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Javiera Parada: «En Chile pecamos de emborracharnos con los resultados de la elección»

Por: Joaquín Castro Mauro | Publicado: 19.09.2022
Javiera Parada: «En Chile pecamos de emborracharnos con los resultados de la elección» |
La vocera del movimiento «Una que nos una» asegura que buena parte de la responsabilidad en la derrota del Apruebo recae en los hombros de la Convención y una reivindicación en exceso de «las políticas de identidad». Además, en diálogo con El Desconcierto, no descarta postularse como candidata en el nuevo proceso constituyente aún en ciernes.

Han sido días ajetreados para la activista Javiera Parada (48) luego de la victoria del Rechazo en el Plebiscito de salida del 4 de septiembre. La actriz fue crítica con el trabajo de la Convención, posición que la llevó a reunirse junto a un grupo de personalidades políticas ligadas a la ex Concertación y crear la «Centro izquierda por el Rechazo», uno de los pilares del triunfo.

La gestora cultural, en diálogo con El Desconcierto, expresa que el texto se rechazó debido que era «partisano, maximalista y una suma de demandas, en vez de ser las reglas que nos permitan a todos vivir juntos».

Además, considera que el proceso constituyente se debe frenar un poco «para descansar de tantas elecciones seguidas» y que este debe ser dejado en manos del Congreso y los partidos políticos , dado que «han mostrado una gran apertura a llegar a acuerdos para llegar a una mejor Constitución». 

«El texto era largo y maximalista»

– Ya pasó una semana y un poquito más del triunfo del Rechazo. Sinceramente, ¿Se esperaban un resultado así?

En lo personal, para nada y ninguna de las personas con las que había conversado antes, ni del Apruebo ni del Rechazo se esperaban un resultado así. No sé si alguien en Chile lo imaginó.

– ¿Cuál es su explicación de una victoria tan holgada?

Yo creo que hay varias razones y una fue el proceso mismo, cómo actuó la Convención durante todo ese año de funcionamiento. Principalmente con esta forma tan performática de actuar, reivindicando mucho las políticas de identidad y olvidándose de los grandes temas que nos unen como país, excluyendo a sectores políticos que son la mitad de Chile como la derecha, la centro derecha y el centro. 

De todas estas cosas se le avisó a la Convención durante su funcionamiento. A todos quienes levantamos esa alarma se nos acusó de ser alarmistas y estar exagerando. Creo que tener un texto tan extenso y maximalista, que abordó tantas cosas, lo convirtió en una sumatoria de las distintas demandas que llegaron a la Convención, en vez de ser un conjunto de reglas que permitieran que esas demandas avancen y pasen a ser transformaciones. 

Yo creo que hay una responsabilidad muy grande del comportamiento como actuó la Convención, no solo de los escándalos, sino de la exclusión política a los actores de la sociedad civil que quisieron participar del proceso y que no fueron escuchados. 

– Se habla mucho de una «victoria cultural» del Rechazo ¿Coincide con esa lectura?

Creo que la campaña del Rechazo, en su diversidad, pudo llegar a diferentes personas con distintas desavenencias con el texto. Primero, que era un texto que no concitaba la lealtad de todas y todos, siendo que ese es el deber de una Constitución. En mi opinión, el texto tiene que concitar la lealtad de la ciudadanía porque es la ley madre y, por lo tanto, si tú eres de derecha, de izquierda, independiente o no, tienes que poder apelar a eso cuando hay diferencias políticas entre el Congreso y el Ejecutivo.

A nosotros nos preocupaba mucho cómo había quedado diseñado el sistema político, no era una mejora a lo que teníamos hoy y, además, no se hacía cargo de problemas como la fragmentación política y el fortalecimiento de los partidos. A pesar de eso, esa no fue la razón principal de la mayoría de los votantes.

Habían, por ejemplo, muchos agricultores entendiendo que tenemos problemas de agua, por un lado, porque hay una sequía, pero por otro lado, no querían perder los derechos de agua de sus terrenos agrícolas. Muchos de ellos los tienen hipotecados para créditos que necesitan. Entonces, en algún momento, la pequeña y mediana agricultura temían estar en peligro de quedarse sin posibilidad de pedir más créditos si se aprobaba el texto. En consecuencia, ahí existe  un grupo con razones distintas a las nuestras. 

– ¿Qué otras razones hacían que la gente votara Rechazo?

Hubo un exceso en todo lo que tuvo que ver con el reconocimiento a los pueblos indígenas. Yo soy una partidaria de la plurinacionalidad y de hecho me metí al tema constitucional a través de los derechos indígenas, pero creo que fue tan excesivo en cómo se abordó sin tomar la realidad de Chile. No somos un país con una gran cantidad de integrantes de los pueblos indígenas. Por ejemplo, dejar sin limitación el pluralismo jurídico. Aparte de las obligaciones internacionales, que tenemos para hacer consulta a los pueblos en temas que los afecten, se metió el término de consentimiento. 

Yo creo que, lamentablemente, en el caso de la plurinacionalidad, el efecto final fue el contrario. En vez de lograr un consenso de la necesidad de reconocimiento de los pueblos y avanzar en sus derechos culturales, políticos y colectivos, se farrearon esa oportunidad y mucha gente que quizá podría haberse sumado a eso, hoy día lo mira con recelo. 

– ¿Crees que se llevaron muchas luchas personales o de grupos de la sociedad muy puntuales a un escenario demasiado grande?

Yo creo que era esperable que en la Convención hubiera un momento catártico, porque había muchos grupos que habían estado excluidos de la conversación política y de la toma de decisiones por mucho tiempo. Por lo tanto, era evidente que iba a haber un primer momento de exigir reconocimiento. 

Pero yo siempre esperé que después de ese momento catártico iba a llegar un momento en que iban a asumir que la sociedad había sido injusta con estos grupos y entonces trabajarían para ver cuáles son los acuerdos mínimos que nos representan a todos y que van a habilitar a la democracia.

En mi opinión, uno de los grandes problemas que tiene Chile desde hace años es que tenemos un sistema político trabado y que las demandas sociales no han podido transformarse en reformas estructurales. Entonces uno hubiera esperado que la Convención se hubiera dedicado a solucionar esto, pero fue al contrario, ese momento catártico continuó durante toda la Convención, cada grupo llegó con sus demandas y dijo “si mis demandas no están ahí, me voy”. 

– ¿Cree que le pase lo mismo a la derecha, que una victoria como la que obtuvo el Rechazo le suba «los humos a la cabeza»?

Sí, yo creo que en Chile pecamos de eso, nos emborrachamos con los resultados de la elección. Por eso considero que parte del fracaso de la Convención tiene que ver con que hubo un grupo que creyó que el resultado del Plebiscito de entrada les daba permiso para hacer lo que quisieran y que daba igual lo que pusieran en el texto, porque el pueblo los iba apoyar. Esa realidad se transporta ahora con el triunfo categórico del Rechazo.

Por supuesto que la fuerza conservadora quiere conservar el status quo y consideran que no hay para qué tener nueva Constitución. Pero Chile tiene un problema constitucional desde hace 40 años, que ha tenido mucha intensidad desde el año 2011 en adelante, cuando el tema salió de las aulas, de las escuelas de Derecho y se tomó el debate público después de los movimientos sociales. La expresidenta Bachelet también lo intentó, o sea, hizo un proceso constituyente que lo mató la derecha y del que tienen que hacerse responsables, porque ahora lo firmarían bastante contentos. 

Mientras no resolvamos el problema constitucional, vamos a seguir teniendo un sistema político bloqueado, en consecuencia, las demandas de la gente van a seguir sin avanzar. Hay una amenaza de estallido que será constante, porque el pueblo va a seguir viendo que no se le solucionan sus cosas. 

«Es responsabilidad de los partidos ofrecer una propuesta»

– En términos generales. ¿Cómo ha visto el proceso de negociación para una nueva constituyente? ¿Es optimista?

Creo que deberíamos tomarnos un ratito para intentar entender lo que pasó el domingo 4 de septiembre. Escuché al presidente del Partido Comunista con una vocación de construir un acuerdo muy grande, dispuesto a dialogar y conversar sobre los términos de cómo va a ser el itinerario constituyente con el órgano que se conforme y lo escucho con mucha ilusión. También escuché a Javier Macaya muy disponible para avanzar en este acuerdo.

Creo que hoy hay bastante consenso en que tiene que haber un órgano democráticamente elegido. También considero que sería bueno que hubiera una comisión técnica o de expertos que discuta cuáles van a ser los tiempos y los ámbitos de acción de una nueva Convención. Nosotros, a fines de julio hicimos una propuesta que está en la página, que habla de una convención 100% elegida, paritaria, con escaños reservados proporcionales a la votación, sin listas independientes y una comisión técnica. Estas personas tomarían como insumos el texto de la Convención, el de la Presidenta Bachelet, la actual Constitución y vean cuáles son los consensos de esos tres textos. 

Creo que el foco debe estar, por un lado, en agarrar los consensos que existen y, por otro, seleccionar las cuestiones sobre las que no existe acuerdo y entregar esta propuesta a la Convención. Esa era nuestra propuesta y los partidos tienen una opinión parecida sobre eso. El expresidente Lagos, en su carta, también llama a identificar los acuerdos entre el Rechazo y el Apruebo. 

– En el sector del Apruebo siempre ha existido un temor de que la derecha no va a cumplir con su palabra. ¿Cree que es un miedo justificado?

Hay que tener claro que no tenemos otra oportunidad para tener una Constitución que una a todos los chilenos, que suscite el apoyo de todos los sectores políticos y que, por lo tanto, nos permita avanzar en la solución de los otros problemas que tiene Chile y de los enormes desafíos que tenemos. Por lo tanto, creo que si el diseño del itinerario constitucional se toma un poco más de tiempo después de estos tres años que hemos tenido estallido, pandemia, siete elecciones, campañas, etc. Habrá que demorarse un poco más, porque es importante que los partidos tengan acuerdos

– ¿Considera que se le ha restado importancia a los movimientos sociales por el Rechazo en esta negociación?

No, yo creo que la negociación está alojada en el Congreso y es responsabilidad de los partidos políticos ofrecerle una propuesta a Chile, desde la UDI hasta el Partido Comunista. Es su responsabilidad diseñar ese itinerario y entregárselo para poder entregarle certeza al país de cara al camino constitucional.

– Sí, pero al mismo tiempo el Congreso es la institución con más desaprobación…

Sí, pero el Congreso es una de las instituciones de la República, fue electo con una gran participación. Los representantes que están ahí son legitimados por el pueblo y yo creo en las instituciones, porque son las que salvan la democracia. Más allá de que funcionen mal o más o menos, la potestad de esta negociación está en el Congreso y es bueno que esté ahí, porque tenemos más de 20 partidos políticos, así que la diversidad de Chile está más o menos expresada ahí.

Quizá sería bueno que invitaran a distintos actores sociales y que escucharan a los distintos movimientos y organizaciones de la sociedad civil, pero entendiendo siempre que la responsabilidad reside en el Congreso para diseñar este camino.

«El Congreso debe poner a los expertos»

– Hay mucho temor a la participación de independientes en este nuevo proceso por lo que pasó en la Convención. ¿Cuál sería su fórmula para integrarlos?

Eso depende de cómo quede diseñado el sistema electoral, si van a hacer listas nacionales o regionales, o si vamos a tener un sistema mixto como en Alemania. Nosotros, para que Giorgio Jackson fuera diputado, tuvimos que juntar las firmas para poder inscribirlo. Hoy día, en nuestra democracia, los independientes podemos participar. Pero se le podrá también exigir a los partidos que lleven una cuota de independientes. Creo que hay distintas fórmulas, ya sea con con firmas o metiéndolo en la lista de los partidos, puede funcionar. 

Hago una autocrítica, porque yo apoyé la iniciativa para que los independientes pudieran armar listas, porque evidentemente no tenían un correlato ideológico o una visión de país y, por lo tanto, esas listas se disolvieron nada más entrar y eso no es bueno para la democracia. Pero creo que hay que permitir y no prohibir la participación de independientes.

– Algunos sectores igual han planteado la posibilidad de un plebiscito de entrada…

La verdad es que yo creo que si podemos ahorrarnos ese plebiscito, después de todas las elecciones que hemos tenido, sería lo mejor. El acuerdo tiene que dejar delimitado el itinerario con la comisión técnica y una asamblea elegida por cualquiera sea el sistema. No es necesario hacer el plebiscito porque hemos estado expuestos a un calendario electoral súper intenso, entonces lo mejor es que la gente vaya a votar solo por los convencionales.

Es súper importante que ese órgano tenga mecanismos de participación popular, porque en ésta última se habló mucho de participación, pero fue muy poco tomada en cuenta. Es fundamental que la sociedad pueda participar y que vayamos a un plebiscito de salida con voto obligatorio y que nunca más en Chile nos separemos de eso, porque claramente cuando habla la gente con esta contundencia es muy bueno para la democracia.

– ¿Cómo se debería elegir la comisión de expertos?

Yo creo que el Congreso debería proponer quiénes son esos expertos o sus características. Solo me imagino que no deberían ser solamente constitucionalistas, porque la Constitución es algo muy importante para dejarla solo a ellos. Creo que hay ciertas autoridades éticas políticas en Chile que concitan bastante acuerdo, si Humberto Maturana estuviera vivo quizás podríamos pensar en él. Pero bueno, creo que es el Congreso el que tiene que definir quiénes son estos técnicos. 

– Una de las opciones que más suscita apoyo es que los mismos partidos nominen…

Bueno, la comisión técnica del proceso constituyente anterior fue así, fueron los partidos los que nombraron a quienes confeccionaron el acuerdo y fueron nombrados por cada partido.

– ¿La veremos a ud como candidata a constituyente?

No es algo en lo que haya pensado. Llevo más de 10 años trabajando en esto porque estoy convencida de la necesidad de una nueva Constitución nacida en democracia. Ahora todos los esfuerzos tienen que estar en diseñar un buen mecanismo y un buen itinerario, que nos permita llegar a un buen resultado, apoyado por una gran mayoría. 

Cuando esté claro eso, será el tiempo de pensar quienes son las y los indicados para el nuevo órgano constitucional.

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