Caminar libres por las calles: nuestra lucha diaria

Desde el 11 hasta el 17 de abril de 2021 viviremos una nueva versión de la Semana Internacional Contra el Acoso Callejero, iniciativa que surgió el año 2011 y en la que participan más de 100 agrupaciones de alrededor de 40 países en todo el mundo. Con esta semana, buscamos visibilizar el trabajo que realizamos organizaciones como OCAC durante los 365 días del año, con acciones de sensibilización sobre este tipo de violencia sexual de género en el espacio público, haciendo visible y desnaturalizando un problema que nos afecta cada día a las mujeres y disidencias.

El estudio de OCAC del año 2020 –realizado en el marco del proyecto Juntas en Acción, co-financiado por la Unión Europea–, denominado Radiografía del Acoso Sexual en Chile (https://www.ocac.cl/wp-content/uploads/2020/07/Informe-encuesta-OCAC-2020.-Radiograf%C3%ADa-del-acoso-sexual-en-Chile.pdf), reveló que el 96% de las mujeres entre los 18 y los 26 años han sido víctimas de algún tipo de acoso sexual callejero. Esta y otras cifras dejan en evidencia que vivimos en un continuo de violencia, y el acoso sexual en espacios públicos es una de sus manifestaciones, junto con el que sufrimos en los ambientes educacionales, laborales e incluso digitales.

Caminar por la calle portando llaves en la mano, cambiar nuestras rutinas de viaje, analizar la ropa que vamos a usar para salir de casa o inscribirnos en clases de autodefensa son sólo algunas de las acciones que adoptamos cuando habitamos el espacio público. Desde pequeñas aprendemos que las calles no son seguras. Para nosotras, cada salida de casa es una batalla contra el patriarcado y el machismo instalado en nuestra sociedad. Sin duda, hemos avanzado, pero todavía nos queda un largo camino.

El año 2019, la Ley 21.153 de Respeto Callejero tipificó como delito el acoso sexual en espacios públicos o de libre acceso público. Sin embargo, establecer delitos nunca será suficiente mientras sigamos sintiendo miedo e inseguridad al salir a la calle, mientras el sistema judicial siga violentando a quienes deciden denunciar y mientras no existan políticas públicas en materia de prevención de violencia de género. En definitiva, para que las mujeres y disidencias podamos gozar del derecho a vivir una vida libre de violencia, debemos partir por garantizar una Educación Sexual Integral desde los primeros niveles y, para ello, la nueva Constitución será un pilar fundamental.