Aberrante es la mínima expresión que podemos darle al actual uso de la palabra «ecosistema» por parte de corporaciones tecno-industriales y mineras.
¿Qué significado tiene realmente la palabra ecosistema? La RAE lo expresa de la siguiente manera: «Comunidad de los seres vivos cuyos procesos vitales se relacionan entre sí y se desarrollan en función de los factores físicos de un mismo ambiente». Ecosistema es uno de los conceptos más importante de la ecología y está referido solo a procesos naturales y sus relaciones de interdependencia. Nada tiene que ver con procesos tecno-industriales y mineros los cuales habitualmente son los responsables, directa o indirectamente, de los desequilibrios en los ecosistemas.
Entonces, ¿por qué estas corporaciones usan equivocadamente el término ecosistema? Según sus propias palabras, es por las interrelaciones de sus procesos productivos. Sin embargo, al referirse a procesos artificiales, y no a procesos naturales, la palabra ecosistema carece de sentido. Más aún, lo distorsiona.
¿Existe la posibilidad de que estas corporaciones no conozcan el significado real de la palabra ecosistema? Sería ignorancia supina. Más bien, pareciera que hay la intencionalidad de confundir a la ciudadanía y, al mismo tiempo, encubrir los costos ecológicos que estas mismas corporaciones ocasionan.
Mención especial tiene el sector de la minería, el cual invierte en muchos programas de televisión intentando convencernos de que su actividad es un ecosistema sustentable, en circunstancias de que sus faenas son las que más directamente los afectan.
La desregulación que ha instalado el neoliberalismo en Chile y en el mundo es la principal responsable de que estas mentiras se puedan esparcir «legalmente» por los medios de comunicación, los cuales, precisamente, están controlados por estas corporaciones.
Es el nuevo greenwashing (estrategia comunicacional de lavado verde de imagen) que se está esparciendo en el mundo.
Un uso aberrante… por decir lo menos.