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Paulina Bravo, la abogada ciega que postula al Congreso: “No le tengo miedo a nadie”

Por: Talía Llanos Chacón | Publicado: 25.10.2021
Paulina Bravo, la abogada ciega que postula al Congreso: “No le tengo miedo a nadie” Paulina Bravo Guzmán | Cedida a El Desconcierto
Con su vasta experiencia como abogada, activista, lesbiana, feminista, ciega, y con un elemento adicional que denomina ‘choreza’, Paulina afirma que quiere llegar a la Cámara de Diputadas y Diputados, porque “cuando uno está en la calle, el Congreso no escucha”. En conversación con El Desconcierto, asegura que pese a que el Congreso no esta “preparado” para recibir a su primera diputada ciega, no es una excusa para restarse de esta carrera. “Tampoco estaba preparado el Sename cuando yo fui funcionaria, tampoco estaba preparada la Corporación de Asistencia Judicial y los tribunales, nunca están preparados, entonces para mí no significa un problema que no estén preparados, porque yo misma me voy a encargar de prepararlos”, sentencia.

Paulina Bravo Guzmán se presenta como abogada, lesbiana, y feminista. Además, es activista y conferencista en Derechos Humanos y discapacidad, creando y participando de distintos espacios que trabajan por construir un país inclusivo. Tras perder la totalidad de su visión, a sus 24 años, producto de una retinitis pigmentosa, en el año 2003 fundó y asumió la presidencia de la Corporación de Usuarios de Perros Guía de Chile y, al año siguiente, integró el primer equipo de esquiadores ciegos chilenos en el Centro de Esquí Portillo.

Como abogada, desde el año 2011 y hasta la actualidad, es ejecutora y litigante en el Programa de Acceso a la Justicia para Personas con Discapacidad de la Corporación de Asistencia Judicial, y entre los años 2010 y 2011 se desempeñó como abogada de la Unidad de Protección de Infancia del Sename. Además, el año 2016 fundó el Observatorio de Derechos Sexuales y Reproductivos de Personas con Discapacidad, y desde el 2018 trabaja como consejera en materias de discapacidad y género en la Asociación de Abogadas Feministas.

Con sus vivencias, experiencia personal y profesional, Paulina afirma que quiere llegar a la Cámara de Diputadas y Diputados, porque “cuando uno está en la calle, el Congreso no escucha”. Asimismo, es crítica de la postura que han tenido los parlamentarios en torno a las propuestas que han entregado a la instancia para construir un Chile inclusivo, y señala enfáticamente que el hecho de que el Congreso no esté “preparado” para recibir a su primera diputada no vidente no es una excusa para restarse de esta carrera.

En conversación con El Desconcierto, la abogada ciega asegura que nadie puede decir “a esa mina yo la derroté”, y que con esa misma postura frente a la vida, busca enfrentarse al desafío de representar al Distrito 10, un distrito “sexy”, dice ella, por la atención que recibe el sector, que se ha centrado en las comunas más grandes y con más recursos, pero que no representan la “invisibilización estructural” que hay en la ciudad. “Yo tengo la ‘choreza’ de alguien que se ha tenido que parar muchas veces en la vida, entonces la verdad es que no le tengo miedo a nadie”, asegura Paulina.

-¿Cómo incidió tu trayectoria, como abogada y activista en tu decisión de postular a la Cámara de Diputadas y Diputados?

Toda mi trayectoria profesional como activista sienta las bases fundamentales de esta decisión, porque me han formado. Yo estudié derecho en la Universidad de Valparaíso, y desde que estudiaba trabajé mucho por la inclusión de las personas con discapacidad, cuando ese concepto ni siquiera existía en Chile. Abandoné incluso un año de carrera universitaria para trabajar en la ley que por fin en el año 2005, recién, se promulgó autorizando que los perros de asistencia pudiesen entrar a los lugares públicos en Chile.

Todo lo que yo he hecho, además he dedicado todo el ejercicio de mi profesión como abogada litigante a la representación judicial de personas con discapacidad, y en materia de discriminación, entonces todo el trabajo que yo he hecho estos últimos 25 años me ha capacitado lo suficiente para poder no seguir exigiendo desde la calle, porque cuando uno está en la calle, el Congreso no escucha, y como yo sé lo que grita la calle, ahora quiero materializarlo desde el Congreso.

-De ser electa, serías la primera diputada ciega en llegar a la Cámara Baja, desde el regreso a la democracia, ¿está el Congreso preparado para recibir a una persona no vidente?

Por su puesto que no. Yo te lo puedo afirmar categóricamente. De hecho, puedes ver que se han hecho ciertos experimentos bufonescos a mi juicio, de parlamentarios que se vendan los ojos y van caminando por los lugares donde circulan las visitas del Congreso. Jamás se han puesto en la posición de un compañero o compañera de trabajo, que con discapacidad visual tenga que realizar sus mismas labores, entonces evidentemente que el Congreso no está preparado.

Ese concepto tan chileno de ‘no está preparado’ yo realmente no lo considero. Yo creo que es no es un obstáculo para mí, porque tampoco estaba preparada la universidad, tampoco estaba preparado el Sename cuando yo fui funcionaria, tampoco estaba preparada la Corporación de Asistencia Judicial y los tribunales, nunca están preparados, entonces para mí no significa un problema que no estén preparados, porque yo misma me voy a encargar de prepararlos.

-Eres activista y experta en materias de sexualidad y discapacidad, además fundaste el Observatorio de Derechos Sexuales y Reproductivos de Personas con Discapacidad, ¿Cómo llevarás tu experiencia en Odisex al Parlamento, y cuál dirías que es la importancia de hacerlo?

Creo que hay un aporte tremendo que yo puedo hacer, no solo para el Congreso sino que para el Chile completo. Chile tiene la costumbre de ratificar pactos de Derechos Humanos, y manda un montón de funcionarios a que firmen estas cosas en Nueva York y Ginebra, y después llegan aquí y nos acostumbraron a ese concepto de tanta desidia: “la ley está durmiendo en el Congreso”. Como los chilenos estamos acostumbrados a que las leyes duerman en el Congreso, y ocurre que mientras las leyes duermen en el Congreso, hay gente que se muere esperando, porque los pactos de Derechos Humanos necesitan de leyes internas que permitan su cumplimiento, igual que como va a pasar con la Constitución nueva, que solita no sirve, necesita de leyes que permitan que sea materia, lo mismo con los pactos de DD.HH.

Por ejemplo, Chile dijo “yo, Estado de Chile, garantizo como derecho fundamental lo sexual y reproductivo de las personas con discapacidad”, eso fue en el año 2008, y ocurre que en Chile todavía se sigue haciendo una práctica terrible de violación a los Derechos Humanos hacia las mujeres con discapacidad, la esterilización forzada. ¿Por qué digo que es una violación de Derechos Humanos? Porque se hace con recursos del Estado, y con funcionarios del Estado, de la salud. Esas cosas no pueden seguir ocurriendo, y a ellos poco les importa, porque ellos no tienen el problema, yo lo conozco muy de cerca, y sé perfectamente cómo se puede solucionar.

-Y con toda tu experiencia, ¿cuáles serán los puntos fuertes que defenderías como diputada?

Hay que apoyar las legislaciones que se encuentran pendientes, porque como es la gran mayoría de la gente chilena la que las necesita… ese es el fundamento para que estén pendientes: en Chile se legisla rapidito para algunos, como lo que pasó con el proyecto del ‘perdonazo’ para quienes cometieron errores con la ley electoral. El Senado no se demoró nada en resolverla, sin embargo todo lo que tenga que ver con el cuarto retiro todavía está discutiéndose, entonces eso en primer término.

Luego, por supuesto, impulsar normas que permitan terminar, de una vez por todas, con la invisibilización estructural que en Chile violenta de manera brutal a la gran mayoría, por lo menos a personas que viven en mi distrito. Dentro de mi distrito hay dos comunas que son absolutamente invisibles: San Joaquín y La Granja. Si las pones en comparación con Ñuñoa, Santiago o Providencia, ni siquiera se parecen, podríamos acercarnos un poquito a Macul, pero esas comunas parecen mundos absolutamente distintos, donde hay problemas de accesibilidad, para transporte… Imagínate para la gran mayoría de las personas que viven en esas comunas, si a esas personas tú les agregas una discapacidad, entonces las condenas, y eso es lo que pasa, eso es lo que ha ocurrido hasta hoy día. Además es un distrito sexy el Distrito 10, harta farándula, hay platita, pero ellos después recorren en auto el distrito, yo lo recorro en micro, y sé de qué se trata esto.

-¿Cómo ves el desafío de ir por el Distrito 10?

Yo tengo la ‘choreza’ de alguien que se ha tenido que parar muchas veces en la vida, entonces la verdad es que no le tengo miedo a nadie. En mi trabajo tengo que hacer visitas domiciliarias, tengo que ir a ver a mis representados a sus casas, y cuando voy a San Joaquín y La Granja pesco una micro y voy para allá, -cuando el chofer de la micro no me echa abajo con mi perro, por supuesto- entonces la verdad es que creo tener una posición mucho más cercana a la gente de mi distrito que la gran mayoría de los candidatos de este distrito.

Además, aun cuando yo sea abogada y tenga un maravilloso departamento aquí en el barrio Bellas Artes, por el solo hecho de ser una mujer con discapacidad experimento el mismo rechazo, las mismas vulneraciones, que las personas que viven en La Legua, por ejemplo, que son víctimas de este repudio social de la autoridad pública, por razones distintas a las mías, pero el resultado es exactamente el mismo. Ellos por ser pobres, por vivir en una comuna que tiene poblaciones estigmatizadas todavía por la marginalidad, y yo por mi condición humana de persona con discapacidad, y seguramente más de alguno me discriminará por ser lesbiana, pero por lo menos esa diversidad está un poquito más avanzada, y no pasa lo mismo con la discapacidad.

-Porque no solo el Congreso no es inclusivo, la ciudad tampoco es inclusiva.

Sí pues, imagínate que yo ando caminando por todas partes con mi perrita maravillosa que me acompaña a todos lados. Una vez andábamos acá en el Parque Forestal en una manifestación a propósito del Metro que se va a hacer ahí, donde van a echar abajo un montón de árboles del parque, y me encontré con la actual alcaldesa de Santiago, con la Irací. Yo le propuse a ella algo que ya le he propuesto a muchas autoridades de aquí, de la comuna de Santiago, pasando incluso por la exintendenta Karla Rubilar -hasta la invité a comer a la Karla Rubilar a una cena-, para pedirles que se sumaran a mi causa, que tiene un nombre poco sexy a lo mejor, o algo cuestionable por unas autoridades tan moralistas… mi batalla es, desde hace muchos años, para que la autoridad se ponga con los pitos. Así. Le dije “por favor alcaldesa, póngase con los pitos de los semáforos”.

Cuando la gente me critica como “oye, ya llevas tres cigarros”, yo pienso que la verdad es que corro más riesgo todos los días tratando de cruzar Huérfanos, o Agustinas, ahí me pueden matar, más que el cigarro. La falta de accesibilidad en la ciudad pone en riesgo vital a las personas que con autonomía nos queremos desplazar, y nadie me ha pescado. La alcaldesa me dijo que sí, buena onda, se sacó una foto conmigo -supongo yo porque no veo nada- y después me dio un teléfono por ahí, y me dijo que mandara un mail, “solo a través del mail podemos tomarte una entrevista”, y nunca fue. Nunca fue. Yo he enviado cartas a casi todos los parlamentarios, y nunca me han contestado. Creo que ese rechazo indiferente de la autoridad a una situación que afecta a tantas personas a mi me parece brutal, y alguien tiene que ponerle freno. Son mentirosos los políticos en Chile, son bien mentirosos.

-¿Tiene alguna reflexión o mensaje final que quieras entregar?

Mi campaña se está haciendo con poquísimas lucas, que están puestas por mi bolsillo y harto trabajo de mis amigos, y sabemos que es un desafío grande, por miles de razones. Si ves el artículo 2º de la Ley Antidiscriminación, la ley 20.609, podrás encontrar varias hipótesis de discriminación que forman características de una condición humana, y ahí se reúnen varias de las que yo tengo, yo tengo hartas condiciones que tiene el artículo 2º de la Ley Antidiscriminación, y yo he sufrido esas discriminaciones, y me he parado, y aquí estoy. No hay nadie que pueda decir “a esa mina yo la derroté”, ¿cachai?

Yo tengo el mejor capital que ofrecerle a los electores de este distrito, que es honestidad, fuerza, mucha pero mucha fuerza, y una tremenda valentía, por ahí hay que pelear no solo con la terrible desigualdad que han construido los mismos que hoy día tienen una tremenda cantidad de millones para hacer campaña, hay que también pelear con las estructuras culturales que tienen los mismos parlamentarios que van a elegir en otros distritos, incluso en este mismo, para poder conseguir que ahí, en ese Congreso, se dicten leyes para todas las diversidades, para todas las condiciones humanas, para que en Chile no siga sobrando gente. Diversidad para mí significa exactamente lo mismo que humanidad, por lo tanto en ningún país debiera sobrar ni una sola persona, para eso voy al Congreso.

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