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Pasajero en huelga de hambre contra hoteles de tránsito: “Más allá de los precios, hay un daño psicológico y emocional […] me sentí vejado y humillado»

Por: Meritxell Freixas @MeritxellFr | Publicado: 19.08.2021
Pasajero en huelga de hambre contra hoteles de tránsito: “Más allá de los precios, hay un daño psicológico y emocional […] me sentí vejado y humillado» marcelo parra |
Tras ocho días en huelga de hambre, Marcelo Parra depuso este martes la acción de protesta coincidiendo con el fin de su cuarentena y del encierro obligatorio que ha pasado en un hotel de tránsito que él mismo ha tenido que costearse. Sin más opción, pagó 800.000 pesos por una habitación en un establecimiento de Providencia. En esta entrevista, relata el periplo que ha enfrentado las últimas semanas.

Marcelo Parra ha pasado más de una semana en huelga de hambre en un hotel sanitario de Providencia. Este martes, su noveno día, depuso la protesta porque salió de su cuarentena y del hotel. Con 47 años y oriundo de Valparaíso, salió de Chile antes de la pandemia, en febrero de 2020, cuando quedó sin trabajo tras el estallido social. Viajó a España y desde entonces ha trabajado en Madrid, en la industria gastronómica. Cuando tuvo la posibilidad de regresar a Chile, porque se le presentó una oportunidad laboral, lo hizo, sin saber la odisea que le esperaba para la vuelta: largas filas de espera, un trato «vejatorio y humillante» de parte de los agentes del Minsal y la Seremi en el aeropuerto, amenazas y el desembolso obligatorio de 800.000 pesos a un hotel en el que estuvo encerrado durante diez días, sin garantías de no haberse contagiado.  

En esta entrevista, relata a El Desconcierto el periplo que ha enfrentado las últimas semanas y por qué decidió llevar la protesta a una huelga de hambre: «Era la forma de que nos escucharan».

¿Cómo se encuentra?

Me siento muy disminuido físicamente, bastante débil. No sé cuántos kilos he perdido pero creo unos siete u ocho, uno por día. No he consumido ningún alimento, solo me he hidratado con agua. Desde el cuarto día en adelante, por recomendaciones médicas, empecé a tomar alcalinos, zumo de naranja. Y con esa mezcla lo he sobrellevado un poco mejor.

¿Quién le supervisa?

He recibido dos llamadas del Minsal preguntándome cómo estoy, si tengo alguna sintomatología, mareos o espasmos. He tenido mareos y temblores, pero he tratado de suplirlo con vitamina C. Pero el monitoreo directo me lo hace online un médico español, el doctor Juan Marichal, un gastroenterólogo que está en el mismo hotel que yo y en la misma condición.

¿Tienes intención de seguir con la huelga?

Mañana [por este martes] abandono el hotel al mediodía y depondré la huelga de hambre para coger fuerzas para lo que se viene, que es una demanda colectiva. En este tiempo que he estado en el hotel he podido contactar a mucha gente que ha seguido mi acción y que pasa por situaciones extremas como no tener dinero para pagar los hoteles. Tenemos datos duros para aportar a la justicia. Hay gente que ha venido por operaciones, por funerales, a hacer duelos con sus familiares, no es gente que ha ido de vacaciones. Hay otros dos chicos en huelga de hambre –Nahuel Guerrero, a quien le queda como una semana, y Piero Gnecco, que lo está pasando muy mal–. Hay mucha gente ahora que está dispuesta a estar en huelga de hambre si les pasa lo mismo que a nosotros con el hotel de tránsito. Era la forma de que nos escucharan.

¿Cuándo y por qué decidió salir de Chile?

Yo me fui el 6 de febrero de 2020 a Madrid a trabajar, sin consciencia de que podía llegar una pandemia. Hasta el 26 de julio pasado la normativa decía que las personas chilenas o residentes que habían salido antes del 28 de marzo del 2021 al regresar a Chile tenían la obligatoriedad de realizar una cuarentena en un hotel de tránsito por cinco días sin costo. Compré mi pasaje el 23 de julio y el Minsal cambió el 26 de julio los criterios. En 72 horas y con la vorágine que representa un viaje de este tipo cambió la normativa. Ya no podía anular el vuelo y tenía la obligatoriedad de reservar un hotel pagado porque si no, no podía embarcar. Esto es un fraude, una estafa por donde se mire y un negocio para las dos grandes agencias –Cocha y Travel Security– que tienen el duopolio.

¿Cómo fue su proceso de reserva?

Reservé con Travel Security y me salió por 800.000 pesos. En vista de la premura del viaje tuve que buscar lo más barato y eso fue lo que encontré. Estoy en el Hotel Solace en Providencia. Todo el trato fue online y era lo que pude pillar.

¿Ha recibido buena atención del hotel?

No puedo decir nada malo del hotel ni de su personal. Se han preocupado siempre por mí, muy pendientes. Sin embargo, eso no quita que no haya pasado por dificultades emocionales. Había noches que no podía dormir por lo que significa todo este trauma que nos tocó vivir. Va más allá de los precios de los hoteles, hay un daño psicológico y emocional a las personas. La habitación era confortable pero tuve un episodio traumático el martes 10 a las 9 de la mañana porque se fue la energía eléctrica y me quedé sin luz, agua, comunicación, ni calefacción, durante 5 horas, hasta las dos de la tarde. Fue por un problema técnico-mecánico, porque el generador dejó de funcionar al haber un corte eléctrico en el sector. Pero esa queja la expuse en el Sernac.

¿Cómo fue el proceso de llegada al aeropuerto?

Traía la reserva desde Madrid porque sin ella no habría podido embarcar ni rellenar la declaración jurada que es el C19. Era consciente del valor del hotel antes de subir al avión, pero siempre tuve la ilusión de que al llegar a Chile podría buscar la forma de no irme al hotel y poder anular la reserva porque estaba a tiempo. Salí del avión, recorrí la manga hasta llegar a una fila de una hora y 45 minutos que te conducía a la aduana sanitaria, que es donde está la gente del Minsal. Les dije que no iría al hotel aunque tuviese reserva y que quería ir a mi domicilio en Viña del Mar. Me dijeron que si hacía eso, me exponía a un sumario sanitario de entre dos y tres millones de pesos. Vi eso como una intimidación y una amenaza. Entonces planteé quedarme en el aeropuerto y ante eso me dijeron que me sacarían de allí con la policía, la PDI o la Fach. Con este tipo de amenazas terminé en el hotel.

¿Cómo llegó ahí?

Aún en el aeropuerto tuvimos que pasar a hacer el test de antígenos que era escupir saliva en un tubo, como había ventanillas nos veíamos todos escupiendo. Fue tremendamente desagradable. Luego pasamos por control de pasaporte, recogida de maletas y el SAG. Después de tantas horas, más de siete, tantas filas y tanta hostilidad –me sentí vejado y humillado–, llegamos a un espacio como un corral, vallado, como si fuésemos animales. Nos retuvieron ahí hasta que llegó el bus que nos llevaba al hotel. Estuvimos dos horas ahí. Había hacinamiento y mucha desorganización en el aeropuerto. Cuando nos sacaron del corral, nos pusieron en una fila para subir al bus. En frente había un quiosco y yo tenía hambre, pero no nos dejaron ir a comprar algo de comida ni pedirle a alguien que pasaba por allí que nos comprara. No habíamos comido desde las 6:30 de la mañana, el desayuno en el avión.

¿No les dejaban comprar porque podían contagiar a alguien?

Efectivamente, como si fuésemos apestosos. Yo venía con mi PCR negativo, con mi código QR de vacunación con el que puedo recorrer toda Europa sin problema, Estados Unidos e incluso entrar a cualquier país de Latinoamérica. Sin embargo, en mi país me estaban tratando de esa manera y obligando a ir a un hotel pagado por mí. Yo llevo la vacuna Jansen que está totalmente reconocida. Era todo incoherente, una mala burocracia y mala organización porque mientras pasaba eso había transeúntes del aeropuerto pasando por nuestro lado sin problema. Llegó el bus y me esperaba un vehículo higienizado y sanitizado después de tanta rigurosidad, pero el bus venía con restos de comida y papeles de los pasajeros anteriores. El aeropuerto tan saciado era un foco de infección, estuvimos muchas horas ahí. Subirte a ese bus también significaba temer por mi salud. Son inconsistencias sanitarias. Es un foco de infección y las personas que estamos en cuarentena en los hoteles no descartamos habernos contagiado en el aeropuerto.

Ex ministro Mañalich habló sobre este punto y dijo que “se está construyendo un brote epidémico en el aeropuerto”.

Sí, lo escuché. Las pruebas PCR te las hacen a las tres o cuatro horas después de haber llegado, pero durante el proceso posterior a la prueba te puedes contagiar porque tienes contacto con mucha gente. Al quinto día de cuarentena en el hotel es cuando se podría saber si uno está o no contagiado y ahí el Minsal debería hacer una PCR preventiva a quienes están en cuarentena en los hoteles. Yo lo pedí a la Seremi y me dijeron que ellos no la hacen, que me la tengo que hacer yo y sale 65.000 pesos. Si uno no se la hace, puede irse asintomático a su casa y contagiar a todos. Todo el proceso no sirve de nada si no existe una PCR preventiva en el hotel.

Tras la implementación de validación de vacunas, ¿han notado alguna mejora en el proceso?

La página funciona bastante mal, la gente tiene muchos problemas porque el sitio no tiene la capacidad para la demanda de homologaciones que están entrando y también hay inconsistencias administrativas y siguen habiendo muchos problemas para entrar.

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