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Opinión

El despliegue del movimiento feminista para una nueva Constitución

Por: Catalina Figueroa | Publicado: 26.02.2022
El despliegue del movimiento feminista para una nueva Constitución | Agencia Uno
Organizaciones de la sociedad civil, movimientos sociales, partidos políticos, junto a convencionales organizadas, han permitido traducir a normas, una serie de demandas que llevan años en disputa por parte del movimiento feminista en Chile y el mundo. La forma en que este movimiento utilizaría la Convención para vehiculizar ese programa era incierta, pero hoy podemos observar cómo las distintas herramientas de participación impulsadas por la CC han sido abordadas por amplias articulaciones entre organizaciones y constituyentes con el objetivo de construir una de las constituciones con mayor perspectiva de género del mundo. Una vez más, el movimiento feminista logra hacer historia.

Distintas instancias de participación ha tenido el proceso de construcción de una nueva Constitución. Estas han sido ampliamente utilizadas por el movimiento feminista y con una articulación programática que ha logrado avances contundentes para el país. La apertura para las mujeres, teniendo que constituir el 50% del órgano; las audiencias públicas que podían ser solicitadas por cualquier civil u organización que deseara tratar un tema específico; las Iniciativas Populares de Norma (IPN), como instancia para proponer artículos a incluir en la Constitución. Todos estos, mecanismos que han sido utilizados por y para el movimiento feminista.

Existieron 996 audiencias públicas, repartidas en las 7 comisiones de la Convención. De ellas 96 incluyeron temáticas de género y asistieron 33 organizaciones distintas, a defender este enfoque. Las temáticas abordadas principalmente fueron: Democracia Paritaria, Violencia de Género, Género y Justicia, Derechos Sexuales y Reproductivos, Trabajo de Cuidados, Educación Feminista/No Sexista, Perspectiva de Género en el Trabajo, Derecho a la identidad y libre expresión de la misma, entre otras. La más desarrollada fue la llamada Democracia Paritaria, que tuvo variadas expositoras proponiendo apuestas para un Estado que permita la participación y permanencia efectiva de mujeres y disidencias sexo-genéricas en su funcionamiento.

Se encuentran también las 2.496 IPN publicadas. De estas, 77 lograron las 15 mil firmas para ser discutidas, 20 incluyen criterios de género en la normativa y, de ellas, 9 son dedicadas exclusivamente al programa feminista, impulsadas principalmente por amplias articulaciones de organizaciones. Las temáticas que abordan estas propuestas normativas son casi idénticas a las ya nombradas en las audiencias públicas, lo que da cuenta de esa articulación programática del movimiento feminista.

Es posible hacer énfasis en las dos iniciativas sobre Derechos Sexuales y Reproductivos, que suman entre ambas 53.756 firmas de apoyo. Estas se encuentran ya aprobadas en comisión, pero aún deben discutirse en el pleno. Si se llegaran a aprobar, consolidarían el reconocimiento de cuestiones como el derecho a la planificación familiar y la libertad de decidir cuándo ser madre, lo que involucra educación sexual, acceso a anticoncepción y a aborto libre; el derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexual del cuerpo; el acceso a la privacidad, equidad y placer sexual; el acceso a prestaciones dignas para la maternidad y reproducción; el derecho a la libre asociación sexual, entre otros.

Sumado a todo esto, más de 20 convencionales feministas llegaron a la Convención Constitucional (CC), y muchas de ellas se han organizado para construir propuestas de norma desde una perspectiva feminista y de género. Es así cómo la mayoría de las apuestas programáticas del movimiento feminista, ya presentandas en audiencias y en IPN, fueron reforzadas estratégicamente por estas constituyentes. Quienes tomaron la posta de la ciudadanía, e incorporaron las propuestas que no habían alcanzaron las firmas suficientes para ser discutidas. Este es el caso de iniciativas de normas como la de “Perspectiva de género en el derecho al trabajo”, patrocinada por feministas de Apruebo Dignidad y Movimientos Sociales Constituyentes, que incluye cuestiones como la prevención de la violencia de género en el trabajo, el aumento de participación de personas trans y no binarias en el mundo laboral y la corresponsabilidad social de los cuidados.

La articulación de constituyentes también permitió presentar normas de propuestas que no tuvieron IPN, como lo es la Democracia Paritaria, ampliamente revisada en las audiencias públicas. Esta normativa involucra, entre otras cosas, que todas las instituciones del Estado deben tener una integración paritaria, donde al menos el 50% de su composición sean mujeres, y se garantice también la participación de personas trans y no binarias.

Los ejemplos ya presentados dan cuenta de un avance sustantivo en el programa del movimiento feminista. Organizaciones de la sociedad civil, movimientos sociales, partidos políticos, junto a convencionales organizadas, han permitido traducir a normas, una serie de demandas que llevan años en disputa por parte del movimiento feminista en Chile y el mundo. La forma en que este movimiento utilizaría la Convención para vehiculizar ese programa era incierta, pero hoy podemos observar cómo las distintas herramientas de participación impulsadas por la CC han sido abordadas por amplias articulaciones entre organizaciones y constituyentes con el objetivo de construir una de las constituciones con mayor perspectiva de género del mundo. Una vez más, el movimiento feminista logra hacer historia.

Catalina Figueroa
Coordinadora del área de género en Rumbo Colectivo.