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Reportera de Puente Alto baleada en Meiggs: “Fue un ataque a la libertad de expresión”

Por: Claudio Pizarro | Publicado: 05.05.2022
Reportera de Puente Alto baleada en Meiggs: “Fue un ataque a la libertad de expresión” |
En medio de un proceso de recuperación, tras haber recibido un balazo en un hombro, Aby, comunicadora social de radio 7 de Puente Alto, cuenta los detalles de una jornada marcada por la violencia hacia trabajadores de medios independientes y, particularmente, hacia mujeres que cubren a los movimientos sociales. Acá, analiza los factores detrás de este fenómeno y aventura algunas hipótesis sobre lo que pasó en Estación Central. “Pareciera que estas mafias le hacen el trabajo sucio a la policía”, asegura.

Tras algunos años de pandemia y conmemoraciones más bien simbólicas, volver a la calle el Día del trabajador fue una instancia de reencuentro. Aby, quien prefiere usar estas tres letras para identificarse y así no entrar en detalles que puedan complicarla, llegó al lugar de la convocatoria junto a un par de amigos de medios independientes.

A diferencia de otros 1 de mayo, esta comunicadora social de radio 7 de Puente Alto, decidió cubrir la marcha alternativa convocada por la corriente clasista de trabajadores. La opción sobre la cobertura fue, en el fondo, una decisión política. “Era una marcha en rechazo a la Central Unitaria de Trabajadores, por haberse burocratizado y puesto al servicio de los gobiernos”, explica.

-¿Esa fue entonces la razón para cubrir esta marcha y no la de la CUT?
Es la marcha que en el fondo nos representa. Por eso estuvimos allí, en avenida Brasil, y no en Plaza Dignidad. De hecho, si ustedes ven la marcha de la CUT, no hubo ningún desorden porque en ella desfilaron las autoridades. Ahí hay una diferencia importante, porque en la otra, sí hubo una fuerte represión.

-Pero toda marcha tiene una progresión, se sabe que hacia el final siempre pasan cosas. ¿Fue igual ahora?
Yo alcancé a hacer un en vivo, trasladándome por la marcha desde avenida Brasil hacia donde estaba el escenario. Alcancé a transmitir como media hora, mostrando las distintas organizaciones con sus lienzos, carteles y pancartas. Se hizo una quema simbólica del Código Laboral. De ahí me fui entremedio de la gente que venía llegando y vi que empezaron a correr porque, en la cola, la policía ya había comenzado a reprimir. Los chicos atrás empiezan a enfrentarse con carabineros para que no sigan avanzando y la gente pudiera estar en el acto, pero ellos igual avanzaron con todo: carros lanza aguas, zorrillos y lacrimógenas. Paralelo a eso fue el ataque de toda esta mafia en la vereda sur, por donde está el barrio Meiggs.

-Es extraño visualizar en las protestas otro grupo que no sea Carabineros y manifestantes…
Es que uno no está preparado para que te ataquen los que se supone son tu misma gente, personas de pueblo, como los ambulantes. Pero hoy todo es muy distinto, porque ves una Estación Central tomada por estos grupos organizados, que uno no sabe si son ambulantes, tienen un puesto o es una chapa para vender drogas, o si están asociados con narcos y son protegidos por la policía. Porque, claramente, ellos actuaron con total libertad y nunca fueron reprimidos.

-¿Estaban en la misma vereda que Carabineros?
No, Carabineros estaba en la vereda norte, por donde estaba ubicado el escenario y los otros en la verada sur. Allí habían otros carros, pero no lanza aguas, habían algunas patrullas que estaban como cuidándolos.

-El papá de uno de los estudiantes agredidos por ambulantes en una marcha anterior, también habló de una suerte de círculo de protección…
Lo que pasó con los estudiantes fue clave, porque ellos no estaban atacando, tampoco saqueando, pero igual llegaron los ambulantes con palos a pegarles. Es como si el territorio fuera de ellos y uno tuviera que pedirles permiso. Ese fue un precedente importante para ponerle un cierto atajo al tema, pero no se hizo. Pese a que hubo un alumno pateado en el suelo, que quedó en estado grave y hubo un papá que golpeó muchas puertas y no fue escuchado. Eso es lamentable porque ellos siguieron haciendo lo mismo, libres por su territorio, y sin ninguna reacción del gobierno. La marcha del Día del Trabajador debió haber sido un día completamente diferente y, en el fondo, fue como si nos hubiesen estado esperando ahí.

-¿Crees que hubo planificación para atacar la marcha?
Sí, creo que sí, por la forma como se movieron. Si tu ves los registros, hay un tipo que hace un llamado a ir con las armas hacia adelante. O sea, las armas estaban guardadas. Y, en ese momento, él pide que las saquen. Ellos tenían en el fondo una organización, no era algo espontáneo.

-¿Cuándo se comenzó a poner más tenso el ambiente?
Me acuerdo que estaba en la verada sur, escondida detrás de un quiosco con una chica de derechos humanos y dos personas más, pendiente que el guanaco no me botara. Estábamos acorraladas. Por eso me tuve que poner adelante del quiosco, mirando a la vereda sur y ahí quedé toda desprotegida. En ese momento recibí el balazo.

-¿Habías sentido balazos anteriormente?
No, porque yo fui la primera herida de bala. Me llegó en el hombro derecho y al principio pensé que era una piedra o un objeto contundente. Fue fuerte el golpe, sentí como una contracción, de hecho me agaché y me tomé el hombro con la mano, pero nunca se me pasó por la cabeza que era una bala.

-¿Te lo ratificaron en el hospital?
No, la chica de la brigada de rescate. Me acuerdo que me preguntó qué me había pasado y le dije que había sido un piedrazo. Empecé a sangrar harto y llamaron a la brigada de salud, mientras el guanaco seguía tirando agua. Fueron segundos de tensión, no podíamos salir de ahí.

-O sea, fuiste baleada y el guanaco te seguía mojando.
Sí, nos seguía mojando, no podíamos salir de donde estábamos. Incluso, en un momento la chica de derechos humanos se asustó tanto, que salió detrás del quiosco a pedirle una tregua al guanaco. Fue súper valiente. Después me trasladaron a una solerita en la calle para contener la sangre y ponerme vendajes. Pese a que estábamos más alejadas, de nuevo llegó el guanaco a tirarnos agua y lacrimógenas. De hecho, en ese momento casi me desmayé, imaginando la angustia que debió haber sentido Abel Acuña, que murió en Plaza Dignidad porque la policía no dejó que le brindaran atención para reanimarlo.

-¿Quedaste inconsciente en algún momento?
Me esforcé por seguir consciente, aunque el aire era irrespirable. Hacía respiraciones muy cortas y las chicas de las brigadas me protegieron con sus cuerpos para que no me llegara el chorro del guanaco. Tampoco la policía dejó entrar ambulancias para que me sacaran del lugar. Ese es otro dato importante. Cuando volví en sí, le avisaron a la brigadista que había otra herida grave.

-¿Conocías a Francisca?
Sí, no éramos tan amigas, pero nos ubicábamos por los medios donde trabajamos, en las mismas manifestaciones a veces conversábamos un ratito.

-¿Qué te hace pensar que hayan sido dos personas vinculadas a medios independientes, y mujeres, quienes fueron atacadas esa jornada?
Es complejo, de verdad siento que no son disparos al aire, son como ataques súper marcados. Siento que ese día fue un ataque a la libertad de expresión, como comunicadores sociales. Si bien como medios independientes siempre hemos sido reprimidos, las últimas semanas empezamos a sentirlo más que de costumbre, al igual que las brigadas de salud. Es como si hubiesen cambiado el foco y que finalmente quisieran anularnos, invalidarnos, sacarnos del terreno. Efectivamente los pacos han tenido una postura agresiva y descalificadora hacia las mujeres.

-¿Qué pensaste cuando viste las imágenes, entendiendo que se trataba de una colega de un medio de comunicación similar al tuyo?
Me conmovió, todavía recuerdo ver como se desploma, fue súper impactante. Para mí fue inevitable pensar la diferencia que provoca unos pequeños centímetros. El cirujano me dijo que por unos centímetros no estaba muerta, unos cinco centímetros más y esa bala cae en el corazón. Tuve mucha suerte de que la herida no fuera tan grave y que la bala saliera.

-¿Cuál es tu reflexión después de todo esto?
Es difícil porque en el fondo, como pueblo, una siente que estamos desamparados, porque las instituciones no funcionan para resguardarte. Al contrario, ellos también te atacan. Hoy día, incluso, pareciera que estas mafias le hacen el trabajo sucio de la policía. O sea, como ellos fueron restringidos, ya no nos podían seguir disparando perdigones, ni baleándonos, estos tipos les hacen la pega, pero igual están bajo su resguardo. A mí me queda la sensación de cierto movimiento estratégico. No tengo ninguna duda que ellos actuaron bajo el amparo de la policía.

-¿Lo dices a propósito de los videos donde aparecen con pistola dialogando con Carabineros?
Claro, y ellos limpiándoles el camino. La tenencia de armas es ilegal, sean de fuego o a fogueo. Por lo tanto, esas personas deberían haber sido detenidas in situ. Había contingente suficiente para tomarlos detenidos, pero en ningún momento fueron reprimidos por la fuerza policial ni perseguidos por ellos. Hubiese bastado que le apuntaran con el chorro del guanaco para que ellos se dispersaran, pero en ningún momento sucede, por eso actuaron con total libertad.

-¿Faltó una mirada estratégica en el ámbito de la seguridad, entendiendo lo que había pasado antes con los estudiantes?
Absolutamente, porque después de lo que pasó con los estudiantes no se hizo nada. Siguieron actuando de acuerdo a su propia ley. Y no ha pasado sólo en Estación Central. Pasó algo muy similar en pleno estallido social en 10 de julio, cuando un grupo de estudiantes fue atacado por locatarios vinculados con el comercio ilegal. Lo mismo que pasó acá, donde ves mucho amparo de la policía, porque sabemos que muchos de esos puestos son una chapa para vender drogas, venta de objetos ilegales, ropa de marca, entre tantas otras cosas. Todo un mercado negro.

-¿Qué piensas de las medias que implementará el gobierno? Se habla de aumentar carabineros en algunas comunas.
Las señales tienen que ser claras. A mí me parece que el general Yañez no puede seguir en el cargo. Si él tiene acusaciones por violaciones de derechos humanos desde el estallido social, no entiendo cómo sigue a la cabeza de la institución. Pero más allá del paquete de medidas que tengan, hay que tomarlas de manera urgente. A mí me sorprende que los canales oficiales estén entrevistando a los mismos sujetos que aparecen en fotos y videos, cuando deberían estar presos por tenencia de armas, aunque no las encuentren y no sepan si son de fuego o a fogueo. De acuerdo a la nueva ley de control de armas, ellos deberían estar presos, los videos y fotografías son evidencias suficientes. Entonces tienes un gobierno que está fallando. La persecución, la represión, el asedio, el hostigamiento es político, porque si yo me paro en la Alameda con una pistola, te aseguro que se me tiran 10 pacos encima, me llevan presa y me procesan por la ley de control de armas y hasta por la ley de seguridad del Estado por terrorista.

-¿Crees que hubo una permisividad estratégica?
Es estratégica porque tiene mucho que ver con la corrupción que hay en la policía y estas mafias.

-¿Vas a volver a la calle?
Sí, sin duda, uno tiene un compromiso con la gente, con sus compañeros de lucha, con todos nuestros caídos y las víctimas de violaciones a los derechos humanos. Aunque la situación no deja de ser traumática, una siempre está arriesgando su vida en la calle, pero no anda buscando protegerse del comerciante o del ambulante, que se supone que también es gente del pueblo. Por eso es lamentable lo que estamos viviendo hoy, que es producto de este sistema neoliberal que provoca despolitización de la ciudadanía, un desclasamiento donde la gente, dentro de esta vida individualista y atomizada, lo único que tiene como propósito y objetivo de vida es generar dinero. Entonces no le importa defender sus bienes materiales a costa de vidas humanas. Para mí eso es súper cuestionable, porque por mucho que te veas amenazado, tus bienes no valen más que las vidas humanas. Yo no puedo salir disparándole a todo el mundo a mansalva porque me siento amenazado de perder un negocio. Tu negocio, el toldo, lo que sea, finalmente se puede restituir, pero no puedes salir a matar a la gente porque estás protegiendo tus bienes.

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