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Opinión

Alianzas malditas y anti-derecho indígena

Por: Jorge Calbucura | Publicado: 22.08.2022
Alianzas malditas y anti-derecho indígena |
A dos semanas del plebiscito de salida es posible advertir un clima de contaminación informativa y de animadversión contra los pueblos originarios. Es así como la clase política intenta traspasar a la opinión pública un sentimiento de polarización.

En las elecciones de mayo del 2021 para la Convención Constituyente los candidatos de la clase política sufrieron una aplastante derrota. Los expertos coinciden en señalar que se trató de un voto de castigo a la clase política que ha gobernado Chile en los últimos 30 años. Consecuentemente,  como minoría los convencionales de la clase política no pudieron influir en la redacción ni contenido de la nueva Constitución Política de Chile.

No es casualidad que la campaña del Rechazo se ha concentrado en destacar que la Convención Constituyente no es representativa de la voluntad democrática y que el texto de la nueva Constitución no es fruto de un amplio acuerdo. Esto ha llevado a que las distintas figuras públicas de la clase política llamen a crear acuerdos para una Constitución Política que sea un «Punto de Encuentro» o «Una que nos Una». Se enfatiza que un eventual resultado de la campaña del Apruebo en el plebiscito de salida que alcance un 55% o un 80% no es suficiente, porque porcentualmente equivale a que no “se gobierna para todos”. Con ese índice de aprobación la Constitución Política no representaría “La Casa de Todos”. Es así como la clase política intenta traspasar a la opinión pública esta percepción de caos con el objetivo de despertar desconfianza en el electorado.

Con todo, los analistas coinciden en que es un problema que sectores de la clase política no hayan participado de los acuerdos ni en la redacción de algunas normas constitucionales. Al mismo tiempo coinciden en indicar que la Convención Constituyente es representativa de la diversidad ciudadana de Chile; por lo tanto, tiene la atribución de establecer acuerdos básicos, reglas y derechos políticos, económicos, culturales y sociales.

No obstante, la clase política y los medios de comunicación privados han secuestrado el debate sobre el plebiscito de salida. La exclusión de la sociedad civil y los representantes de los movimientos sociales en el debate electoral debe verse como violación del principio de igualdad y como infracción del derecho a las libertades deliberativas. De esta manera el proceso del plebiscito de salida queda marcado como una campaña electoral que no ha prestado atención a las consideraciones ciudadanas, la sociedad civil y los movimientos sociales. De cara al plebiscito de salida, la clase política se presenta en los medios de prensa como la portavoz de los anhelos de los chilenos.

A dos semanas del plebiscito de salida es posible advertir un clima de contaminación informativa y de animadversión contra los pueblos originarios. Es así como la clase política intenta traspasar a la opinión pública un sentimiento de polarización.

En el debate sobre las interpretaciones y contenido de la nueva Constitución coexisten noticias verdaderas en contextos falsos y noticias falsas en contextos verdaderos, esto con el objeto de generar una reacción emocional en torno a lo que peyorativamente se ha denominado la “Constitución Indigenista”. Para el caso, el concepto “indigenismo” es un error semántico; ya que “indigenista o indigenismo” refiere -por ejemplo- implementar una política hacia la población indígena por los no indígenas. En este caso, son los Convencionales Indígenas los que contribuyeron a redactar un texto constitucional “Indígena”.

La idea de que existe consenso casi generalizado en torno a la necesidad de negar derechos de los pueblos indígenas ha servido para generar argumentos que afirman que se pretende reconocer una “Constitución Indigenista” con un forado legislativo que va a atomizar Chile y destrozarlo en varias autonomías territoriales.

A decir, Estado Plurinacional y Pluralismo Jurídico son dos normas aprobadas en el texto de la nueva Constitución. Esta propuesta de normas constitucionales ha articulado a sectores de izquierda, centroizquierda y derecha para crean una alianza maldita transversal, que incorpora una perspectiva anti-derechos indígenas.

En este escenario, la competencia electoral se caracteriza por un activismo anti-derechos indígenas en línea nunca antes visto. Bajo estas condiciones, esta alianza maldita anti-indígena agrupa a personalidades intelectuales, representantes de partidos políticos y líderes sociales que se proponen definir el plebiscito de salida en un territorio emocional.

Vale destacar que la propuesta de reconocimiento de derechos constitucionales de los pueblos indígenas en el marco de un Estado Plurinacional se fundamenta en los principios de los derechos fundamentales y normas constitucionales subordinadas a lo estipulado por los tratados internacionales ratificados por el Estado chileno. A decir, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007) y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre pueblos indígenas y tribales (1989).

En relación a las normas a plebiscitar, en particular las relacionadas con los derechos de los Pueblos Indígenas, en innumerables oportunidades los convencionales indígenas han expresado que no se trata de una maniobra de encubrimiento o conspiración contra el Estado chileno. Enfatizan que, por evidente y elemental, la demanda trata sobre el derecho inalienable en materia de inclusión y democracia.

En 2019 el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo lanzó una consulta a un grupo de expertos para que emitieran un informe con recomendaciones para combatir las fake news. Dicho informe, llamado “La contaminación informativa y su impacto en la democracia” (2020), recomienda que en vez de fake news se use el concepto “contaminación informativa” porque enfoca la propagación de información errónea, desinformación (contenido falso creado en forma deliberada para causar daño) e información maliciosa (basada en hechos reales, pero manipulados).

La campaña anti “Constitución Indigenista” determina la validez de las conclusiones del informe anteriormente mencionado. Que al respecto destaca que la estrategia de la “contaminación informativa” (léase campaña anti “Constitución Indigenista”) es la producción de información maliciosa con el objetivo de generar confusión y para ser usada como herramienta de ataque. El objetivo es que este tipo de información llegue a las élites (la económica, la política y la intelectual) con el propósito de ser consignada como información verdadera. Algo así como: noticias falsas en contextos verdaderos.

Bajo tal perspectiva preconstituida proliferan los análisis y encuestas de opinión publica tratando de dar respuesta a la interrogante: en el plebiscito de salida, ¿cuál es el sentimiento real de la opinión pública chilena?

Al respecto vale la pena recordar que, en el nivel de desconfianza hacia los medios de comunicación, Chile se sitúa entre los más altos del mundo, lo que no es extraño ya que 4 consorcios dominan el 90% del mercado de los medios de comunicación. El reporte de “Investigación sobre Chile”, de Reuters Institute de la Universidad de Oxford (2020), constata que cerca de un 70% de los chilenos no confía en lo que lee, escucha o ve en los medios de comunicación. Consecuentemente, el 73 % de los chilenos afirma que las redes sociales se han convertido en su principal fuente de noticias.

Esto no significa que este nivel de desconfianza sea inequívoca. Pero es de conocimiento común que la conciencia social está determinada por la posición que asume la ciudadanía en su anhelo de pertenecer a algo más grande. Por otra parte, la desconfianza hacia los medios de comunicación demuestra que hay un desfase entre expectativa, realidad y la voluntad de cambio.

Tan sólo cuando nos miremos a nosotros mismos desde un futuro imaginado, podremos acceder a las capas subyacentes de nuestras aspiraciones colectivas. Y a partir de ahí entenderemos de qué forma esta conciencia social nos dio la fuerza para cambiar y que el cambio no se produce sin dolor y sin un baño de derechos.

Jorge Calbucura
Licenciado en Historia y doctor en Sociología. Coordinador del Centro de Documentación Mapuche Ñuke Mapu.