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La importancia de la educación pre-básica en derechos humanos

Por: Bayron Palma y Martín Araya | Publicado: 31.01.2023
La importancia de la educación pre-básica en derechos humanos | AGENCIA UNO
La educación es uno de los elementos esenciales en el desarrollo y progreso de la sociedad, por lo que un estudio basado en los derechos humanos debe estar presente desde la niñez, reforzarse en la adolescencia y practicarse en la vida adulta con las nuevas generaciones, para que éstas puedan continuar con la construcción de sociedades menos desiguales y un mundo más humano para todas, todos y todes.

A nivel nacional, una asignatura en base a los derechos humanos es una materia en deuda hasta la fecha. No es así en el ámbito internacional, donde países como Uruguay, México y Alemania han desarrollado por medio de talleres o asignaturas de índole obligatoria la enseñanza de derechos humanos.

Los derechos humanos no son más que los derechos que tenemos todas las personas por el mero hecho de existir y que tienen como propósito que vivamos dignamente en un entorno de libertad, justicia y paz. En Chile la educación sólo se basa en el aprendizaje de materias básicas (Lenguaje, Matemáticas, Historia u otras), dejando de lado un aprendizaje que va más allá de los contenidos, que permita basarse en la creación de conciencia hacia el otro, en formar a niñas, niños, niñes y adolescentes en lo que son las libertades, la justicia, la equidad, tolerancia y respeto.

La ausencia de educación en este ámbito, en parte, responde al sesgo ideológico aún latente en nuestro país. Es un sesgo multipolarizado que no permite un mayor avance hacia un futuro mejor, ni a la construcción de una mejor enseñanza y con ello, la tan necesaria formación en derechos humanos que Chile tanto requiere.

Para avanzar en un mundo mejor y más justo lo principal es reconocernos mutuamente como personas con derechos y deberes. Para ello se puede considerar pertinente el Artículo 7.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que señala a los Estados y, según corresponda, a las autoridades gubernamentales competentes como los principales responsables de promover y garantizar la educación y la formación en materia de derechos humanos, en base a la participación, responsabilidad e inclusión.

Pese a que los programas de estudio de diversos subsectores, como Historia, Orientación y Filosofía, han ido incorporando contenidos propios de la educación en Derechos Humanos, tales como los Derechos del Niño, nociones como democracia, soberanía, Estado de Derecho o el estudio de la historia reciente del país, incluyendo los episodios de violaciones a los derechos fundamentales, este proceso no ha estado exento de conflictos, debido a las diferencias ideológicas en torno al tratamiento del pasado. La educación en Derechos Humanos es relevante para el país, porque no sólo se aplica a la pedagogía escolar en materia de cursos específicos, sino que también en ámbitos de la vida diaria.

En Chile, debe existir una formación robusta en la disciplina de los Derechos Humanos. Esto desde la niñez o la primera infancia, ya que así lo ha establecido en el año 2012 la Declaración de educación y formación en la materia.

¿Por qué a tan temprana edad? Esto resulta en que los primeros años de vida en el ser humano son fundamentales para el desarrollo futuro de las habilidades requeridas. Es por esto que la etapa infantil debe y requiere ser estimulada en todos los sentidos, creando y generando aprendizajes que en la vida venidera serán básicos para su desarrollo. Es aquí la mayor importancia si se habla de un aprendizaje en Derechos Humanos, surgida de un preciso y futuro entendimiento de lo malo y bueno, del deber y del derecho establecido, sobre todo del conocimiento y aprendizaje de un ámbito que nos pertenece desde que nacemos.

La educación es uno de los elementos esenciales en el desarrollo y progreso de la sociedad, por lo que un estudio basado en los derechos humanos debe estar presente desde la niñez, reforzarse en la adolescencia y practicarse en la vida adulta con las nuevas generaciones, para que éstas puedan continuar con la construcción de sociedades menos desiguales y un mundo más humano para todas, todos y todes.

Bayron Palma y Martín Araya
Del Observatorio de Derechos Humanos.