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Objetos yaganes en el Museo Británico: vestigios de colonialismo y anhelos de restitución

Por: Felipe Sasso V. | Publicado: 05.11.2022
Objetos yaganes en el Museo Británico: vestigios de colonialismo y anhelos de restitución Claudia González compara sus canastos con los creados por sus ancestros yaganes | Foto Alberto Serrano.
Representantes del Museo de Puerto Williams y comunidades yagán y kawésqar viajaron a Inglaterra a reconocer artículos ancestrales en el Museo Británico y en el Museo de Oxford. El periplo marca el inicio de un eventual, pero difícil, proceso de restitución luego de que estos objetos fueran llevados a Europa por colonizadores en el siglo XIX.

A mediados de julio, una pequeña comitiva viajó desde la Región de Magallanes a Inglaterra para visitar el Museo Británico y el Museo Pitt Rivers de la Universidad de Oxford. El grupo estuvo encabezado por Alberto Serrano Fillol, director del Museo Antropológico Martín Gusinde de Puerto Williams (MAMG), y representantes de la Comunidad Indígena Yagán de Bahía Mejillones (Isla Navarino) y la Comunidad Kawésqar Atap (Punta Arenas).

El objetivo del viaje era estudiar y reconocer varios objetos que pertenecieron a estos pueblos (en su mayoría yaganes), y que fueron sacados de su territorio de origen por los primeros colonizadores ingleses en el siglo XIX. Se trata de un evento crucial que podría impulsar el ansiado proceso de restitución de estos artículos y marcar su retorno definitivo a Tierra del Fuego más de 150 años después de haber sido usurpados. Sin embargo, y pese a este primer acercamiento, desde el MAMG están conscientes de las complejidades asociadas a un evento de repatriación, especialmente cuando se trata del Museo Británico.

“Lo ideal es que esos objetos se puedan restituir, pero las restituciones son más bien una excepción, son pocos los casos en los que se ha logrado. El tema es que el Museo Británico es de los más duros en este ámbito. De hecho, ellos mismos nos contaron que Grecia lleva cerca de 24 años pidiendo el Partenón”, reconoce Alberto Serrano.

Reencuentro con los ancestros

Quienes formaron parte de este viaje señalan que se trató de una experiencia “potente” cargada de simbolismo. La delegación pudo observar distintos artículos históricos como collares de conchas, hondas, recipientes y bolsos de cuero, canastos, herramientas usadas para la pesca, puntas de flecha, contenedores de cuero con pigmentos que los yaganes usaban para pintarse e incluso una pequeña canoa que habría sido navegada por un niño yagán.

Haydée Águila, Claudia González, Verónica Balfor y Alberto Serrano posan junto a una canoa yagán

Haydée Águila, Claudia González, Verónica Balfor y Alberto Serrano posan junto a una canoa yagán

En síntesis, se trata de una colección invaluable formada por objetos que ya no se encuentran en Chile. “Uno siente emoción por poder tocar algo que perteneció a nuestros ancestros y ver los trabajos de cestería, que aún siguen conservando los mismos puntos. Todo ese trabajo ha sido transmitido de generación en generación exactamente igual», explica Verónica Balfor Clemente, de la Comunidad Indígena Yagán de Bahía Mejillones, quien formó parte de la delegación.

La ocasión también sirvió para que la artesana yagán Claudia González Vidal pudiera comparar sus creaciones en cestería con las hechas por sus ancestros. “Fue una experiencia linda poder ver y tocar esos artículos, especialmente para nosotros que como artesanos seguimos con el mismo trabajo. Fue bonito reconocer esos objetos que ni siquiera tenemos nosotros acá, como las pinturas y las flechas”, reconoce.

Verónica Balfor, Claudia González y Cristina Zárraga leen un libro en el Museo Británico

Verónica Balfor, Claudia González y Cristina Zárraga leen un libro en el Museo Británico. Foto Alberto Serrano.

Quienes sustrajeron estos artículos de su territorio de origen fueron algunos de los navegantes más recordados de Inglaterra. Uno de los primeros fue James Cook que navegó por el Cabo de Hornos en 1769. Los artículos que se llevó son considerados los más antiguos que salieron de Tierra del Fuego. Continuaron con esta práctica Phillip Parker King y Robert FitzRoy que recorrieron los canales australes en la primera mitad del siglo XIX, este último a cargo del Beagle en el que también viajó el naturalista Charles Darwin. Posteriormente, el envío de objetos desde Tierra del Fuego se hizo más frecuente con el establecimiento de las primeras misiones religiosas.

Es imposible saber si en todos los casos hubo robos y saqueos, de hecho, es probable que los colonizadores hayan obtenido estos artículos mediante intercambios con los pueblos indígenas. Sin embargo, se estima que en varios casos pudo existir una suerte de aprovechamiento por parte de los europeos. “Se entiende que no hubo necesariamente un despojo armado fuerte pero sí pudieron existir situaciones injustas en ese proceso”, complementa Serrano, quien encabezó la comitiva.

Un pueblo que está vivo

No solo los museos de Inglaterra guardan objetos yaganes, también es posible encontrarlos en otros rincones del planeta. Hace algunos años, la comunidad yagán de Bahía Mejillones en la Isla Navarino, comenzó el proceso de solicitud de restitución de varias osamentas que se encuentran en el Museo de La Plata, en Buenos Aires, entre ellas, las de un niño de nueve años.

Las repatriaciones también se han efectuado a nivel local con el trasladado de diversos artículos yaganes desde el Museo Nacional de Historia Natural de Santiago hasta el Museo Martín Gusinde de Puerto Williams, lo que ha sido valorado por los descendientes de quienes confeccionaron esos objetos y ha sido considerado un legítimo proceso de reivindicación.  

Museo Martín Gusinde de Puerto Williams

Museo Martín Gusinde de Puerto Williams. Foto Felipe Sasso.

“Esta lucha que ha llevado el pueblo yagán tiene que ver con la visibilidad y con el estigma, porque muchas veces cuando hablan de este pueblo se refieren a él como extinto”, señala María Luisa Muñoz Manquemilla, antigua presidenta de la Comunidad Yagán de Bahía Mejillones y actual delegada presidencial de la provincia Antártica.

Para Alberto Serrano, en tanto, la recuperación de objetos patrimoniales podría ayudar en los procesos de revitalización cultural de la comunidad yagán, algo de suma importancia para un pueblo que lleva cerca de siete mil años de presencia ininterrumpida en los canales e islas de Tierra del Fuego y que lucha constantemente contra el olvido y el estigma de quienes los dan por desaparecidos. “La situación de los pueblos fueguinos en la actualidad reviste la necesidad de tener patrimonio propio y valioso de ellos para reforzar todos sus procesos de revitalización cultural e identificación”, enfatiza.

Sede Villa Ukika

Sede Villa Ukika. Foto: Felipe Sasso

En esta misma línea, el MAMG se alista para estrenar una nueva museografía que pretende narrar la historia de los habitantes originales de este territorio contada por ellos mismos, tomando distancia de una mirada hegemónica y colonizadora. La nueva imagen del museo también conlleva un cambio de nombre que dejará de lado la referencia al sacerdote y antropólogo Martín Gusinde e incorporará un término que haga mención al territorio yagán, respondiendo, de esta forma, a un deseo manifestado por los propios habitantes de este pueblo austral.

Para esta nueva etapa, la recuperación de los artículos ancestrales que se hallan en Inglaterra podría marcar otro episodio importante, especialmente si se considera que en Oxford y en el Museo Británico, gran parte de los objetos ni siquiera está en exhibición ya que se encuentra almacenada en bodegas. “Los objetos tienen mucho más valor en su lugar de origen, acá tendrían mucha más vida”, agrega el director del MAMG. Se trata de un deseo legítimo y colectivo que cobra cada vez más sentido. La idea es que los objetos regresen de manera definitiva a la Isla Navarino y sean exhibidos en el museo a orillas del Onashaga (Canal Beagle), el territorio del cual nunca debieron haber salido.

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