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La última protesta de Ángela: La historia de la mujer atropellada por un conductor ebrio en Colina

Por: Natalia Figueroa | Publicado: 31.03.2021
La última protesta de Ángela: La historia de la mujer atropellada por un conductor ebrio en Colina |
En estos días se han hecho ollas comunes, se han pintado graffitis y lienzos en memoria de la joven feminista atropellada el reciente 29 de marzo, en la conmemoración de los hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo, asesinados por Carabineros en dictadura. Hasta su casa han llegado a despedirse Carlos Astudillo y Gustavo Gatica, vecinos y víctimas de violencia policial y militar que compartieron en las manifestaciones con Ángela. Los testimonios de sus amigas que estuvieron presentes esa noche reconstruyen el momento en que fueron embestidas por el conductor, que manejaba en estado de ebriedad, y que hoy se encuentra en prisión preventiva en Colina 2.

Scarleth González (19) le habló la tarde del lunes 29 de marzo a su amiga Ángela González (24) para que la fuera a ver. No se sentía muy bien y quería salir. Desde el estallido social se habían vuelto inseparables y ese día se animaron para ir a la convocatoria en el sector de Lo Seco que avanzaría por el paradero 40, cerca de sus casas.

Ángela estaba muy entusiasmada, incluso tenía ganas de ir a la “Plaza Dignidad”, pero su familia le dijo que era arriesgado y decidió quedarse con sus amigas y compañeras de la Asamblea Feminista Autoconvocada de Colina. Llegaron hasta avenida General San Martín con Lo Seco, un lugar emblemático de la comuna donde frecuentaron las protestas desde el estallido: a un costado está la cárcel Colina 2, enfrente un campamento que se instaló durante la pandemia y la población Claudio Arrau.

—Nosotras siempre andábamos en “Primera Línea” en Santiago, entonces, pensamos qué nos iba a pasar aquí. Hicimos la barricada, estaban tocando, la guachi (Ángela) estaba bailando, cantamos un par de canciones, gritamos—, recuerda Scarleth.

Eran casi las 10 de la noche, cuando posaron para una foto grupal que les estaba sacando un amigo fotógrafo. Todas con capucha, agachadas, con el fuego de fondo. En ese momento, Scarleth recuerda que hizo un movimiento hacia atrás por el peso de una mochila que sostenía y se distanció de Ángela. Fue ahí cuando vio encima una camioneta negra con vidrios polarizados, que arremetió contra ellas.

-Vi una luz y una rueda gigante acercándose, atiné a correrme y sentí que alguien más me corrió, que fue la Negra (María Paz Muñoz), después de eso me levanté porque ya había pasado la camioneta y entre todos vimos a la guachi tirada ahí. Le habló a una compañera, estaba consciente, decía que le dolían sus costillas-, relata Scarleth.

La llevaron al Servicio de Alta Resolución de Colina desde donde la trasladaron a Santiago, primero a la ex Posta Central y, luego, a la Clínica Las Condes donde la operaron de urgencia. La intervención se complicó y Ángela falleció de un shock hemorrágico por las graves lesiones en su cabeza y tórax.

Su vida

Reconocida por ser activista feminista, Ángela estaba comprometida con ayudar en su territorio. Era muy querida entre las vecinas y amigas que le atribuyen una indudable vocación social. Vivía en la villa El Estero con sus padres y su hijo de siete años. Tenía un emprendimiento de productos cosméticos que vendía en las ferias libres, además de las ferias navideñas y artesanales que se instalaban en la comuna. Era fanática de Mon Laferte y participaba de su fan club.

—Era maravillosa, era una flaca que se movía para todos lados. Tenía su pyme de cosméticos para uñas y para el pelo. Participaba de ollas comunes en el barrio—, la describe Leslie Cárdenas, su amiga y manicurista.

Ángela era una de sus clientas frecuentes, en esas visitas se hicieron amigas, y nunca más se separaron. Iban a vender a la feria y a marchar. Aparte de la rabia y dolor, confiesa que se sienten marginadas y pasadas a llevar por la actitud de un hombre que intentó acallar sus demandas, que no respetó la vida y dignidad de Ángela, por lo que más ella peleaba.

Durante estos días de velorio a su casa han asistido personas que la conocían por su activismo en las calles. Gustavo Gatica y Carlos Astudillo, ambos víctimas de la violencia ejercida por agentes del Estado durante el estallido social y vecinos de la comuna, pasaron a dar las condolencias a su familia y a despedirse de Ángela

-Siempre me la topaba en las manifestaciones acá en la plaza, me saludaba con un cariñoso abrazo. Acá en Colina nos ha tocado muy duro. A mí cuando el 20 de octubre los militares me dispararon y casi me mataron, a Gustavo que lo cegaron y ahora Ángela. Creo que nosotros los jóvenes combatientes nos vamos a levantar una y otra vez porque tenemos esa fuerza para seguir luchando-, expresa Carlos.

Como feministas autoconvocadas de Colina mandaron a hacer pendones y lienzos para la joven.

—Siempre decíamos que si nos pasaba algo lo íbamos a bacilar cómo ella quería, cantando, fumando. Escuchando música Mon Laferte y reguetón—, cuenta Scarleth.

Exigir justicia

La mañana de este jueves a la salida de la Fiscalía de Colina una treintena de mujeres llegaron con pancartas y globos violeta para exigir justicia por la joven.

A las horas del atropello, entre las personas que estuvieron esa noche intuían quién era el conductor de la camioneta Mercedes Benz, identificable en la comuna.

María Paz Muñoz, una de las amigas que estuvo el lunes 29, recuerda que el vehículo pasó sobre la barricada, sin luces, aceleró y siguió por la calle San Martín, aunque casi al finalizar el sector de la cárcel se encontraba Carabineros, asegura que no detuvieron la camioneta.

Por información que recibieron a través de páginas de noticias comunales, se enteraron por vecinos que el vehículo salió de una población llamada Centenario.

-Los testigos saben qué camioneta era, más de 20 personas estaban ahí y tenían el mismo relato-, precisa Leslie Cardenas.

Esas dudas se disiparon durante la mañana de este miércoles cuando Juan Zamorano, de 57 años, se entregó voluntariamente a la PDI. Se reconoció como autor del atropello, pasando a control de detención en la Fiscalía de Chacabuco para, luego, quedar en prisión preventiva en Colina 2 por el delito de homicidio simple. Se constató que manejaba en estado de ebriedad y la investigación se extenderá por 120 días.

Juan Zamorano.

La noticia trajo, en parte, alivio a la familia y amistades de Ángela.

-Dimos un paso porque no fue tomado como accidente y ya sabemos que estaba ebrio. Quiero que salgan los vídeos de las cámaras, todo a la luz para luchar por hacer justicia por mi flaquita-, manifiesta Scarleth.

En estos días se han hecho ollas comunes, se han pintado graffitis y lienzos en memoria de Ángela, para recordarla como una joven luchadora, asesinada el mismo día en que se recuerda la muerte de los hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo, asesinados por Carabineros un 29 de marzo de 1985.

 

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