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La mujer trans, que fue desvinculada el día que decidió ir vestida acorde a su identidad de género del hotel Geotel de Calama, cuenta su proceso de transición de estos últimos meses y cómo busca enfrentar este episodio que califica de discriminatorio y arbitrario ante la justicia, después de trabajar más de un año como auditora nocturna en el recinto. “Me preguntaron: ‘¿qué mierda eres tú’ y me dice ‘anda a lavarte la cara’”, cuenta de la última noche que estuvo en su puesto de trabajo.
Lauren Francuper (22) pasó horas maquillándose, peinándose y eligiendo la ropa con la que iba a llegar al trabajo el domingo 13 de diciembre de 2020. Hace más de un año era auditora nocturna del hotel Geotel Calama -parte de la cadena hotelera internacional GHL, operadora de marcas internacionales como Sheraton-, en el que tenía contacto diario con los huéspedes para chequear que nada faltara en el servicio. Tenía horario de diez y media de la noche hasta las siete y media de la mañana. Hasta ahí se había presentado como Kevin, pero ese día quería que fuera distinto.
Hace seis meses Lauren inició un tratamiento hormonal que le ha provocado cambios físicos y psicológicos muy importantes. Por miedo a represalias, no había manifestado su expresión de género en el espacio laboral tal cual lo quería, aunque de a poco fue preguntando por el protocolo e, incluso, había solicitado una reunión con la jefa de Recursos Humanos para contarle sobre los efectos de este tratamiento. Ella, sin embargo, no le dio el espacio.
—Había tanteado el terreno porque cuando me dijeron que las mujeres iban vestidas de «mujeres» y los hombres de «hombres», yo pedí el reglamento y sabían para donde iba todo. Además, sabía que habían visto algunos videos que tenía en Tik-Tok como Lauren—, cuenta.
Su pareja, Carlos Flores, también trabajaba en el mismo hotel. Él era administrador de compras y bodegas, aunque trabajaban con horarios distintos. Llegado un momento, la gerenta del hotel le consultó si eran pareja y, al confirmarlo, lo despidió.
Después de eso, sabía que su desvinculación era inminente. Ese fue el motivo para presentarse como Lauren.
—Mi pensamiento fue «si yo he hecho un trabajo bueno durante este tiempo, da lo mismo si voy con los ojos maquillados o no». Voy a presentarme como realmente soy y me siento. No me estaba disfrazando de otra persona; al contrario, sentí que me estaba desdifrazando—, explica.
Cedida por Lauren
Esa noche para llegar al hotel le pidió a Carlos que la acompañara. Nunca imaginaron que su desvinculación conllevaba la prohibición total de ingresar al hotel. Al llegar, la recepcionista y el guardia quedaron sorprendidos por la apariencia de Lauren, pero no hubo insultos ni malos tratos. Hablaron incluso de unos maquillajes que la recepcionista vendía. Llegaron dos huéspedes y tampoco manifestaron algún reparo. Fue el hijo de la gerenta, sin embargo, el que se escandalizó cuando los vio y llamó a Carabineros por su ingreso hasta la recepción. Lauren lo vio enardecido.
—Me pregunta: “¿qué mierda eres tú” y me dice “anda a lavarte la cara—, recuerda. Él le recalcó que era una falta grave ir vestida así. “No quiero más maricones en mi hotel, esto ya es degeneración”, les dijeron.
Para Lauren fue algo totalmente desproporcionado. Ni siquiera habían informado oficialmente a Carlos que no podía ingresar y los motivos de eso. Solamente lo estaban vetando por su orientación sexual.
—En ese momento me quedé helada porque no era la manera, me sentí tratada como un perro. Si no hubiese estado mi pareja o si no hubiese tenido plata para un Uber, porque el lugar donde está ubicado el hotel es súper peligroso, no les hubiese preocupado si salía viva o no del hotel. O por último que me dijeran que terminara el turno. Pero solo querían que les entregara las llaves y decirme ‘ya, ándate’”—, lamenta Lauren.
Para Lauren ha sido un shock que, reconoce, todavía no puede dimensionar. Se ha mantenido reorganizando sus actividades y proyectando cómo dar una vuelta a esta situación que, asegura, fue completamente arbitraria.
Es por eso que decidió entregar los antecedentes al Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) que hizo público el caso hace algunos días. Desde el área de Derechos Humanos lo calificaron de “discriminatorio, abusivo e invasivo de la privacidad», así también, especificaron que se ha violentado el Código Laboral, la Ley Zamudio y la Ley de Identidad de Género. Además hizo un llamado a no ocupar estos servicios de hotelería.
Con la asesoría prestada por la organización, Lauren decidió presentar acciones legales contra la empresa. Pablo Andrade Herrera, del estudio de abogados de Acciones Laborales, que llevará el caso, confirma que se trata de un acto indebido que transgrede las normas del buen trato en el espacio laboral, vulnera los derechos fundamentales y responde a un despido injustificado.
—Este se manifiesta en actos de discriminación y vulneración a la integridad física y psíquica en relación al trato dado o a la omisión en el deber de cuidado por parte del empleador. En cuanto al caso, todo debe probarse en juicio pero en principio habrían varios indicios que dan cuenta de las vulneraciones alegadas—, sostiene a El Desconcierto.
Lauren cuenta que su pareja, a su vez, nunca hizo las denuncias ante la DT, pero le había manifestado situaciones de acoso laboral. «Se sintió muy mal durante harto tiempo, hostigado», agrega.
Con esta acción judicial y el acompañamiento de la organización LGBTI, Lauren quiso dar un paso para remecer el machismo que ve patente en su ex trabajo, una muestra de la violencia patriarcal con la que se ha enfrentado.
—Pienso que la sociedad tiene que cambiar, así aprendemos, los compañeros, todos, pero, por otro lado, es muy difícil. Quiero que quede de manifiesto que esto es muy difícil. Imagínate a un niño de 12 años, por ejemplo, que le ocurre algo parecido, pero a nivel académico. A mí esto me está marcando, para un niño más aún. Hay niños que se han suicidado por esto—, reflexiona.
Uno de los casos que recuerda fue el de José Matías, de 15 años, que se suicidó en mayo de 2019 producto del bullying del que fue víctima y las negligencias del Liceo Sagrado Corazón de Copiapó. Allí fue aislado, humillado e incluso agredido sexualmente, según declaraciones que ha recogido la Fiscalía en la investigación.
Aunque por ahora se ha tomado un tiempo para sobrellevar esta situación, a Lauren le preocupa cómo reincorporarse a futuro en el mundo laboral y desenvolverse en un espacio libre de violencia.
—Sé que en Valparaíso hay una concejala que es trans y genial, pero yo no sé si podré encontrar trabajo en Calama como Lauren. Me siento atrapada en este mundo laboral porque pienso en las posibilidades, a pesar de que tengo un título de técnico de administración comercial y este año termino con administración de empresas, además me metí en primer año de Finanzas— explica.
De todas maneras, esto lo ve como parte del proceso por el cual ha transitado:
—Ha sido difícil, pero yo ahora me he alejado de todos porque necesito encontrarme a mí misma o mismo. Es algo muy personal— cierra.
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El Desconcierto se contactó con hotel Geotel de Calama para recoger su versión de los hechos denunciados. El abogado autorizado para entregar una versión sobre los hechos señaló que «el trabajador fue desvinculado por violaciones al protocolo del Covid y por haber firmado anticipadamente el libro de asistencia desde el 14 de diciembre al 30 del mismo mes». Respecto a esto adjuntó los documentos, dentro de ellos, el término de contrato que señala:
“Usted llegó acompañado del trabajador Carlos Flores, no cumpliendo con los protocolos establecidos para prevenir el contagio de Covid-19. Es así como usted faculta el ingreso por un lugar no habilitado a su ex compañero de trabajo y a todos los huéspedes que ingresan a las dependencias del hotel, violando claramente las indicaciones con letreros que establecen la forma de ingreso y de salida, no cumpliendo por tanto con la toma de temperatura, ni tampoco con la entrega de alcohol gel dispuesto para trabajadores y huéspedes”.
