Avisos Legales
Opinión

Liceos emblemáticos: una fisura en la demanda pública

Por: Benjamín Escobedo | Publicado: 14.03.2023
Liceos emblemáticos: una fisura en la demanda pública |
Sería muy triste que el sistema educativo continuara así, de manera inverosímil al nivel y prestigio que un día gozaron dichos liceos esbozados. Las bajas en las matrículas debiesen obligatoriamente provocar una relectura de estos; y de esa forma, buscar soluciones, desafíos e hilvanar una salida frente a la carencia de orden que, posiblemente, este año 2023 afectó la demanda de matrículas.

Comenzando el año escolar en la capital observamos un panorama poco común en colegios emblemáticos de Santiago, un entramado que abre espacios a cuestionamientos, reflexiones y propuestas sobre dicha situación contemplada. Por tanto, cabe señalar que aquellas instituciones formativas de educación media inscriben la siguiente premisa por estos días: “Liceos emblemáticos: una fisura en la demanda pública”.

Primero, para nadie es un misterio que hace rato la educación pública viene observando una degradación en varias estadísticas de condiciones y de rendimiento, las que afectan el espacio público y horizontes formativos trazados por cualquier gobierno. Junto con ello, los desórdenes, enfrentamientos, tomas y constantes interpelaciones entre alumnado y autoridades que se observan en algunos establecimientos son parte de una problemática de nivel mayor. A su vez, debemos sumar la transformación en el paradigma educativo donde el aula virtual ha ocupado un espacio preponderante en los últimos años gracias a nuevas posibilidades digitales. Sin embargo, nada justifica las acciones de ciertos alumnos en formación que, más que “exigir” una educación de calidad, promulgan una vociferación de vandalismo y desordenes en nuestra sociedad civil. Lo triste es que muchas de estas instancias mutiladoras adscriben a colegios y liceos de educación media emblemáticos, lugares donde incluso se ha formado más de algún Presidente de la República.

Segundo: lo anterior nos deja frente a un panorama desolador en las matrículas de enseñanza media para quienes confiamos en la educación como vehículo de movilidad social, y en una educación escolar que no esté sujeta a los recursos ni contextos con los que cuentan los alumnos. Los datos acuñan lo siguiente: (a) Instituto Nacional, 167 cupos sin cubrir matrículas; (b) Liceo N°1 Javiera Carrera, 153 cupos sin cubrir matrículas; (3) Liceo Manuel Barros Borgoño, 245 cupos sin cubrir matrículas; (4) Internado Nacional Barros Arana, 526 cupos sin cubrir matrículas; (5) Liceo de Aplicación, 531 cupos sin cubrir matrículas; (6) Liceo Lastarria, 178 cupos sin cubrir matrículas.

Puede haber diferentes razones que expliquen esta baja, pero el común denominador es la opción de padres, madres y apoderados por mejores alternativas en cuanto a seguridad, rendimiento y calendario de clases, incluso si éstas exigen un pago más significativo.

Algunos señalan que la falta de seguridad en dichos establecimientos suscitaría una considerable baja en las matrículas (así declaró la ex directora del Liceo Darío Salas y del Manuel Barros Borgoño, Lilian Vincent). Al margen, esta realidad refleja una degradación en el sistema educativo que, dicho sea de paso, afecta la gestión, administración y avance de aquellos colegios históricos, o bien llamados “emblemáticos”.

Tercero: no podemos relegar el impacto que esto conlleva principalmente para el Municipio de Santiago dada la preponderancia geográfica de los liceos en cuestión, dejando a un costado al Liceo José Victorino Lastarria, que está en la comuna de Providencia. Sin duda, este hecho viene a repercutir en los parámetros de orden público enarbolados por la alcaldesa Irací Hassler, actual autoridad del municipio de Santiago. Las entidades formativas de enseñanza media necesitan ser respaldadas de forma integral desde el municipio, por tanto una enajenación de aquello irrefutablemente erige en un descontento generalizado de los padres y alumnos a la hora de escoger establecimientos educacionales.

Sería muy triste que el sistema educativo continuara así, de manera inverosímil al nivel y prestigio que un día gozaron dichos liceos esbozados. Las bajas en las matrículas debiesen obligatoriamente provocar una relectura de estos; y de esa forma, buscar soluciones, desafíos e hilvanar una salida frente a la carencia de orden que, posiblemente, este año 2023 afectó la demanda de matrículas.
El proceso exige diálogo y una sutura a la brevedad a través de la gestión pública para que “nuestros” establecimientos de educación media vuelvan a ser referentes en el país.

Benjamín Escobedo
Académico, teólogo e investigador de Historia.