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Constanza Valdés y su salida de Comunes: “Los partidos no son favorables a la diversidad”

Por: Talía Llanos Chacón | Publicado: 05.05.2022
Constanza Valdés y su salida de Comunes: “Los partidos no son favorables a la diversidad” Constanza-Valdes | OTD
La abogada trans feminista Constanza Valdés, preparándose para integrar el Consejo del INDH, ahonda en las situaciones de machismo y transfobia que la llevaron a renunciar a Comunes, en medio de la crisis que continúa profundizándose dentro del partido.

En medio de la continua crisis de Comunes, una de sus militantes emblemáticas anunció su renuncia al partido. No fue por las irregularidades financieras descubiertas en las campañas de sus candidatos, ni tampoco por la falta de transparencia en sus elecciones internas, denunciada por sus militantes. Constanza Valdés Contreras, quien como portavoz del Frente Amplio (FA) el 2017 se convirtió en la primera vocera trans de una organización política en Chile, abandonó el partido oficialista acusando machismo, discriminación, y transfobia desde los altos cargos del partido, y también de parte de sus propios militantes.

Valdés, abogada trans feminista de 31 años, y ahora electa para el Consejo del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) como representante de la sociedad civil, desglosó parte de sus acusaciones en su primer libro “¿Un cuerpo equivocado?”, y ahora, en conversación con El Desconcierto, ahonda en los hechos que la llevaron a alejarse del conglomerado que pretendía ser “de izquierda feminista, popular y democrático” al interior del FA, y “disputar espacios y posicionar temas como la diversidad y las disidencias sexuales”. Según la abogada, durante los episodios de violencia política de los cuales fue víctima, pudo evidenciar que “los discursos sobre lo que son los derechos de las personas LGBTIQ, la representatividad, solamente sirven en la medida que no les incomode a ellos, o que no les quite ningún espacio de poder”.

De igual forma, Constanza Valdés espera, desde su nuevo cargo dentro del INDH, trabajar para que el deslegitimado instituto pueda volver a conectarse con las organizaciones civiles y la ciudadanía, puesto que “está muy debilitado por la administración de Sergio Micco”, quien “tiene una visión muy antigua de los DD.HH., una visión muy de derecha”, evidenciada tanto en sus declaraciones recientes, como en su gestión al mando del organismo durante el estallido social que comenzó en octubre de 2019.

-Después de cuatro años militando en Comunes, renunciaste al partido, en tus palabras, por haber sido víctima de violencia política, transfobia y machismo, ¿cómo fue tomar esa decisión para ti?

Fue una decisión compleja. Las principales situaciones que ocurrieron se dieron en la campaña constituyente, son cosas que relaté en mi libro. Hubo harto levantamiento de voces e información de esto durante las campañas, llegó a ser tan evidente la situación que personas de otras fuerzas políticas notaban esas problemáticas que se veían desde afuera, que eran más internas. Después de la campaña a constituyente tenía desconfianza de lo que estaba siendo el proyecto político, porque una de las cosas que se demostraron luego de haber tenido estas problemáticas de violencia política al interior es que, en general, los discursos sobre lo que son los derechos de las personas LGBTIQ, la representatividad, solamente sirven en la medida que no les incomode a ellos, o que no les quite ningún espacio de poder. Eso dejó en evidencia que no tienen ninguna propuesta en general, a menos que venga desde su mismo sector.

Fue una decisión que tenía meditada después de los periodos de campaña, no era una decisión que iba a tomar en ese momento porque teníamos que terminar con la rendición de cuentas de la campaña, por los procesos internos por los cuales estaba pasando el partido, con eso igual tuve cuidado y no quise hacerlo público antes, porque también tiene implicancia en lo que va a ser la visibilidad de un partido que es parte de una coalición de gobierno, me pareció que iban a haber personas que se podrían aprovechar de eso, decir ‘los del partido del Frente Amplio van a ser de esta manera, dar estas malas prácticas políticas’, entonces no quería que se diera en estas circunstancias.

Después sentí que era muy importante hacerlo visible porque las personas que se vieron involucradas en estas situaciones, en la exclusión, el cuchilleo, el cahuineo de cuestionar las candidaturas, el trabajo que se podía tener, esas personas llegaron a tener cargos en la designación, entonces sentí que si yo me quedaba callada, no se iba a lograr nada al respecto. Yo ya había hecho los canales que significaba la situación, conversarlo con la antigua dirección, la nueva dirección, y aun así no se llegó a nada. En cada momento iba a tener que estar nuevamente haciendo presentaciones, llegar al Tribunal Supremo… las personas involucradas estaban en puestos de poder, tanto gubernamentales como al interior del partido, e iba a ser una problemática que iba a generar más desgaste, una revictimización y cuestionamiento constantes, y yo no estaba disponible para eso por salud mental, y porque ya no tenía confianza en el proyecto político.

La lógica del apitutamiento, de lo que sucedió en este periodo, muestra que en general se empiezan a transformar en espacios de bolsas de trabajo, donde el proyecto político se construye en la medida que seamos amigos o amigas, pero no por convicción. Esta falta de colectividad, y de egocentrismo, que hay mucho egocentrismo en los hombres del partido, me terminaron por separar de un espacio que todavía creo que sigue atrapado en la política universitaria, y la verdad es que hace rato se ha abandonado eso.

-¿Y hablas de alguien en particular? Porque mencionaste personas con cargos en el gobierno

Por efectos de lo que pudiera ser una batalla judicial, pues sabemos que hoy en día la gente por cualquier mención se puede querellar, y una no anda disponible para dar esas peleas que se dieron a la interna, son personas del Distrito 7, en el sector de la provincia de San Antonio, militantes, que hoy día tienen cargos de responsabilidad, a esas personas me refiero directamente.

-Además hablaste que hacían campaña en contra de ustedes, de una exclusión, menosprecio dentro del propio partido.

De hecho hubo una candidatura que iba a ir en dupla conmigo en la candidatura a constituyente, pero en las negociaciones terminó por caerse -desconozco como fue la situación- y después el hecho que lo hayan bajado lo atribuían a que yo tenía la culpa, que yo no era representante del sector de San Antonio, solo de Valparaíso. Además de eso, gente que estaba detrás de la candidatura de esta persona empezó a hacerle campaña a otras candidaturas a constituyente.

No nos apoyaron, en ningún momento estuvieron disponibles a lo que era el trabajo en conjunto, a hacer campaña por lo que hubiera sido algo súper importante, que no tenía que ver con un cargo cualquiera, tenía que ver con la redacción de una nueva Constitución y un proyecto político que estábamos representando, que era no solo de personas trans, sino de gente de sectores históricamente discriminados y excluidos de la toma de decisiones. En las primeras semanas luego de la nominación, tuve que reunirme con esta gente para plantearles la candidatura, para reunir fuerzas, y en todo momento tenía que hacer esa validación ante esas personas, y desconociendo que fue de las candidaturas prioritarias cuando se discutió en el Consejo del partido.

Desconocer todas esas situaciones, la verdad es que era algo evidentemente muy desgastante, las pocas actividades que habían eran básicamente estar sonriendo y sabiendo que a nadie le caías bien. Eso muestra no solamente el egoísmo y la mezquindad, sino que disfrazan la violencia política de transfobia, de supuestamente diferencias políticas, pero las diferencias políticas eran casi inexistentes. Apuntábamos al mismo proyecto, al mismo tipo de Constitución, de cómo se debieran dar las discusiones de participación ciudadana importante, pero nada de eso bastaba.

-¿Y esas situaciones ocurrieron también durante las parlamentarias?

Sí, durante las parlamentarias se dieron más, como íbamos más candidatas todas las personas que eran del partido se fueron a otra candidatura. Mi campaña a diputada por el Distrito 7 fue compuesta exclusivamente por independientes, no hubo apoyo orgánico del partido en el Distrito 7, y era por esta diferencia. Además, después que sucedió la campaña a constituyente, yo manifesté en una de las primeras reuniones del Consejo que había una situación de traición, de violencia, que esa gente debería responder políticamente por todas las situaciones que ocurrieron, que si hubiéramos tenido más apoyo habríamos estado integrando, pero a esa gente no le interesaba. Después de eso quedaron molestos, luego se publicó el libro que llevaba una descripción de lo que había sido la situación, entonces ya se habían enterado. Decían ‘no fue transfobia, no fue discriminación’, pero con el paso del tiempo, personas del mismo sector reconocieron que fue transfobia.

Para mí esas personas tenían que aceptar las responsabilidades, yo habría estado dispuesta a reparar las relaciones, pero si no iban a aceptar las responsabilidades, si no habían conversaciones, si se andaban escondiendo, si seguían con las mismas prácticas, no había por donde.

-¿A nivel de Frente Amplio también ocurrían situaciones similares? Me acuerdo de un live que hiciste con un candidato de Convergencia Social, Pablo Donoso.

Él era un candidato de la ex Lista del Pueblo, independiente por Convergencia Social y cuando sucedió la situación, la verdad es que desde Apruebo Dignidad y todo el Frente Amplio hubo un apoyo, no tengo nada que decir al respecto. Puedo ser crítica que los partidos en general no son favorables a la diversidad, pero en esa situación en concreto hubo un apoyo transversal. Me hablaron de Convergencia, de Revolución Democrática, todas las personas estuvieron. Fue de lo más curioso, porque al interior del partido y del Distrito hubo mucho apoyo, entonces era muy curioso ver cuando habían situaciones de transfobia externas el apoyo era evidente, pero cuando suceden adentro no las pueden identificar. Por eso también fui tan crítica cuando escribí la carta, porque cuando interpelamos nosotros al partido se lo decimos, que las personas están siendo violentas, transfóbicas, están excluyendo gente, pero cuando tocan la interna no son suficientemente valientes para decirlo, porque hay intereses mezclados.

-De todas formas, dijiste que tu domicilio político sigue en Apruebo Dignidad

Sí, sigue en Apruebo Dignidad, por el momento no tengo vislumbrado a qué partido político pudiera irme para trabajar, porque esto no es solamente firmar por firmar, sino ir a un partido político donde se pudiera trabajar por un proyecto político común, y eso me parece muy importante.

Hay una tesis que se repite mucho en el partido y en el FA, que tiene que ver con conectarse con las organizaciones, pero cuando las personas que somos de las organizaciones disputamos los espacios de poder, se tienden a incomodar, porque entienden otras lógicas, otros espacios, también hay una lógica bien elitista, incluso de clase dentro de lo que es la política. Me parece que son cosas muy importantes de solucionar y discutir al interior de la orgánica, pero aun pese a las diferencias y críticas que pueda tener en torno a eso, evidentemente mi domicilio político sigue siendo en Apruebo Dignidad, en el proyecto del gobierno de Gabriel Boric, pero mi proyecto es independiente.

La arremetida conservadora contra personas LGBTIQ

-En las últimas semanas se ha visto a nivel internacional un aumento de leyes e iniciativas que menoscaban los derechos de las personas trans, ha ocurrido en Estados Unidos, en el Reino Unido, y hace poco un diputado de Republicanos presentó una contra les deportistas trans en Chile, ¿qué crees que explica, o motiva, esta arremetida conservadora?

Creo que viene dada particularmente por una fuerte influencia de lo que es la religión católica, cristiana, del mundo evangélico, que cada vez están teniendo más representación política. Hay un surgimiento muy grande de populismos conservadores, como el Partido Republicano acá en Chile, también en Estados Unidos, lo que fue Donald Trump, que era un populismo, y lo que ha sido también Jair Bolsonaro en Brasil. Estos grupos están ganando cada vez más representación política porque están yéndose en contra de ciertos valores y principios con esta lógica de que odian a los políticos, pero de manera subyacente tienen una agenda que tiene que ver con retroceder en los DD.HH. de las personas LGBTIQ.

En el periodo pasado el diputado Urruticoechea era parte de estos grupos, era RN y después se cambió a Republicanos, y presentó un par de proyectos de ley en contra de las personas LGBTIQ, pero nadie lo escuchaba. ¿Por qué? Porque no tenía representación. Pero hoy en día, con una bancada de Republicanos de 14 diputados y un senador, evidentemente tiene una representación. Llama la atención como el conservadurismo y estos discursos populistas conservadores van ganando adeptos con tesis muy distintas respecto a lo que es, por ejemplo, ir en contra de esos derechos.

Estos populismos conservadores buscan irse en contra de la política, de los políticos, contra la corrupción, como el discurso de Kast, diciendo que él odiaba a los políticos siendo que él había sido diputado por un periodo extremadamente largo, e incluso había tenido un periodo de inasistencia alto…

-Casi el más alto…

Sí, y creo que tiene que ver justamente con eso, además de que hay un periodo cíclico de la historia, respecto de cada vez que se empieza a discutir o visibilizar algo más. La contrapropuesta sería evitar que esos avances se vayan a lograr, porque esto no es algo que es propio de los derechos de las personas LGBTIQ, tiene que ver con los derechos sexuales y reproductivos, como a nivel latinoamericano cada vez, con mayor fuerza, hay de estos grupos religiosos y conservadores que no solamente tienen financiamiento, tienen estructura, tienen organización e intervienen incluso a nivel de organismos internacionales, hacen lobby para aquello.

No creo que la gente sea cada vez más conservadora, creo que hay una sobrerrepresentación, o que el discurso principal, contra la política tradicional, de discusiones que para mucha gente pueden ser banales, seduce. Se empezó a instalar una falsa dicotomía sobre si discutir una temática impide o inhibe discutir otras, y particularmente los derechos de las personas LGBTIQ y los derechos sexuales y reproductivos pasaron a este ámbito, donde se piensa que si se discute eso se inhibe la discusión de otros temas, que para la gente son “más importantes”, y negando que discutir sobre estos derechos también significa hablar sobre justicia social. Hay sectores de la izquierda que empiezan a invisibilizar estas materias, creen que la clase es más importante que estos elementos, que no se puede caminar y masticar chicle al mismo tiempo.

“(Sergio Micco) tiene una visión muy antigua de los DD.HH.”

-Hace poco fuiste electa para representar a la sociedad civil como Consejera en el Instituto Nacional de Derechos Humanos, ¿cómo recibes esa elección?

Bien agradecida por lo que fue el apoyo de los representantes de la sociedad civil, porque en la primera vuelta fui primera mayoría, de cerca me siguió el candidato que también salió electo, Francisco Ugás. Estoy bien contenta de lo que es un espacio en el que yo quería seguir estando, porque después de los procesos de campaña yo en ningún momento estuve buscando o enviando currículum para integrar el gobierno, porque no sentí que fuera un espacio en el que pudiera estar cómoda. Mi espacio es el activismo, y fiel a eso es la sociedad civil. Un espacio muy importante, que está muy debilitado, es el INDH donde la sociedad civil tiene un rol muy importante que se le ha ido quitando por la falta de legitimidad que tiene el trabajo del Instituto.

-Sobre ese punto, el Consejo ha recibido cuestionamientos de sus funcionarios por despidos injustificados y persecución a sus trabajadores, ¿cuál es tu postura sobre las situaciones?

En primer lugar, me parece que tenemos que cambiar la dirección, ahí hay un problema bien grave de legitimidad de la administración. Desde la sociedad civil no quieren participar en actividades donde está el director Sergio Micco, y no solo por su accionar, sino por las declaraciones y el rol que tuvo en el contexto del estallido social y las violaciones a los DD.HH. que ocurrieron. Es súper importante considerando el problema estructural que existe en el sistema legal del Instituto, que tiene que ver con la dirección.

Soy bien crítica de como ha sido la gestión de Sergio Micco, a propósito de lo que ha sido en el ámbito de la revuelta, y su actuar en torno a desmembrar el Instituto. Que hayan aprobado proyectos de ley que van en contra de materias de DD.HH., o incluso que no sigan las recomendaciones, es también una consecuencia de no tener una institucionalidad fuerte en materia de seguimiento de los estándares de DD.HH. Hubo una encuesta muy reciente de la percepción del Instituto, y la mayor parte de la gente tiene una percepción negativa o desconoce lo que hace el INDH.

El director tiene una visión muy antigua de los DD.HH., que manifiesta que deben enmarcarse dentro de los deberes, una visión muy de derecha. En los DD.HH. no existen los deberes, son de todas las personas independiente de su condición humana, de donde nazcan, entonces manifestar una tendencia así, además de tener un cuestionamiento de la sociedad civil, y no solucionar esa problemática ni hacerse cargo de las críticas y seguir con la misma línea política, es lo que ha profundizado la crisis que tenemos al interior del Instituto.

-En ese sentido, ¿cuáles crees que serán los mayores desafíos para el Instituto?

Creo que van a ser en torno a disputar lo que va a ser la confianza del Instituto y las organizaciones de la sociedad civil. Ese va a ser uno de los grandes desafíos porque en la medida que efectivamente haya un Instituto que pueda acercarse más a la sociedad civil, o que la sociedad civil sienta que pueda participar activamente. Va a depender lamentablemente de lo que va a ser la dirección del Instituto, ahí hay un tema, y lo otro tiene que ver con plantear ciertos temas que lamentablemente han estado muy ausentes de la discusión, o que han estado presentes pero no han podido traspasar la barrera, que tienen que ver con los DD.HH. de las personas LGBTIQ, de las mujeres.

No es solamente un cargo para ir a las sesiones, para que yo esté ahí casi como “ay, que bacán una consejera de las diversidades, de las disidencias y de la sociedad civil”, sino que disputar ese espacio y permitir que las organizaciones tengan una mayor vinculación en torno a eso. Una vinculación donde también se pueda generar la discusión en torno a las condiciones laborales de los y las trabajadoras al interior del INDH, las vinculaciones del Instituto con la sociedad civil, con la conceptualización de los DD.HH., que más que nunca, por el proceso constituyente, uno de los grandes temas va a ser el reconocimiento de derechos en la nueva Constitución.

-Tienes un nuevo libro en preparación, sobre la discrimación. ¿Qué podemos esperar de tu siguiente obra?

Es principalmente explicativo, un ensayo de la misma naturaleza, pero no con elementos evidentemente personales, que busca abordar la discriminación en Chile desde el punto de vista de la conceptualización. Qué es el concepto de la discriminación, cómo se ha ido dando en Chile, con algunas cifras y estadísticas, lo que ha sido la implementación de la Ley Antidiscriminación, sus desafíos, sus problemáticas, las discusiones que se han dado en el Congreso, cuáles son los aspectos que debiéramos mejorar en torno a la ley pero también en torno a una nueva Constitución que se haga cargo de la discriminación, y una institucionalidad en torno a esta materia.

En general es, de manera sencilla y breve, hacer un análisis respecto de todas estas situaciones, y respecto de qué manera entendemos que ciertas situaciones son discriminación y otras no, por ejemplo que la heterofobia no existe, que la discriminación hacia la gente de clase alta no existe, y hacia la gente de color blanco tampoco existe. Entender que la discriminación tiene una raíz y un raigambre muy importante de una posición de dominación de un grupo sobre otro, o de una persona, a raíz de la posición que pueda tener en torno a otra persona. Nadie puede discriminar a Luksic porque tiene mucho dinero, por ejemplo, sería completamente absurdo.

Me parece que es súper importante un libro en la materia que pueda abordar eso, y no desde un carácter académico exclusivamente, sino en torno a un carácter de lo que es la realidad. Explicar un poco porqué la discriminación en Chile sigue estando muy presente, que tiene que ver con una lógica de una sociedad que sigue estando fuertemente marcada por la discriminación, por la segregación, por la falta de justicia social, y en segundo lugar por el desconocimiento, por el prejuicio de un grupo de personas, pero también por una fuerte moral conservadora que genera la iglesia católica. Eso es lo que estamos trabajando, sería para el próximo año.

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