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Opinión

En defensa del comercio internacional: ¿la Cancillería dónde está?

Por: Eduardo Santos | Publicado: 28.05.2022
En defensa del comercio internacional: ¿la Cancillería dónde está? |
Otra arista de esta inadecuada institucionalidad comercial es el pobre apoyo que estamos ofreciendo y entregando a las Pymes, en especial a Pymes rurales y agrícolas, de regiones. El “debilucho” apoyo se encuentra diluido en múltiples servicios de -al menos- tres o cuatro ministerios.

Luego del revuelo que se armó con el anuncio hecho por la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales de realizar una “consulta ciudadana para delinear la política de comercio exterior de Chile”, la Cancillería publicó su propio comunicado de prensa en el portal institucional (12 de mayo). Desde su titular, queda claro que el comunicado fue publicado para bajarle el perfil al anuncio anterior y -a los mejor- también “sacarle el piso” al subsecretario Ahumada o, al menos, a su propuesta. Sugeriría que, antes de hacer anuncios rimbombantes de cualquier naturaleza (ya sea este sobre consultas comerciales o jefes de la Defensa Nacional) exista una coordinación más prolija.

Según la Cancillería, ya no es una “consulta ciudadana para delinear la política de comercio”, sino más bien un “proceso participativo sobre comercio para el desarrollo”, y se destaca que “el Ministerio de Relaciones Exteriores subraya que dicha consulta ciudadana tiene un carácter no vinculante”. Y se agrega que “su objetivo es identificar las percepciones de la ciudadanía sobre la actual política comercial chilena, y recibir propuestas que contribuyan a diseñar una política comercial”. Ya no sería para “recibir propuestas para definir lineamientos que permitan definir una estrategia de política comercial”. Más aún, la Cancillería priorizaría diferentes participantes, informando que “contribuirá a robustecer los procesos decisorios incorporando a grandes empresas, Pymes, académicos y expertos nacionales e internacionales, así como a la sociedad civil organizada”. Muy diferente al proceso que parece tener en mente el subsecretario que -según él- incluiría “desde el mundo privado, el sector sindical, comunidades indígenas y locales”. Me llamó la atención la referencia a grandes empresas y me recordó cuando, años atrás, alguien mencionó en la (antigua) DIRECON que preocuparse de las Pymes era sólo para el discurso político, pues los que exportan son los “grandes”. ¡Plop!

Curiosamente, al momento de escribir esta columna, el llamado a la “consulta ciudadana” aún seguía en el portal de la SUBREI. ¿Fue todo esto una “sacada de piso” al subsecretario Ahumada? Difícil saberlo. Pero está claro que estas volteretas introducen nuevas dudas y mayor confusión.

Lo anterior no hace sino acentuar la preocupación que vengo expresando desde hace meses, acerca de los temas comerciales. Ciertamente, delincuencia, seguridad, inflación, salario mínimo y otros temas del mismo orden son prioritarios. ¿Y, sabemos qué hacer en materia de relaciones internacionales? Estoy empezando a creer que falta liderazgo. Se repite con frecuencia que estamos a la “espera” de que la Constituyente concluya su trabajo y que, a partir de ahí, se decidiría cómo seguimos y qué hacemos, en esta y otras materias. Se ha mencionado abiertamente, por ejemplo, en relación a la ratificación del TPP-11. Creo poco prudente que sigamos esgrimiendo esta excusa, con la gran cantidad de materias urgentes que debemos tratar y que podemos abordar, sin que la Constituyente nos lo impida. ¡Tratemos de “caminar y mascar chicle”!

Ya se ha nombrado a -o intentado nombrar- por ejemplo, a embajadores en puestos claves para nuestras relaciones internacionales y comercio, como es caso de los Estados Unidos, China, Brasil, Argentina, ONU, OMC y varios otros. ¿Por qué no esperamos la aprobación de la nueva Carta Magna? Porque no lo necesitábamos, a pesar de que algunos nombramientos fueron muy cuestionados.

Hasta ahora, solo vimos generalidades acerca de nuestra política comercial. No obstante, sugiero que sí podemos “revisitarla”, sin tener que esperar a la Constituyente y a la Consulta Ciudadana, o como quiera rebautizarla MINREL. Debemos enfrentar desafíos que requieren urgente atención, pues todo ello impacta en nuestra habilidad para introducir reformas y alcanzar los objetivos del Programa del Candidato Gabriel Boric. En los siguientes párrafos me referiré a uno de estos temas que -teniendo diferentes “aristas”- no es fácil de abordar, pero que sí debemos enfrentar: la inadecuada y anticuada institucionalidad en que se apoya, y que sustenta a nuestro comercio internacional.

Para empezar, una de estas aristas es la enorme porosidad de nuestras fronteras y que se expresa en las dificultades de nuestras instituciones para enfrentar los desafíos de la apertura comercial que hemos alcanzado. Estas instituciones están trabajando al límite. Su expresión más visible (¿vistosa?) ha sido el tráfico de mercaderías falsificadas que alimenta -en gran parte- el comercio ilegal/informal, incluyendo la venta de fuegos artificiales. En parte, también, acompañado por el tráfico de armas y drogas.

Algo menos visible -pero oneroso- son las plagas que han ingresado a nuestro país y que en los últimos años nos ha costado miles de millones de pesos mantener bajo control y -posiblemente- cientos de millones de dólares en pérdidas de mercados de exportación. Hasta hace un par de décadas, nos enorgullecíamos de ser una “isla sanitaria”. Ya no más. Ahora tenemos frecuentes brotes de mosca de la fruta, después de habernos declarado “libres” en 1995. Y, en las dos o tres últimas décadas, nuevas plagas que afectan la producción frutícola y hortícola, como son la polilla del racimo de la vid, el chinche pintado, el chinche apestoso, la polilla minadora de los cítricos y la drosófila de alas manchadas, sólo para nombrar algunas.

Debemos resolver con urgencia las debilidades que afectan a servicios como el de Aduanas y los de Inspección Sanitaria, el SAG, Sernapesca y el Ministerio de Salud. Se requiere no sólo mejorar la coordinación entre servicios y ministerios, sino que también que estos sean más robustos y estén mucho mejor financiados. A pesar del gran esfuerzo que realizan los servicios, seguimos intentando abarcar más de lo que estamos en condiciones de hacer. Así, dañamos nuestro patrimonio sanitario, sobrecargamos los recursos naturales de agroquímicos y afectamos el medioambiente. Podría ilustrar todo esto en detalle, pero será en otra oportunidad. Me atrevo a sugerir, sin embargo, que sí podemos intentar resolver la “porosidad de nuestras fronteras” y de avanzar, antes de la “consulta ciudadana”. ¿Queremos o no, un comercio enmarcado en una política exterior “turquesa”?

Otra arista de esta inadecuada institucionalidad comercial es el pobre apoyo que estamos ofreciendo y entregando a las Pymes, en especial a Pymes rurales y agrícolas, de regiones. El “debilucho” apoyo se encuentra diluido en múltiples servicios de -al menos- tres o cuatro ministerios. La información no es fácil de encontrar, la práctica de las operaciones complicada de entender y, más difícil aún, cumplir con los requisitos para alcanzar los posibles beneficios.

Esto requiere urgente atención: los pequeños y medianos productores han sido los más afectados por la apertura económica y, además, las Pymes fueron objeto de atención en el Programa del candidato Gabriel Boric. Si efectivamente se quiere incorporarlos a los circuitos comerciales y de exportación -como se ofreció-, se requiere reformas urgentes en nuestra institucionalidad comercial y sistemas de apoyo al sector: sugiero la creación de unaVentana Única Pyme Exportadora”, que alcance a las regiones, virtual y presencialmente.

Por último, una breve mirada al fomento y promoción de nuestras exportaciones. Ahora, yo tengo una referencia a la OCDE: profesionalicemos “en serio” el servicio público en esta área. Esta área es lo suficientemente especializada como para darle continuidad, al más alto nivel posible. Esto es exactamente lo que hace la mayoría de los países miembros de la OCDE. A través de la Alta Dirección Pública hemos avanzado, pero le falta trasparencia al sistema, y hay cargos que no participan del proceso. Tampoco me parece que esta sea la solución, pero debemos profesionalizar el área comercial del servicio público. Es claramente necesario hacerlo en el Ministerio de Agricultura, con la nominación de sus Agregados. En el área económica, existió en la DIRECON y hoy en la SUBREI y en ProChile. Todo esto funciona sólo a medias, y a los “apitutados” no les es difícil “saltarse la fila”. En el pasado, el uso político de estos cargos afectó seriamente el diseño e implementación de políticas, y la calidad del servicio prestado, esto a nivel regional, nacional e internacional. Esperemos que esto no siga ocurriendo, pero no estoy tan seguro.

Tengo la convicción de que hemos hecho un gran esfuerzo con la apertura económica; hemos llevado al límite el uso de nuestros recursos, y muchos han pagado un alto costo. No obstante, como país, hemos obtenido beneficios. Sin embargo, con la gran porosidad de nuestras fronteras, la desactualizada y poco efectiva institucionalidad comercial, y el bajo grado de “profesionalización” de algunos de nuestros servicios, aprovechamos sólo a medias las potenciales oportunidades que surgen de la apertura económica. Más aún, los objetivos del candidato Gabriel Boric de una “política exterior turquesa”, “feminista”, “inclusiva”, “antirracista”, descentralizada” y “participativa”, y de una política comercial “enmarcada” en esta política exterior, podrían seguir siendo sólo objetivos.    

Empecemos a actuar ya, pero requerimos liderazgo para salir adelante, defender las propuestas, obtener mayores recursos, modernizar la institucionalidad y coordinarse efectivamente con otros servicios y ministerios. Pero este liderazgo, lamentablemente, parece estar ausente.

Eduardo Santos
Doctor de la Universidad de Sussex. Experto en negociaciones comerciales y el comercio agrícola.