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Opinión

¿Cuántas veces debemos perderlo todo para poder hablar con el jefe?

Por: Constanza Christian | Publicado: 02.04.2023
¿Cuántas veces debemos perderlo todo para poder hablar con el jefe? Presidente Boric tras los incendios en Ránquil |
Rosa Puentes pudo plantearle las problemáticas de los vecinos de Carrizales en Ránquil directamente al Presidente y sus ministros/as, pero ¿acaso debemos esperar a que se les quemen sus casas y huertos por tercera vez para que empecemos a implementar medidas de largo plazo?

“¿Cuántos ríos tenemos que cruzar antes de poder hablar con el jefe?”. Esta pregunta, que se hace Bob Marley en la canción “Burnin’ and Lootin’”, se vino a mi cabeza al ver la fotografía de la señora Rosa Puentes, dirigente vecinal del sector de Carrizales en la comuna de Ránquil (Región de Ñuble), caminando y conversando con el Presidente Gabriel Boric y la comitiva de ministros/as que visitó esta comuna el 22 de marzo, para anunciar las medidas de ayuda a los/as pequeñas y medianas productoras silvoagropecuarias afectadas por los recientes incendios forestales en el centro-sur del país.

¿Cuántas veces se te tiene que quemar la casa, el predio y todos tus medios de vida para que puedas hablar con las autoridades? ¿Cuántas veces los habitantes de un territorio rural tienen que perderlo todo para ser puestos en la agenda presidencial?

How many rivers do we have to cross/
Before we can talk to the boss? Yeah/
All that we got, it seems we have lost/
We must have really paid the cost…

El estribillo de la canción continúa: “Todo lo que tenemos, parece ser que lo hemos perdido”. Así parece ser para los habitantes de Santa Juana, Purén y Ninhue, y tantas otras comunas afectadas por los incendios en las regiones de La Araucanía, Biobío y Ñuble.

Ante la realidad que viven miles de agricultoras y sus familias, el gobierno propone medidas de emergencia, principalmente transferencias directas para agricultores/as con producción para el autoconsumo familiar, y transferencias más asesoría técnica para quienes que se dedican a la comercialización de productos silvoagropecuarios. Y, si bien estas medidas son muy importantes para enfrentar el problema más inmediato de quedar sin hogar y sin medios de vida ¿qué pasa con el diseño de medidas de largo plazo, que implica un mejor ordenamiento territorial y capacidad de diálogo y negociación de las comunidades rurales con la industria forestal?

En 2016, en Rimisp–Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural hicimos un Plan de Gestión Territorial (PGT) para Ránquil, Quillón y Florida, como parte del Proyecto GEF Comunidades Mediterráneas Sostenibles del PNUD y el Ministerio de Medio Ambiente. El objetivo de este proyecto era proteger el bosque nativo del cerro Cayumanque y generar alternativas productivas frente a los incendios forestales que afectaron a este territorio en 2012.

En los talleres participativos realizados para construir este PGT con los habitantes del territorio, participó la señora Rosa Puentes, quien nos contó con lujo de detalles cómo perdió todo en los incendios —casa, huerto, animales y por poco la vida— y el problema estructural que existe para producir en Ránquil por la falta de agua: “Aquí mi hermana tenía un huerto, había hartos cerezos, pero todo se quemó (…) Carrizales, como te dijera, se estancó. Es que no había ni $ 100, como te decía ¿cómo hago esto si no dispongo de medios? (…) porque no tenemos agua (…) los camiones (aljibe…) cubriendo el agua (…) No se ha plantado nada, no se ha sembrado el trigo, no se ha hecho nada, porque no se puede y está todo terriblemente seco (…) Todo lo que es suelo, la biodiversidad, todo se está secando, que todo se está acabando (…y) no habiendo agua, no hay comida ¿cierto?” (Rosa Puentes, entrevista de 2016).

Si los mismos territorios están sin agua para la producción y sufren incendios forestales graves cada 10 años, ¿no sería bueno hacer un trabajo serio de ordenamiento y planificación territorial para evitar estas tragedias en el largo plazo?

A partir de la evidencia que ha generado Rimisp en diversos territorios rurales en América Latina, sabemos que las mejores políticas territoriales se hacen dialogando con los actores del territorio, y estableciendo estructuras de gobernanza de largo plazo que permitan tomar medidas descentralizadas y acordes a la realidad local.

En esta oportunidad la señora Rosa Puentes pudo plantearle las problemáticas de los vecinos de Carrizales en Ránquil directamente al Presidente y sus ministros/as, pero ¿acaso debemos esperar a que se les quemen sus casas y huertos por tercera vez para que empecemos a implementar medidas de largo plazo?

Constanza Christian
Investigadora de Rimisp–Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural.