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Opinión

A propósito del Día Nacional de las Artes Visuales 

Por: Andrea Jösch | Publicado: 29.09.2022
A propósito del Día Nacional de las Artes Visuales  Arte visual callejero en Santiago |
Pensar en pedagogías de la visualidad transversalmente en los currículos nos permitiría iniciar un camino hacia la deconstrucción de las miradas, esas que muchas veces están cargadas de sesgos y estereotipos socioculturales, políticos, de género, económicos, raciales, entre otros.

Cada 29 de septiembre desde el año 2005 se celebra en Chile el Día Nacional de las Artes Visuales y se vuelve pertinente preguntarnos sobre la relevancia o injerencia que tienen las prácticas artísticas a nivel social, cultural y/o político. En particular, hablo desde el ámbito educativo, pues las artes contemporáneas posibilitan, eventualmente, un espacio de reflexión crítica donde existen oportunidades concretas de generación de vínculos y aperturas sensibles (tanto desde la educación como de la mediación artística) con los públicos, en un mundo cada vez más incierto.

Se vuelve más necesario y urgente —sobre todo en este momento de transformaciones históricas que estamos atravesando— incorporar el aporte que las artes visuales deben hacer en los procesos educativos en todos sus respectivos niveles, desde prebásica hasta la educación superior. Su contribución es necesaria tanto para pensar y tratar críticamente las imágenes (entendiendo que estas son uno de los medios de representación más utilizados en la actualidad) como también para trabajar metodologías que impliquen aprender a observar de manera crítica nuestra relación con el mundo. Pensar en pedagogías de la visualidad transversalmente en los currículos nos permitiría iniciar un camino hacia la deconstrucción de las miradas, esas que muchas veces están cargadas de sesgos y estereotipos socioculturales, políticos, de género, económicos, raciales, entre otros; también, para ampliar nuestra capacidad crítica, estética y sensible sobre el mundo que habitamos.

Si entendemos las prácticas artísticas como procesos que no construyen certezas, sino más bien que buscan proponer preguntas a través de diversos lenguajes, materialidades, corporalidades, técnicas o medios para ver más allá o más acá de lo que estamos acostumbrados a ver, entonces su aporte se vuelve significativo para entablar diálogos y escuchas que amplifiquen la imaginación, la intuición y la experimentación.

Las artes nos hablan —entre otras cosas— sobre las memorias, se ocupan de los olvidos, dibujan futuros y anidan poéticas para ejercitar la capacidad de abstracción. Lo que nos proponen las prácticas artísticas es adentrarnos, desde la construcción simbólica y sensible, a un universo de posibilidades, donde se valoran las subjetividades y las materias especulativas como recursos para aportar a la complejidad de nuestras propias existencias y de otros futuros posibles.

En 2021, el Consejo Nacional de Acreditación promulgó los nuevos “Criterios y estándares de calidad para la acreditación”, en los que se declaró que tanto la investigación como la creación y/o innovación son actividades válidas de generación de conocimiento. En ese sentido, el debate dentro de las instituciones de nivel superior amerita repensar las categorías disciplinares y las exigencias del mercado para abrirse a nuevas metodologías, procedimientos y experiencias sensibles que aporten a crear un ecosistema sensible, situado, enlazado y realmente transdisciplinar.

En este contexto, hemos estado trabajando en un Núcleo Digital, que da cuenta de los diversos procesos de  creación artística de las personas que integran la Escuela de Arte-UDP, que lanzamos simbólicamente el Día Nacional de las Artes Visuales y que seguiremos nutriendo de manera constante. La idea es aportar a la difusión de los procesos artísticos y la discusión sobre la relevancia de las artes visuales en la conformación de un conocimiento sensible dentro de la academia y la sociedad.

Andrea Jösch
Directora de la Escuela de Arte de la Universidad Diego Portales.