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Sentir dolor como otra desigualdad de género

Por: Débora Solís | Publicado: 20.01.2024
Sentir dolor como otra desigualdad de género Imagen referencial | AGENCIAUNO
Los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos necesitan un reconocimiento permanente, para que así niñas, mujeres y personas con capacidad de gestar, puedan dejar de ser un grupo que evidencia una mayor desigualdad respecto a los cuidados, promoción y acceso a los servicios básicos de salud.

Este 2024 comenzó con nuevas discusiones en torno a la legislación de los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos. El proyecto de ley de Endometriosis fue aprobado por la Cámara de Diputadas y Diputados, pasando a segundo trámite en el Senado. La aprobación de esta ley significaría un avance para las mujeres y personas con útero, ya que establece normas para promover y garantizar la atención médica de quienes padecen esta enfermedad. Asimismo, el proyecto también señala la posibilidad de que el Estado sea garante de tratamientos de criopreservación de ovocitos para preservar la fertilidad de quienes se ven afectadas.

La endometriosis es una patología que se caracteriza por la presencia de tejido similar al endometrio fuera del útero, lo cual causa dolores intensos en la pelvis, sangrado vaginal, entre otros síntomas. Y fue precisamente en la Cámara Baja del Congreso, cuando se estaba discutiendo sobre las implicancias negativas de la endometriosis, cuando el diputado republicano, Cristian Araya, realizó una comparación inapropiada.

Entrampándose en la discusión, el diputado indicó que las mujeres jamás podrán entender lo que se siente una patada en los testículos, por ende, ellos difícilmente comprenderán lo que es sentir el dolor asociado a la endometriosis. Esta aseveración es cierta, ya que no se puede experimentar en carne propia las afecciones de otro, pero una vez más, se busca invisibilizar el padecimiento de las mujeres y personas con útero a través del menosprecio, la ridiculización y la apatía.

Cólicos premenstruales y menstruales, dolor en la ovulación, molestia en la menopausia, malestares durante el embarazo, depresión post parto, cáncer de mama y/o cuello uterino, fibromialgia, son algunas de las tantas dolencias que afectan mayoritariamente a mujeres y personas con capacidad de gestar, por lo que es relevante que se les escuche y atienda con todas las garantías de derecho y desde la perspectiva de género. Además, existe una interpretación permanente sobre que las mujeres tienen más alto el umbral de dolor, pero a la vez se minimiza el padecimiento, con epítetos tales como exageradas, histéricas e incluso mentirosas, aumentando la desigualdad y estigmatización del género.

Algunas cifras nos ayudarán a consolidar la importancia de prestar detallada atención a los dolores y padecimientos de mujeres y personas con capacidad de gestar. El Informe de Estudio Gestión Menstrual en población hipervulnerable (2022) evidenció la situación que viven aquellas mujeres y personas menstruantes privadas de libertad, aseverando que el 42% sufre dolores altos y extremos durante la menstruación. A pesar de esta alta estadística, los relatos de las internas evidencian lo inhumano que es vivir con dolores menstruales, ya que el uso de analgésicos no se les he permitido, dejándoles a la deriva.

Desde otra arista, según cifras de la OMS, la endometriosis afecta aproximadamente a 190 millones de mujeres, niñas y personas con útero en todo el mundo, lo que equivale al 10% de este grupo poblacional en 2023.

Los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos necesitan un reconocimiento permanente, para que así niñas, mujeres y personas con capacidad de gestar, puedan dejar de ser un grupo que evidencia una mayor desigualdad respecto a los cuidados, promoción y acceso a los servicios básicos de salud. Además, es relevante abordar todas estas problemáticas a través de la implementación de la Educación Integral de la Sexualidad en los currículos escolares para todas las personas, para así contribuir a la igualdad y la garantía de Derechos

Débora Solís
Directora Ejecutiva de la Asociación Chilena de Protección de la Familia (APROFA).