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Opinión

Discusión postpandémica: del «cuidatoriado» a la «cuidadanía»

Por: Ketty Cazorla | Publicado: 22.09.2021
Discusión postpandémica: del «cuidatoriado» a la «cuidadanía» | Carla González
Podríamos dar un primer paso para transitar desde la noción de mujeres cuidadoras del cuidatoriado, donde los costos se asumen patriarcal, privada e individualmente, a la noción de personas cuidadoras de una ciudadanía, noción crecientemente aludida en diversas movilizaciones latinoamericanas que promueve una lógica de cuidado igualitaria en género, pública y ciudadana. Este tránsito debe prescindir de romantizar y homogeneizar a las personas cuidadoras y, por el contrario, debe valorarlas más allá de la prestación de cuidado que brindan, comprendiéndolas como un sujeto social diverso que emerge de una relación interdependiente de cuidado, ya que sólo así podríamos iniciar una distribución más justa de la noble tarea de cuidar(nos).

Varios años de discusión ciudadana, parlamentaria y académica lleva el desafío de implementar un marco regulatorio, con enfoque de género, que proteja a quienes desarrollan la labor de cuidado de personas en situación de discapacidad y/o dependencia, como un sujeto social con derechos propios, y no como un sujeto subalterno instrumentalizado en la relación de cuidado.
Los intentos regulatorios, insuficientes hasta la fecha, han propuesto discutir sobre la persona cuidadora y los diversos contextos en que proporciona el cuidado, relevando la importancia de contar con una red de apoyo biopsicosocial, acceso a herramientas que propicien una pertinente práctica de cuidado y autocuidado. Esto, además de incentivar mecanismos que favorezcan la seguridad social, previsional y apoyo laboral para un desempeño protegido del cuidar.
Estas iniciativas y discusiones pretenden reforzar la consigna de “poner el cuidado en el centro” de la organización social, ya que hemos entendido que todas las personas requieren o requerirán ser cuidadas o cuidar en algún momento de su vida, independiente de su sexo, edad o clase. Sin embargo, también sabemos que este cuidado es una práctica que queda en absoluta responsabilidad de las mujeres, quienes asumen los efectos directos del cuidar, pagando un alto costo con su propia salud y bienestar. En este sentido, la alta carga de trabajo que demanda la cotidianidad y rigidez del cuidado intensifica las desigualdades para las mujeres que lo ejercen, ya que no cuentan con un reconocimiento formal de las dimensiones de tiempo, financiamiento o servicios de apoyo requeridos.
Es urgente revitalizar la discusión sobre los derechos de las cuidadoras que llevan esta sobrecarga en absoluta desprotección, las que -según investigadoras como María de los Ángeles Durán- conciernen a una clase social denominada “cuidatoriado”, aludiendo a lo precariado de su condición como sujeto social con mínimos o nulos derechos garantizados. Quizás la visibilización que el cuidado precariado ha tenido en estos tiempos pandémicos sea una oportunidad para reactivar con mayor fuerza los proyectos de ley inconclusos o sus abordajes en los actuales diálogos constituyentes, donde participan valiosas cuidadoras.
Con ello, podríamos dar un primer paso para transitar desde la noción de mujeres cuidadoras del cuidatoriado, donde los costos se asumen patriarcal, privada e individualmente, a la noción de personas cuidadoras de una cuidadanía, noción crecientemente aludida en diversas movilizaciones latinoamericanas que promueve una lógica de cuidado igualitaria en género, pública y ciudadana. Este tránsito debe prescindir de romantizar y homogeneizar a las personas cuidadoras y, por el contrario, debe valorarlas más allá de la prestación de cuidado que brindan, comprendiéndolas como un sujeto social diverso que emerge de una relación interdependiente de cuidado, ya que sólo así podríamos iniciar una distribución más justa de la noble tarea de cuidar(nos).

Ketty Cazorla
Doctoranda en Psicología. De la Escuela de Trabajo Social del Centro de Estudios Cultura Política, Memoria y Derechos Humanos de la Universidad de Valparaíso.