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Así son las prácticas de tiro para mujeres organizadas por la Asociación Chilena del Rifle

Por: Claudio Pizarro | Publicado: 22.03.2023
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La actividad, enmarcada en el mes de la mujer, pretende empoderarlas para que tengan más herramientas para defenderse. La jornada aspira a replicarse en las próximas semanas y dejar en evidencia lo que hasta ahora parecía un tabú: el uso de armas de fuego por parte de las mujeres. Una medida que va en contra de la iniciativa de Boric de prohibir la tenencia de armas y abre el debate sobre el derecho a la autodefensa.

-Si yo pudiera disparar todos los días, lo haría-, dice Sudeglis.

En sus manos carga la prueba de su real puntería: una silueta de papel perforada con 10 disparos. El pasillo huele a pólvora. Hay casquillos repartidos por todos lados y una enorme fila de mujeres esperando su turno para entrar a los carriles.

Sudeglis Salazar lleva seis años en Chile y no es primera vez que apunta a un blanco estático ubicado a cinco metros. Practica regularmente en un club de tiro de San Vicente y acostumbra disparar pistolas calibre 40. “Me gusta, tiene más potencia”.

La venezolana Sudeglis Salazar mostrando su performance en el club de tiro.

-En un principio me daba mucho miedo, pero la primera vez que disparé le fui agarrando el gustito. Ahora me encanta. Esa adrenalina de esperar que salga la bala- comenta entusiasmada.

Al igual que ella, llegaron más de 60 mujeres al polígono de tiro de La Reina el domingo pasado, atraídas por una invitación inusual. Un curso 100% gratuito sobre manejo de armas. Dirigido exclusivamente a ellas y organizado por la Asociación Chilena del Rifle, la versión criolla de la poderosa Asociación Nacional del Rifle de Estados Unidos, que promueve la autodefensa basada en la segunda enmienda de la Constitución norteamericana.

La actividad especialmente diseñada en el mes de la mujer busca, según su directora ejecutiva, Josefa Rodríguez, “empoderarlas y darle herramientas necesarias para poder defenderse”. “Queremos que conozcan más sobre estas herramientas que son las armas”, apunta.

Josefa Rodríguez, directora ejecutiva de la Asociación Chilena del Rifle.

La mayoría de las mujeres presentes nunca ha disparado. “Jamás, ni siquiera una pistola de agua”, dice Claudia, quien muestra también su registro de tiros con indisimulado orgullo. “El instructor me dijo que era seca”, agrega.

La razón de estar aquí, un domingo en la mañana a la hora de misa, es más o menos similar para todas: el miedo a transformarse en víctimas de la delincuencia.

-He visto gente en avenida Andrés Bello que si no le das la pasá te tunean -dice Claudia gatillando con el dedo pulgar un arma imaginaria-. Así pah, muévete, muévete. Y si no, te disparan. Esa es la realidad.

Pero ahora quienes apuntan son ellas. Una ronda, diez tiros y tres modelos de pistolas disponibles: una Glock 17, una Beretta PX4 y una Steyr. En total, en poco más de dos horas, las mujeres percutaron más de 620 municiones. “Harta plata”, dice un experto miembro de otro club de tiro.

En Santiago existen casi 20 clubes de tiro, siendo el polígono de La Reina el que cuenta con más socios (1.600) y el que realiza más cursos en Chile. El precio por membresía familiar es de 585 mil pesos e incluye a esposa e hijos hasta 24 años. Cada mes se disparan en el recinto más de 100 mil tiros.

Alejandro Rocafort, director de los clubes de tiro de La Reina y José Miguel Carrera, ubicado en el centro de Santiago, asegura que en la primera década del 2000, no más del 5% de los clientes eran mujeres. Situación que aumentó considerablemente los últimos años alcanzando al menos el 40% del total.

Entrega de diplomas a las asistentes.

-Con el tiempo se ha entendido que tener un arma es una responsabilidad familiar. Que si compras una, lo ideal es que tu esposa y tus hijos hagan un curso para que sepan manipularla. Porque si no estás en la casa, el 133 está ocupado y ella no sabe usar el arma es un peligro para todos- agrega Rocafort.

Precisamente el derecho a usar armas de fuego es el leitmotiv de la Asociación Chilena del Rifle, entidad que cuenta con alrededor de 300 socios, y que aspira llegar al millar antes de fin de año.

“La asociación nace con el objeto de defender el derecho de las personas a poseer armas de fuego. Esperamos poder ganar la batalla y que el gobierno se de cuenta que tiene que perseguir, encerrar y quitarle las armas a los delincuentes  y no las personas que poseen sus armas debidamente inscritas”, dice Josefa Rodríguez a propósito de la iniciativa del presidente Boric para avanzar hacia una prohibición total en la tenencia de armas.

Práctica de tiro.

La batalla en todo caso viene desde antes de la aprobación de la ley 21.412, en trámite durante 14 años y que terminó promulgándose en enero de 2022. La agrupación entonces realizó un fuerte lobby, encabezado Leif Kaiser -hermano de un diputado republicano (Johannes) y del presidente del directorio de la Fundación para el Progreso (Axel)-, que incluyó insertos en El Mercurio acusando que la ley buscaba “arrebatarle el derecho de defensa a un ciudadano libre”.

En sus publicaciones la Asociación Nacional del Rifle se definen como “ciudadanos honestos que cumplen la ley” y suelen calificarse como “gente decente”. En el otro extremo figuran los delincuentes, narcotraficantes y terroristas.

Solange Etchepare, directora ejecutiva de la Fundación Víctimas de Terrorismo Chile, valora el esfuerzo que existe por conocer el marco legal en materia de posesión de armas. “La semana pasada murió un joven carabinero en manos de delincuentes, que tuvo la posibilidad de defenderse con un arma, pero no lo hizo, porque hay un temor de que tu defensa sea interpretada como una acción temeraria. Y, en el fondo, en vez de ser una víctima te conviertes en un victimario. Por eso es importante entender los protocolos que la ley exige, para que las personas puedan defenderse con un arma dentro del marco legal”.

Solange Etchepare, directora ejecutiva de la Fundación Víctimas de Terrorismo Chile.

Así como algunas culpan al terrorismo, hay otras mujeres que atribuyen al estallido social un incremento en los niveles de violencia en los últimos años. Sensación que habría llevado a varias a replantearse el uso efectivo de armas de fuego en sus hogares. Como Bárbara, quien prefiere omitir su apellido y que después del 18 de octubre decidió inclinar la balanza.

-De ahí en adelante todo cambió, mi marido me vio asustada y me propuso hacer el curso. Pensé que no me iba a gustar, pero me agradó como deporte, y si me sirve para defenderme mejor todavía. Tengo un arma inscrita desde hace tres años y encuentro fantástico que las mujeres le perdamos el miedo.

El diputado Republicano Cristián Araya, también presente en la actividad, aseguró a El Desconcierto que le parecía absurdo las trabas que la ley impone hoy en día a quienes pretenden adquirir un arma. “No se puede criminalizar a quien respeta la ley, que pasa por un examen siquiátrico, que tiene mostrar sus antecedentes, rendir una prueba, hacer trámites y paga impuestos. El foco  tiene que estar puesto en quienes no respetan  la ley, no en quienes siguen el conducto regular”, argumenta.

Son varias quienes luego de la experiencia de tiro se devuelven a sus hogares con la inquietud de comprar un arma para autodefenderse. Carolina es una de las que se animó a dar el siguiente paso.

-Creo necesario tener un arma, tengo un hijo y vivo sola con él. Tiene 9 años y en caso de que entrara alguien a mi casa, así como están las cosas, con tanto delincuente armado, creo que la utilizaría.

Lo mismo piensa Tamara, quien vino al curso por recomendación de su madre, y que pretende irse a vivir sola pronto. “Las mujeres ya no necesitamos al macho protector, ahora nos desarrollamos solas y no quiero depender de mi perro para que me defienda. Así que lo estoy pensando seriamente”.

 

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