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La lucha de Elda Delgado: Justicia reconoce a familia terreno explotado 30 años por Grupo Angelini 

Por: Rubén Escobar Salinas | Publicado: 08.11.2022
La lucha de Elda Delgado: Justicia reconoce a familia terreno explotado 30 años por Grupo Angelini  Elda Delgado |
Elda Delgado (71) recorrió organismos públicos, desempolvó expedientes y aprendió derecho por su cuenta para enfrentar a la multinacional Forestal Arauco. Denuncia que la empresa lleva más de 30 años explotando terrenos de su familia para plantar pinos. Hace días consiguió que un tribunal le diera la razón, pero la batalla judicial sigue.

— El predio es nuestro, tienen que retirarse.

Elda Delgado rozaba los 70 años cuando se enfrentó a los trabajadores de Forestal Arauco. Junto a su familia reunió escrituras, planos, documentos y todos los papeles que demostraban que la propiedad era suya y partieron al Fundo Tres Cruces, en San José de la Mariquina, Región de Los Ríos.

La familia Delgado Maureira venía denunciando que hace más de 30 años la gigante forestal del Grupo Angelini ocupa 91 hectáreas de su terreno y las explota con plantaciones de pinos. Un fallo reciente de un tribunal les dio la razón.

Ese día, Elda recuerda que los empleados de Arauco tenían casas rodantes instaladas y se dedicaban a la tala de los pinos. “Antes había bosque nativo”, cuenta. Los Delgado iban preparados para discutir con los trabajadores, pero estos no se molestaron. Al contrario, se retiraron pacíficamente.

Elda dice que los trabajadores estaban preparados para casos como ese. Recuerda que mientras los empleados de Arauco tomaban sus implementos y se retiraban, le dijeron que la instrucción de la empresa era que si tenían problemas, que se simplemente se fueran.

El día anterior los habían echado de otro lado.

Cuatro días después, volvieron a las faenas.

La “toma”

El 3 de octubre pasado, el Primer Juzgado Civil de Valdivia entregó una sentencia que los nueve hermanos Delgado Maureira esperaron por décadas. Tras una demanda interpuesta en 2020, un tribunal declaró que un terreno de 91 hectáreas que Forestal Arauco ocupaba y reclamaba como suyo desde hace más de 30 años, era en realidad de los Delgado.

La prensa tituló la historia como la victoria de una comunidad mapuche en contra de la gigante Forestal Arauco. Pero nunca se trató de una comunidad. La confusión se produjo porque la familia sí tiene raíces mapuche. El padre de los Delgado Maureira era Amadeo Delgado Mayolafquen, un agricultor que en 1970 compró los terrenos ahora en disputa. Una herencia cultural que los Delgado llevan con orgullo, pero insisten en que el juicio no se trata de una reclamación de tierras históricas, sino que de un asunto civil.

Las consecuencias de este fallo, creen los demandantes, pueden ser inusitadas:

Esto destapa una olla importante — dice el abogado Andrés Durán desde Concepción.

Durán había participado en casos para recuperar tierras desde empresas forestales. En 2018 logró que la justicia ordenara a la Forestal Arauco devolver terrenos a la comunidad mapuche Ignacio Huillipan, en un fallo que se consideró histórico. Elda se enteró del caso a través de un familiar y al tiempo Durán recibió su llamado.

— Me contó que ellos tenían un predio de 200 hectáreas, que tienen títulos y que hace más de 30 y tantos años Forestal Arauco, sin decir agua va, se toma el predio y lo planta.

La duda que le surgió a Durán fue “¿por qué más de 30 años esperando para hacer algo?”. Lo cierto es que los Delgado demandaron a Forestal Arauco en dos oportunidades antes, sin éxito.

Durán estudió los documentos y consideró que había posibilidades de que un tribunal declarara que los terrenos eran de la familia Delgado. En octubre de 2020 presentaron la demanda. En resumen, Forestal Arauco afirma que los terrenos son parte del fundo Cahuincura, de su propiedad; mientras que la familia Delgado asegura que son parte del Fundo Tres Cruces, de la que ellos son dueños.

Los Delgado lograron acreditar una sucesión ininterrumpida de la propiedad desde que su padre Amadeo Delgado Mayolafquen compró los terrenos en 1970. Luego pasaron a sus hijos cuando falleció. Se hicieron los trámites de posesión efectiva. Todo inscrito en el Conservador.

Forestal Arauco basa su dominio de las tierras en un título que había sido saneado por el DL 2.695, norma que se utiliza para regularizar la posesión de la pequeña propiedad raíz a través de un trámite en el Ministerio de Bienes Nacionales. Es el mismo mecanismo legal que utilizan quienes se toman terrenos y luego intentan regularizar sus papeles.

La regularización la hizo Forestal Pedro de Valdivia en 1989, una antecesora legal de Forestal Arauco. Con ese trámite ante Bienes Nacionales, un año después adquirió el título por prescripción adquisitiva, es decir, por tener la posesión durante un tiempo determinado.

Para Durán, la posesión material de las tierras fue “de mala fe” y las inscripciones de dominio de la forestal “carecen de sustento jurídico y registral, siendo simples inscripciones de papel”.

“Nótese su señoría, cómo es posible que una empresa de la envergadura del grupo Arauco, regularice 200 y tantas hectáreas como si fuera propiedad pequeña. Esto no se puede permitir”, reclamó Durán ante el tribunal.

El asombró ocurrió cuando el tribunal acreditó que el fundo Cahuincura de Forestal Arauco en realidad se ubica en otro lugar: a cinco kilómetros del Fundo Tres Cruces. Así, los terrenos que la empresa inscribió y explotó correspondían a las tierras de los Delgado Maureira. La clave fue el informe pericial de un geógrafo independiente.

El predio de Forestal Arauco S.A. se encuentra en otra ubicación”, concluye el informe del geógrafo y agrega: “Lo ocupado materialmente corresponde a una plantación en una superficie de terreno de 91,6 hectáreas y que corresponden al título que pertenece la sucesión demandante”.

Con la sentencia en la mano, Durán cuestiona: “Arauco regulariza por Bienes Nacionales un predio que no le corresponde o que está ubicado en otro lado”.  “El trabajo del ministerio no fue lo suficientemente acucioso. No sabemos si el expediente de saneamiento existe”, agrega con voz indignada.

Forestal Arauco alegó la falta de competencia del tribunal e interpuso una excepción de cosa juzgada, basada en los juicios anteriores. Pero el juzgado de Valdivia desechó los argumentos de la compañía.

“Arauco es una empresa gigante. Prefieren litigar, porque tienen todos los recursos, para pleitear tienen las mejores oficinas de abogados. En el camino los demandantes pueden perder los juicios y con todo el equipo técnico que tienen probar cosas que para el común de los cristianos es difícil”, dice Andrés Durán.

La decisión del tribunal otorgó a los Delgado Maureira el primer triunfo judicial en más de 30 años. Pero la empresa aún no devuelve los terrenos y podrían tardar años para que todo termine.

Un Código Civil gastado

A Elda le gusta la serie “Doctor Milagro”. La ve en el living de su casa en la Villa Monte Grande II, en Puente Alto, donde vive con su hija y una nieta de 9 años. Mientras sigue la historia del programa, toma un cuaderno y un lápiz para anotar algunas frases que se le graban en la mente. “Los poderosos ganan con mentiras, nosotros, los que decimos la verdad, siempre perdemos”, parafrasea una de las oraciones que recuerda haber anotado.

Elda lleva casi toda su vida en Santiago. En su juventud vivía en San José de la Mariquina, en el fundo de su padre. Al salir de cuarto medio trabajó un tiempo como profesora en un colegio. Después llegó a la capital, estuvo desempleada y barrió calles. Se casó, trabajó en un almacén y ahora es dueña de casa. Todavía va al fundo en los veranos.

Cuando la forestal ocupó el predio a principios de los ‘90, su familia se limitó a cerrar los cercos cuando los abrían y no se preocuparon de las plantaciones incipientes de pinos. “Sabíamos muy poco”, reconoce Elda.

Uno de sus hermanos vive hace décadas en el fundo, hasta el día de hoy, con más de 90 años a cuestas. La situación cambió en 2008. Elda relata que ese año “fue cuando ellos (Forestal Arauco) entraron a cortar el bosque. Hicieron un camino, rotondas, todo”. Desde entonces su hermano tiene que cruzar los caminos de la forestal para salir del predio.

Elda Delgado posa sentada en su living. En el fondo se ve una bandera mapuche.

FOTO: Elda Delgado.

Tras la última sentencia, Forestal Arauco presentó un recurso de casación ante la Corte de Apelaciones de Valdivia, con la intención de revertir la decisión. El caso también podría escalar hasta la Corte Suprema.

—Le tengo bastante fe a la Corte Suprema, porque he leído de prescripciones adquisitivas— dice Elda.

Con la presentación de las primeras demandas y querellas en contra de Forestal Arauco, Elda Delgado se dedicó a aprender Derecho por su cuenta. Todavía lo hace. Trata de revisar algunos conceptos desde su celular, pregunta cuando no entiende y descifrar el lenguaje jurídico.

Elda viajaba a buscar las carpetas de los casos hasta los juzgados. Partía en bus desde Santiago y llegaba a Valdivia temprano a la mañana siguiente. “Esperaba que abrieran el juzgado y pedía los expedientes. A la semana a veces los entregaban”, cuenta. Allí Elda se ponía a escudriñar entre miles de fojas judiciales, terminando de estudiar los escritos a las 6 o las 7 de la mañana. “La noche es lo más corto que hay. Uno tiene que repetir y anotar, así se aprende”, dice.

Un conocido le prestó un viejo Código Civil. Elda no entrega muchos detalles sobre esta persona, pero la retrata como un hombre de edad, discreto y “que sabe mucho”. “Se aprende conversando con las personas. Es bien inteligente el caballero, sabía del tema. Me contó que estudió en el Saint George hasta cuarto medio”, dice.

El libro está gastado, es una edición antigua con las hojas de papel biblia. Alguien le arrancó la cubierta o se cayó por los años. En el lomo tiene cinta adhesiva café para evitar que desarmen las páginas. En los márgenes, Elda le hizo marcas mientras estudiaba los temas que podían aplicarse a su caso, como la posesión, los distintos títulos que se pueden inscribir y la prescripción.

Sobre una mesa está el viejo Código Civil de Elda Delgado. Está gastado, sin cubierta y con cinta adhesiva para sostener las páginas.

FOTO: El Código Civil de Elda Delgado.

A sus 71 años, Elda cree que haber estudiado las carpetas judiciales le dejó hábitos de aprendizaje y un gusto por la lectura. Lee libros de autoayuda o superventas como El Código Da Vinci. También se ha interiorizado más con el tema de su herencia. Entre sus libros está “La historia del despojo. El origen de la propiedad particular en el territorio mapuche”, de Martín Correa.

El verdadero conocimiento llegó tarde, pero nunca es tarde — reflexiona.

Las indagatorias de Elda la llevaron a pedir ayuda en universidades, donde se asesoró con profesores y estudiantes de Derecho. El Archivo Nacional lo ha recorrido varias veces buscando publicaciones de prensa de la época. Así pudo recuperar los planos de los terrenos, intentó conseguir expedientes de Bienes Nacionales sin éxito, solicitó  ayuda a parlamentarios y exasperó a más de un abogado asesor.

— Los documentos del Conservador son los que valen, entonces yo digo por qué lo de nosotros no valdría nada. ¿A quién hay que pedirle ayuda?

FOTO: Elda Delgado.

Forestal Arauco, consultada por El Desconcierto, asegura que existe “un proceso judicial en curso, donde aún quedan instancias para que las partes podamos presentar recursos”. “Independiente de lo que resuelva finalmente la justicia, valoramos que se sigan los mecanismos institucionales que otorga nuestro ordenamiento jurídico para hacer valer los puntos de vista.

“Compartimos la manera en que se está desarrollando el caso, donde la comunidad está haciendo sus legítimas presentaciones para que de esta manera los tribunales puedan definir”, consideran.

La empresa destaca que se haya realizado una demanda para resolver la controversia y no “actos de fuerza como se ha visto en otras circunstancias”. “Como siempre lo hemos hecho, respetaremos las resoluciones de los tribunales”, agregan.

Después de la sentencia de octubre pasado, se empezó a correr la voz. “Hay vecinos que han tratado de ubicarme”, cuenta Andrés Durán. El abogado dice que por el momento solo está concentrado en la causa de los Delgado: “este es el caso que hay que terminar para ver qué vamos a hacer con los demás”.

La razón del interés de los vecinos en San José de la Mariquina es evidente para Durán y lo explica así: “desde el momento en que la justicia establezca que la ubicación geográfica de los títulos de Forestal Arauco es otra, empiezan a correrse todos los otros títulos del sector”. O sea, una avalancha de demandas.

El código civil viejo de Elda Delgado. Se encuentra en mal estado y con rayas en los márgenes.

La carta

— No podemos esperar— dice Elda.

Para los Delgado, la idea de seguir con el juicio no los tranquiliza, de los nueve hermanos el mayor ya supera los 90 años. Con esa idea en mente, el 18 de octubre pasado, Elda imprimió una carta y la metió en un sobre. Ni siquiera se acordó que ese día se cumplían tres años desde el inicio del “estallido social”.

Llegó hasta las oficinas de Forestal Arauco en San José de la Mariquina y pidió hablar con un gerente. Iba acompañada de su hermana Leonor, de 74 años, y de su cuñado. Tenían un mensaje y quería que la escucharan.

Somos descendientes de la etnia mapuche, nuestro padre lo era, y nosotros también a mucha honra. Decidimos sacar adelante nuestras pretensiones por medio de la justicia, y hemos perdido muchos años y juicios para llegar a lo que estamos hoy, en donde un tribunal determinó que el predio que ustedes ocupan nos pertenece”, dice la carta. Elda guarda una copia entre sus pertinencias.

No estaba segura si es que la iban a recibir, incluso se imaginó que quizás la echarían, pero finalmente la hicieron pasar. Allí habló con una representante de la empresa. Elda cuenta que pudo exponer su caso, la historia de cómo habían usurpado el terreno, sobre los dos juicios perdidos, el fallo reciente que les dio la razón y la intención de llegar a un acuerdo. La ejecutiva la escuchó. Pudo entregar su carta, se despidieron y se fue. Elda solicitaba en la misiva que se pusieran en contacto con su abogado.

No ha sabido de ellos desde entonces.

Por ahora, el fallo, de confirmarse en tribunales superiores, declarará que los Delgado son los dueños del terreno. Con esa resolución recién buscarán indemnizaciones por todos los años que la forestal explotó el terreno.

La carta cierra: “les pido que se pongan la mano en el corazón y concluyan con hidalguía este asunto, sin más dilaciones, demostrando que son la gran empresa de Chile en materia forestal. Por nuestra parte, somos gente de la tercera edad. Mi hermano Anselmo tiene 90 años, una hermana está postrada y otros con una serie de enfermedades de base”

— No tenemos mucho tiempo para cosas que podrían llevar años.

*El Desconcierto se comunicó con el Conservador de Bienes Raíces de San José de la Mariquina, pero declinaron hacer comentarios. De igual forma se tomó contacto con la Seremi de Bienes Nacionales de Los Ríos, desde donde derivaron las consultas a la unidad específica, pero hasta el cierre editorial no entregaron respuestas.

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