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Adolfo Millabur, constituyente mapuche: «Vamos a ir por la distribución y repartición del poder»

Por: Rubén Escobar Salinas | Publicado: 27.05.2021
Adolfo Millabur, constituyente mapuche: «Vamos a ir por la distribución y repartición del poder» Adolfo Millabur. |
En conversación con El Desconcierto, Adolfo Millabur, ex alcalde de Tirúa y ahora constituyente Mapuche, asegura que los Mapuche siempre han estado en crisis con el Estado chileno, que prevé puntos de encuentro con la lista del pueblo y que en la Convención se discutirá sobre tres ejes prioritarios para su pueblo: territorio, autonomía y autodeterminación.

«Aquí vamos a discutir las cuestiones de fondo, no las cosméticas», afirma Adolfo Millabur mientras acusa actitudes «paternalistas» en los discursos de otros constituyentes. El recientemente electo para ocupar uno de los siete escaños reservados para el Pueblo Mapuche asegura que será fundamental revisar la organización del poder que tendrá la próxima constitución y no solo las «definiciones bonitas» de la parte dogmática. «Tenemos que ir por las cuestiones simbólicas como también las concretas», enfatiza.

Con una amplia trayectoria en puestos de elección popular, el miembro de la Identidad Territorial Lafkenche dejó su cargo de alcalde de Tirúa, en la provincia de Arauco, donde ejerció por cuatro periodos, y lanzó su campaña a la Convención, resultando exitosa. A pesar de que no está registrado en un partido asegura que «no soy independiente, soy militante. Pero no de un partido político, sino que de las organizaciones y de la causa mapuche».

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Ahora, tras unos días de descanso después de las elecciones, en conversación con El Desconcierto, Millabur proyecta cómo será el funcionamiento de la Convención Constitucional y asegura que su experiencia le enseñó a no ser ingenuo. «Hay que ver cómo se comportan los 155, porque no doy por hecho que sólo van a ser 38 los que van a estar en la idea de no cambiar nada, puede que aparezcan sorpresas», advierte.

Además, asegura que el proceso constituyente puede ser una oportunidad para avanzar en el reconocimiento y reparación para los pueblo originarios, siempre cuando se establezca «la verdad histórica» al respecto; prevé un acercamiento con la Lista del Pueblo, sobre quienes asegura no conocer el detalles de sus propuestas, aunque sí ha encontrado puntos en común en sus discursos; y envía un reclamo sobre la tramitación de los escaños reservados en el Congreso, donde asegura que tras haberse solucionado la paridad y la inclusión de independientes, a los pueblos originarios «nos dejaron solos».

¿Cómo es la relación con los demás constituyentes de escaños reservados? ¿Qué posiciones comunes existen?

Conozco a la mayoría de los que salieron elegidos, he tenido algunas oportunidades en mi trayectoria como dirigente mapuche de interactuar con algunos y saber de la trayectoria de otros, en la propia campaña por los escaños también supimos mutuamente de cada uno. Las cosas que nos unen son nuestra historia, nuestro pasado común, que es la parte básica desde donde nos tenemos que parar para dialogar con los otros interlocutores, de manera colectiva. Como cultura Mapuche nosotros siempre apreciamos lo colectivo por sobre lo individual y creo que eso va a ser una ventaja frente al diálogo que tenemos que llevar con las otras fuerzas que están instaladas en la Convención. La historia común es que hemos sido excluidos, discriminados e invadidos por otra cultura. Eso nos permite unirnos en una sola fuerza.

Entonces, ¿prevé que va a existir esa unidad durante el funcionamiento de la Convención?

Eso no es sinónimo de uniformidad. Como somos una nación, en este caso los Mapuche, tenemos la posibilidad de tener divergencia interna, pero sobre todo puntos en común que nos van a unir. Naturalmente somos distintos los que salimos elegidos, pero sobre todas las cosas el horizonte será la unidad, tengo esa convicción. De otra manera no será posible avanzar en lo que queremos.

¿De qué forma las distintas cosmovisiones de los pueblos originarios serán un aporte para la nueva constitución?

Es una oportunidad que Chile no debe desaprovechar en cuanto a que la cosmovisión, la mirada de los pueblos originarios, nunca ha sido puesta en valor ni respetadas. Chile tiene la oportunidad ante una evidente crisis civilizatoria del modelo de vida que tiene hoy el mundo occidental, que tiene que ver con una mirada eurocéntrica, antropocéntrica. El modelo económico está en crisis no solo aquí, sino que en el mundo. Los pueblos originarios tenemos atesorados principios y visiones de mundo que van a venir a ayudar a pensar de una manera distinta lo que estamos haciendo como país.

Se ha propuesto designar a la Machi Francisca Linconao como presidenta de la Convención Constitucional, ¿apoyaría esta proposición?

No me gustaría una perspectiva monocultural que siempre está pensando más en la persona que en la decisiones colectivas. Tengo principios al respecto: La parte directiva de la Convención tiene que ser paritaria y tienen que estar los pueblos originarios en la mesa directiva. Son dos cosas ineludibles. Tengo la impresión que tiene que ser una mujer. En cuanto al nombre, lo tenemos que discutir de manera interna los pueblos originarios.

¿De qué forma se dará la relación con los territorios durante el funcionamiento de la Convención?

La primera tarea de la Convención es nombrar la mesa directiva de la convención, la segunda va a ser establecer el reglamento de funcionamiento, dentro de este tendrá que haber una regla de oro, impostergable de aplicar, que es el convenio 169 de la OIT. Eso obliga a la Convención a establecer mecanismos de consulta previa, libre, informada y vinculante para con los pueblos originarios en la materia que les conciernen. Más allá de los otros mecanismos que en sus materias tendrán que ser también consultadas las organizaciones de la sociedad civil.

¿Cómo buscará acercarse a los sectores del Pueblo Mapuche que no legitiman el proceso constituyente?

Son comprensibles las posiciones de los que no están de acuerdo, porque el Estado dentro de toda su conducta histórica no ha dado posibilidad de un diálogo honesto con los pueblos originarios y cada vez que se ha intentado llegar a un acuerdo normalmente el que incumple es el Estado. Se corre el riesgo, pero hay que jugar el partido, hacer el ejercicio de intentarlo. En el camino de la discusión de la nueva constitución, seguro que habrá gente que se sume, también habrá gente que se retire y esos son los riesgos que hay que correr. Haremos todo lo necesario para que se produzca el máximo acercamiento con las corrientes de pensamiento que no están de acuerdo con el proceso. Pero, por último, es necesario que haya gente que hagan disenso, porque así nos obligan a esforzarnos de la mejor manera posible para demostrar que estamos en el camino correcto nosotros.

Los hechos de violencia en el sur del país son numerosos, solo en el último año está el ataque al equipo de TVN, más recientemente el homicidio del Sargento 1° de Carabineros, Francisco Benavides, todo eso sumado a la alta militarización del territorio y a la persecución y allanamientos a las comunidades. ¿De qué manera la Convención Constituyente puede ser una instancia para aportar a la paz en la zona?

La violencia ha sido cíclica. Cada cierto tiempo hay pequeños espacios de tranquilidad, entre comillas, pero normalmente la violencia se instala a raíz de que hay un territorio invadido y se generan estos hechos. No puede ser que en la Convención partamos de fojas cero, tenemos que establecer la verdad histórica para que efectivamente las reglas de convivencia de aquí en adelante sean sobre esa verdad y también de reparar el daño causado. Si no se aborda desde esa lógica, la Convención no servirá de mucho. Eso significa discutir el tema del territorio, la autonomía y la autodeterminación. Hoy día nosotros como Mapuche estamos muy contentos con que la mayoría de los constituyentes estén de acuerdo que el Estado se defina como plurinacional, pero lo que echamos de menos en el relato político es que no basta que sea plurinacional, sino que exigiremos que sea intercultural. Esta, no es la interculturalidad que hoy conocemos como funcional al sistema y al modelo de vida que se tiene, nosotros creemos en la interculturalidad emancipadora. Que permita establecer mecanismos de entendimiento entre las diferentes naciones que cohabitan al interior del Estado chileno. También hay que discutir la reparación, no puede quedar como algo simbólico. Uno mira los relatos de las distintas vocerías de los electos constituyentes y lo pronuncian de manera muy ligera, yo tengo la impresión de que este tema hay que abordarlo muy de fondo.

¿De qué forma prevé esta reparación? ¿Qué tipos de mecanismos tiene contemplados?

Si uno mira la experiencia comparada, hay constituciones que en sus bases, en la parte dogmática, tienen definiciones bonitas, pero es en la parte orgánica donde tenemos que establecer el tema del poder. Ahí vamos a ir a discutir respecto al poder. Hasta ahora lo que sabemos es que el poder lo han tenido siempre los mismos, la elite, la aristocracia, sobre todo la santiaguina y que viven en las comunas donde ganó el Rechazo. Por primera vez Chile se abre a la posibilidad a discutir respecto al poder, quién lo va a tener y quién lo va a controlar, ahí los pueblos originarios tienen mucho que decir, porque somos los primeros habitantes. Somos los que aportamos el territorio y los dueños del territorio tendrán que tener protagonismo. Es todo un desafío para entenderse con los otros constituyentes. No puede ser así, como le he escuchado a algunos, una definición paternalista, media romántica, pero no entendiendo que aquí vamos a discutir las cuestiones de fondo, no las cosméticas.

Chile Vamos y la ex Concertación

Usted fue muy crítico en la forma en que se discutieron y aprobaron los escaños reservados para el proceso constituyente. En una entrevista sostuvo que “en la comisión mixta hay miembros que asumen un discurso público sobre inclusión de los pueblos indígenas y, luego, no obran en consecuencia”, ¿a quiénes se refería?

Tengo cosas que reclamar. Todos debemos reconocer que el 18 de octubre fue un punto de inflexión en la convivencia y que abrió la posibilidad de discutir el tema de la posibilidad de una nueva constitución. Pero nosotros, los Mapuche, veníamos diciendo esto en tanto se fue Pinochet, todos los movimientos que estaban vigentes en aquel tiempo dejaron en evidencia que este país no se resolvía con un cambio desde una dictadura a un modelo de gobierno que ya todos conocemos desde Aylwin. En buena hora aparece lo del 18 de octubre, nos pusimos muy contentos porque por primera vez se abría la opción de discutir una nueva relación de entendimiento entre las distintas naciones. Pero sucedió lo del 15 de noviembre y como de costumbre se excluye a los pueblos originarios. En el momento que se firmó ese acuerdo, más de algún parlamentario hizo presente que era necesario dejar incluidos a los pueblos originarios, pero sectores conservadores de este país se opusieron. Caminamos juntos con representantes, porque necesitábamos y todos éramos partidarios que hubiera paridad e independientes. Extrañamente, los que caminamos juntos resolvieron sus problemas y nosotros volvimos a quedar solos. Estuvimos más de un año reclamando solitariamente. Ahí se mostraron las cartas, prácticamente ninguno de los sectores políticos que firmaron el 15 de noviembre estaban interesados en que los pueblos originarios estuviéramos presente. Ninguno. Unos dicen por la tele que están de acuerdo pero en la práctica no lo resolvían. Nosotros identificamos al actual gobierno y a los sectores más conservadores de los distintos sectores políticos.

Ahora tienen que dialogar con los mismos sectores que no estuvieron de acuerdo con que participaran los pueblos indígenas, ¿cómo cree que se va a dar esa relación?

Habrá que estar disponibles para verse las caras. Primera vez que se van a ver las caras los excluidos, no solo los pueblos originarios, sino que el pueblo de Chile con los que han ostentado el poder siempre. Van a tener que ceder el poder. No vamos a ir como una especie de complemento, vamos a ir por lo que significa la distribución y repartición del poder a como le corresponde a cada uno, cada sector que estamos representados.

Desde su militancia de los intereses del Pueblo Mapuche, ¿cómo cree que será la relación con los constituyentes de la Lista del Apruebo? Considerando que participan partidos que fueron gobierno durante los últimos años.

Hay algunos que ponen como punto de partida de la crisis que estamos viviendo, los últimos 30 años. Para los pueblos originarios, en el caso del Biobío al norte son más de 200 años, al sur son más de 160 años. Para nosotros no fueron 30 pesos, fue el territorio que nos quitaron. En ese contexto, cuando tengo a un gobierno de turno, en materia de los intereses del Pueblo Mapuche, la historia me ha demostrado que independiente de la posición política que tengan no han sido generosos ni abiertos, nunca han conversado de buena fe con los pueblos originarios. Por tanto, que hayan estado en el poder es un dato importante de la causa, gran parte de la responsabilidad de cómo tienen a Chile en crisis, pero los Mapuche hemos estado en crisis siempre respecto del Estado chileno.

¿Se le han acercado algunos partidos políticos?

Mandatarios políticos no, pero siempre hay cabilderos que se ocupan de sondear.

¿Desde qué sectores?

No, la política seria es avanzar y no andar polemizando innecesariamente.

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La Lista del Pueblo

¿Qué opina de la irrupción de la Lista del Pueblo?

Es el resultado de la decadencia de los partidos que han estado en el poder. Las organizaciones sociales, los líderes de los territorios no vieron en las distintas coaliciones cómo sentirse interpretados y tomaron un camino propio y creo que es una muestra de cómo está configurado lo político en Chile. Son un sector importantísimo, hay que conversar mucho con ellos. La lista del pueblo chileno con la lista de los pueblos originarios, por lo menos tenemos algo en común: nos autodefinimos pueblo.

¿Reconoce luchas comunes entre su candidatura y las propuestas que levanta la Lista del Pueblo?

No he revisado en detalle las propuestas de la Lista del Pueblo, pero sí he escuchado algunos relatos de ellos y me parece muy compatible con lo que los pueblos originarios estamos planteando.

Entonces, ¿prevé algún tipo de acercamiento?

No lo hemos conversado internamente entre los Mapuche y entre los pueblos originarios, pero yo estaré dispuesto a tener todo tipo de conversaciones con los que estén de acuerdo con nuestra agenda. No me hago la idea de excluir de manera preestablecida, porque uno va a ir a entenderse, a conversar y por cierto que con la Lista del Pueblo vamos a tener mayor cercanía, pero no es excluyente.

Se ha planteado que debido a la composición que tendrá finalmente la Convención, la discusión sobre el quórum de los dos tercios no es tan relevante y que incluso ayudaría a que los distintos sectores busquen acuerdos, ¿está de acuerdo con esa lectura?

Parece ser que los que estaban muy empeñados de tener la trampa en sus manos, creo que se cazaron solos, porque quedaron debilitados. Pero eso no me da tranquilidad. Si bien es cierto que hay 38 de los que estaban a favor del Rechazo y que son los que quieren mantener el status quo, en el juego de ajedrez que se va a dar veremos cómo se comportan las distintas piezas. Uno nunca sabe cómo se van a dar las correlaciones de fuerza de acuerdo al interés y la convicción que cada uno de los constituyente tiene. Desde la experiencia de ser mapuche no soy ingenuo, no confío a buenas y primeras. Creo que los independientes tienen que tomar posición. Hay que ver cómo se comportan los 155 porque no doy por hecho que sólo van a ser 38 los que van a estar en la idea de no cambiar nada, puede que aparezcan sorpresas.

El Partido Comunista y el Frente Amplio presentaron un proyecto de ley para que independientes puedan conformar listas para las elecciones parlamentarias de noviembre y también la inclusión de escaños reservados en el Congreso. Dado el resultado de las elecciones pasadas, ¿cree que los partidos lo van a permitir?

Si abrir la posibilidad a listas de independientes y a escaños a los pueblos originarios permitió una mejor representación, más genuina de lo que hoy es Chile, a perjuicio de los que estaban en el poder, ojalá se de. Pero lo veo difícil porque ellos saben cuál va a ser el resultado.

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