez |
Esta discusión, por decisión del gobierno, se está dando en un proyecto de ley sobre mercado de valores y sociedades anónimas. No hablamos de pensiones, por lo que acá subyace claramente un interés prioritario sobre el mercado, el valor de los activos y las fluctuaciones que se producen. No hay objetivos de orden previsional. Todo lo anterior sucede mientras se discute, de forma paralela, un proyecto de reforma de pensiones.

Mientras estamos en la mitad de la pandemia, en el Congreso se discute una indicación que presenta el gobierno del presidente Sebastián Piñera, que busca restringir los cambios entre multifondos para que ahora los cambios que se demoran 4 días, se demoren hasta 30 días y que establece que estos cambios sean restringidos al fondo adyacente. Es decir, si alguien quisiera por ejemplo ir del fondo A al  fondo E, podría demorarse hasta 120 días, ya que solo puede irse al fondo del lado en cada paso.

Esta discusión, por decisión del gobierno, se está dando en un proyecto de ley sobre mercado de valores y sociedades anónimas. No hablamos de pensiones, por lo que acá subyace claramente un interés prioritario sobre el mercado, el valor de los activos y las fluctuaciones que se producen. No hay objetivos de orden previsional. Todo lo anterior sucede mientras se discute, de forma paralela, un proyecto de reforma de pensiones.

Se señala como argumento que los movimientos masivos podrían tener un impacto en los propios fondos que no sería el esperado. Sin embargo, la medida aislada que se propone no es respuesta ni solución a la problemática de los vaivenes que han experimentado los fondos de los cotizantes. Esta propuesta de restringir lo cambios se da en un contexto privado de pensiones, como es el de AFP, donde se le restringe el espacio de decisión al cotizante, pero no el de exposición a los riesgos. Este es un sistema que no le da garantías, que los expone a los vaivenes del mercado, que reproduce las desigualdades del mundo laboral y la crisis en la que encuentra transitando. 

Se suma a la discusión anterior si debe o no regularse la industria de asesoría financiera que recomienda cambios masivos de fondos, intentándose vincular ambos temas: el de la falta de regulación de los negocios que han nacido al alero de la capitalización individual, con el de las decisiones que pueden adoptar los cotizantes para cambiarse o no de un fondo.

Es evidente que la regulación a los asesores financieros que dan recomendaciones masivas sobre cambios de fondos debe producirse y ser de alto estándar, pero pretender además que junto con lo anterior, el cotizante de un sistema privado de pensiones como el chileno, siga soportando  más y más obligaciones sin ningún contrapreso, es abusivo. 

Si se piensa solo un poco mas en un sistema de seguridad social, evidentemente que las regulaciones a los cotizantes y la cotización son muy necesarias, pero estas además van acompañadas de derechos que se expresan beneficios definidos, es decir, en garantías de que ante una cantidad determinada de años cotizados, se obtendrán determinadas tasas de reemplazo de pensión. Las dos caras de una moneda.

Acá se propone aprobar restricciones de cambios de fondo de los cotizantes como una medida aislada, lo que no resuelve en nada la problemática de las pensiones y solo aumenta la desafección hacia el sistema actual. La agenda del gobierno para enfrentar la crisis de los fondos de pensiones no puede reducirse a esto.

Si hablamos de medidas en el marco de la emergencia sanitaria, una efectiva del real cumplimiento del principio de solidaridad sería que las utilidades de las AFP se destinen a compensar las pérdidas que han experimentado los fondos de pensiones en estos meses, sobre todo de quienes están próximos a jubilar; asimismo, anticipemos el reajuste del pilar solidario, ya que buena parte de las y los adultos mayores están esperando aún un año y medio mas para alcanzar la mínima línea de la pobreza en su pensión; y podríamos apoyar también a los que tienen Ahorro Previsional Voluntario, para que puedan disponer de estos recursos, sin que les cobre sobre tasa de impuesto ni pierdan el incentivo del Estado.

Todo esto, por cierto, en tanto llegue la que creo que será la primavera más esperada, en que aprobemos una nueva Constitución y construyamos un verdadero sistema de seguridad social.

Jeannette Jara Román