Jorge Ramírez, presidente de Comunes: «El FA ha entendido que tiene que volver a su sentido de origen impugnador»

La ausencia de una candidatura presidencial del Frente Amplio (FA) ha dado que hablar, pese a que desde el conglomerado insisten en que aún hay tiempo. Jorge Ramírez, presidente de Comunes, es uno de los que cree que antes de buscar un nombre, deben enfocarse en construir un proyecto país.

La «militancia como una forma de vida» lo ha llevado a conducir este partido que, hasta ahora, está presente en nueve regiones de Chile. Ramírez dice que su misión es sacar al FA de la burbuja parlamentaria y acercarlo a los territorios.

En medio de una actividad territorial en Villa Alemana, donde se reúne con militantes y candidatos a distintos cargos de representación popular, se toma una pausa para contestar preguntas de El Desconcierto sobre el camino a las presidenciales, la importancia de la militancia política en el proceso constituyente y el rol de Comunes en el Frente Amplio.

-Prácticamente todos los conglomerados tienen anunciadas sus precandidaturas presidenciales. ¿Podría ser un costo para el FA que aún no anuncie su precandidato/a?

-Hemos sido muy claros en plantear que el proceso constituyente es, de aquí a abril, el momento político más importante que va a tener nuestro país en su historia. En ese sentido, planteamos la necesidad de un liderazgo presidencial que tenga la posibilidad de empujar y acompañar ese proceso tan importante para nuestro país. Evidentemente nos gustaría tener un nombre presidencial lo antes posible, que se ponga a disposición del proyecto frenteamplista, sin embargo, también somos muy claros en que no basta con un nombre si no hay una necesaria reflexión del proyecto país que queremos ofrecerle a Chile.

-¿Ese proyecto país ya lo están construyendo desde Comunes y el FA?

-Sí. Comunes viene trabajando desde hace meses una propuesta de ruta, que hemos denominado como la Nueva Cancha, que de alguna manera aborda las necesidad de potenciar un proyecto país acorde al Chile post 18 de octubre. Esperamos aprobarlo en el consejo general para ponerlo a disposición. Entiendo que están todos los partidos del FA en un proceso de reflexión, discutiendo el mecanismo para elegir el candidato, discutiendo nombres, y también en cómo ponernos de acuerdo en un programa común para que ese proyecto lo represente un liderazgo aglutinador para el FA. Desde Comunes, le decimos al FA que hablemos y discutamos.

-Beatriz Sánchez dijo en 2017 que ya había descartado presentarse de nuevo como candidata, pero que el FA insistió. ¿Fue un error insistir en una candidatura que ella misma había descartado?

-El liderazgo de Beatriz Sánchez era natural y, por cierto, el más importante del FA a partir del resultado electoral del 2017. Pero además de lo que ella representaba en la sociedad: un proyecto de carácter ciudadano muy importante que logró empatizar con demandas que se vieron reflejadas el 18 de octubre. Evidentemente, a todo el FA le hubiese gustado que asumiera una segunda candidatura presidencial. Creíamos que lograba reflejar esa necesaria remoción de la manera en que la política se ha hecho los últimos 30 años. Pero bueno, finalmente tomó una decisión distinta y hemos sido respetuosos de esa decisión.

Nos parece que pudimos haber hecho un trabajo mucho más claro antes para lograr tener mayores vocerías dispuestas a asumir ciertos liderazgos. Ahora, los tiempos que ella se tomó, y que el FA se ha ido tomando, no son necesariamente contradictorios con el proyecto que estamos intentando representar. Porque, insisto, este es un momento constituyente, por tanto, la fortaleza está en la capacidad que tengamos de ofrecer una confrontación de ideas en el órgano constituyente.

-¿Tuvo alguna intencionalidad al anunciar antes de tiempo la bajada de la precandidatura de Sánchez?

-No. Yo pedí las disculpas inmediatamente cuando vi el titular del diario. Evidentemente, no era el momento de anunciar esa decisión, me ganó la premura en una entrevista. Me parece que esos errores uno los tiene que asumir y espero no repetirlo.

-¿Está confirmado que presentarán a una o un precandidato presidencial?

-Sí. Creemos que es necesario que el FA levante un liderazgo político, militante y ciudadano, que tenga la capacidad de ser parte de lo que, desde Comunes, hemos denominado la construcción de esta nueva cancha.

-¿Tiene algún candidato o candidata favorita de Comunes?

-Es una reflexión interna que no hemos cerrado y lo comunicaremos en su tiempo.

-Considerando los procesos sociales y políticos que se han desarrollado luego del estallido, ¿cree que la ciudadanía volverá a apoyar la candidatura del FA como lo hizo en 2017?

-Creo que hay condiciones de construir una mayoría popular que efectivamente supere a la derecha y a los sectores más conservadores de la Concertación. Si no fuese así, no estaríamos militando en un proyecto político. Estamos convencidos de que uno milita para generar cambios, transformaciones y mejorar la vida de los y las chilenas. ¿Cómo construir esa mayoría? No es repetir lo del 2017. Se trata de aprender, recuperar el sentido de origen del FA, pero en una cancha que vamos a compartir con otros y otras. Esto no se trata de juntar siglas de partidos políticos para construir mayorías, aquí se requiere una que haga sentido con la ciudadanía y los partidos se pongan a disposición. Si logramos entender eso, de que esta vez el protagonismo le pertenece a la gente, creo que estamos en condición de construir una mayoría que supere el 20% que obtuvimos en 2017.

Construir mayorías

-¿Qué espera de las candidaturas a convencionales de independientes y movimientos sociales? Algunos dicen que podrían sorprender y conseguir bastantes escaños, pese a la dispersión de las listas de izquierda.

-Espero que les vaya muy bien a todos y todas quienes representan proyectos de cambio y transformación. El 50% de la lista de Comunes son independientes. Creo y espero que la lista más votada de oposición sea la que hemos conformado junto a los movimientos sociales, independientes, Chile Digno y el FA. Vamos a trabajar por que eso pase.

-¿Cómo proyecta esas conversaciones con los posibles convencionales independientes o de movimientos sociales?

-Me parece que va a ser natural el diálogo entre fuerzas de independientes y políticas, en la medida en que permita construir mayorías para correr los límites que probablemente va a intentar poner la derecha. No veo que sea muy problemático ese diálogo, al contrario, porque nos hemos encontrado. O sea, si Lucho Mesina (vocero de No + AFP) es electo constituyente, es un compañero con el que hemos estado en distintas luchas y espacios. No es que nos sintamos ajenos a los procesos de cambios y transformación que este país viene pidiendo desde el 18 de octubre.

-La ciudadanía ha marcado distancia con los partidos políticos. ¿Qué significa la militancia en este contexto?

-Yo no entiendo la vida de otra manera que no sea militar. También soy capaz de entender la crítica que hay a los partidos políticos, precisamente porque dejaron de ser de militantes y se transformaron en partidos de funcionarios, y eso le hizo daño a la política chilena. Creemos que, a pesar de la crítica legítima que hay a la manera en que los partidos hicieron la política los últimos 30 años, hay un sentido en la ciudadanía de comprometerse con proyectos sociales y de cambio. Eso ha quedado demostrado durante el último año y medio en cada uno de las marchas que hay, sobre todo en que la comunidad ha vuelto a resurgir en su construcción más tradicional, es decir, juntándose, volviendo a organizarse, tomando el control sobre sus decisiones, se han reorganizado juntas de vecinos, asambleas territoriales. Por tanto, hay un rechazo a los partidos políticos, pero no así a la política. En ese sentido, somos muy claros en decir que tenemos una responsabilidad muy importante de no repetir esos errores, pero además de resignificar la militancia, porque entendemos que ese es el espacio natural de quienes quieren cambiar la vida de las personas.

Comunes acerca el FA al pueblo

-Desde Comunes dicen querer establecer una democracia feminista. ¿De qué manera esta idea se plasma en tu conducción del partido?

-Comunes es un partido que se constituye a partir de un proyecto de transformación feminista, democrática y popular. Son tres de las dimensiones más importantes en nuestro quehacer político. En esa línea actuamos, independiente de quién esté a la cabeza del partido. Lo que no hacemos es reemplazar los liderazgos y vocerías naturales de compañeras que vienen trabajando hace años el feminismo. En ese sentido, el rol de Karina Oliva es muy importante, liderando hoy una de las candidaturas más simbólicas en términos electorales de la Región Metropolitana. También el rol que tiene Estefanía Campos liderando las Poderosas, que es uno de los frentes sociales más importantes de Comunes. Al mismo tiempo, las candidaturas de Emilia Schneider, Constanza Valdés o de Doris González a la constituyente, son reflejo de lo que el partido viene construyendo desde su nacimiento. Por tanto, no voy a hablar por las compañeras, pero sí te puedo decir que como partido discutimos permanentemente cómo democratizamos los espacios de poder y cómo construir un país feminista.

-El pasado 20 de enero cumplieron dos años desde la fundación de Comunes. ¿Cómo evalúa este tiempo de construcción del partido en un contexto tan álgido?

-Nos ha tocado vivir un momento histórico en nuestro país. No lo imaginábamos cuando fundamos el partido. Ocho meses después de su fundación viene el estallido social y por tanto nos ha tocado enfrentar el momento más complejo de la historia de los últimos 40 años. En ese sentido, nos tiene muy contentos poner una herramienta al servicio de la ciudadanía. Nuestro objetivo era construir un partido de militantes, creo que hemos estado construyendo bien y nos pone contentos que hayamos tenido buenos resultados en las primarias del FA, eso es reflejo de un trabajo que hemos hecho en los sectores populares particularmente. Cuando fundamos el partido dijimos que al FA le faltaba pueblo, por tanto nuestro rol era ir a esos sectores donde el FA no existía y eso nos ha puesto muy contentos porque de alguna manera lo hemos ido desarrollando.

-¿Cuáles son las principales críticas que hacen al FA en estos dos años?

Hubo un momento de mucha parlamentarización del FA, que fue un error y se ha ido superando. Pero nos costó mucho salir del parlamento y hacer política en el territorio y no en Valparaíso. También creo que nos faltó mayor audacia post 18 de octubre, era un momento en el que FA tenía que asumir muchos más riesgos en términos de su construcción y su relación con el mundo de la ciudadanía. Y creo que una de las críticas que yo más he hecho es que en algún momento el FA pensó que los límites se corrían más por la institucionalidad que por la ciudadanía, eso también lo hemos ido superando. Hoy el FA ha entendido que tiene que volver a su sentido de origen impugnador, y construir desde ahí nuestras herramientas.

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