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Opinión

Chile, el éxito del des-desarrollo neoliberal

Por: Francisco Medina y Luis Jaqui | Publicado: 29.11.2020
Chile, el éxito del des-desarrollo neoliberal |
Zonas de sacrificio donde los sectores más vulnerables asumen los costos de la contaminación, pequeños agricultores marginados del uso de las aguas, vecinos de megaproyectos inmobiliarios, pequeños comerciantes (formales e informales) agobiados por el sector financiero, los y las pensionadas, o los y las trabajadores precarizado/as, son algunos ejemplos de cómo el crecimiento económico de Chile ha descansado en la postergación de la mayoría de los chilenos y chilenas.

Más allá del hecho mismo de si cambiar o no la Constitución, la votación del 25 de octubre también reflejó el “apruebo” o “rechazo” al funcionamiento del modelo neoliberal en Chile, o modelo económico social del mercado, como la élite lo bautizó y escondió bajo ese lindo oximoron.

A pesar de haber sido instaurado en dictadura (vicio de origen), logró mantenerse en pie principalmente porque, para sus defensores, habría permitido a Chile dar un salto relevante en materia de desarrollo económico, principalmente a través de la integración económica a nivel global. De manera transversal, la clase política de la transición y los sectores privilegiados de la sociedad cerraron filas con este modelo de desarrollo que, a pesar de tener un vicio de origen, se legitimó en virtud de un supuesto buen funcionamiento.

Quienes han sido parte en la construcción de este discurso autocomplaciente sobre el desarrollo económico-social chileno ignoran u ocultan lo planteado hace más de una década por los premios Nobel de Economía Amartya Sen y Joseph Stiglitz cuando señalaron, en el informe de la Comisión sobre la Medición del Desarrollo Económico y del Progreso Social, que el crecimiento del PIB no es sinónimo de desarrollo económico ni de  bienestar social. En la misma dirección la Comisión para Gobiernos Locales  (2004) señaló que “uno de los mayores mitos es que para fomentar el desarrollo económico, una comunidad debe aceptar el crecimiento. La verdad es que el crecimiento debe distinguirse del desarrollo: el crecimiento significa expansión, el desarrollo significa calidad y diversidad”.

Preguntas relevantes cuando hablamos de crecimiento económico debieran ser: ¿quién gana y quien pierde cuando la economía crece? y  ¿cuáles son los costos sociales y medioambientales involucrados en la generación de ese crecimiento? Porque el desarrollo económico suele tener dos caras, la de los “ganadores” y la de los “perdedores”.

Para evidenciar el lado “oscuro” del desarrollo económico, Sara Roy introduce el concepto de des-desarrollo, que puede ser entendido como la marginalización, el empeoramiento y/o la perpetuación de malas condiciones de vida para un sector como resultado de la implementación de un conjunto de políticas de desarrollo económico. Aunque la autora utilizó el concepto en el marco de la –ilegal y globalmente condenada– ocupación israelí de la Franja de Gaza, es bastante útil para evidenciar los contrastes que ha generado nuestro ya desechado sistema de desarrollo.

Zonas de sacrificio donde los sectores más vulnerables asumen los costos de la contaminación, pequeños agricultores marginados del uso de las aguas, vecinos de megaproyectos inmobiliarios, pequeños comerciantes (formales e informales) agobiados por el sector financiero, los y las pensionadas, o los y las trabajadores precarizado/as, son algunos ejemplos de cómo el crecimiento económico de Chile ha descansado en la postergación de la mayoría de los chilenos y chilenas.

Desde la “República del Rechazo”, como lo han bautizado mediáticamente, esos 5.000 seres humanos todopoderosos súper ricos y los sectores de clase alta, que efectivamente gozan de las bondades de la economía social de mercado, saben que su buen pasar se sustenta principalmente en relaciones de abuso. Sin duda, esto condicionó la decadente campaña del Rechazo, pues no defendían ideas, sino privilegios e intereses particulares, que estuvieron muy bien cautelados por la armazón institucional-legal de la Constitución de Jaime Guzmán.

Que esta élite oligarca haya perdido de manera aplastante el plebiscito,  significa que Chile avanza en la dirección correcta, pues de manera democrática la sociedad  dijo no más  (des)desarrollo neoliberal. Es nuestra premisa para detonar futuros posibles en el proceso constituyente… una cuestión que a estas alturas es el camino adecuado incluso para Carmen Reinhart, directora del Banco Mundial, organismo que por décadas promovió-impuso el neoliberalismo.

Francisco Medina y Luis Jaqui
Administradores públicos. Militantes del Frente Amplio.