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De izquierda, popular y de clase: Tras la pista del voto nulo-blanco

Por: Alejandro Canales | Publicado: 19.05.2023
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Poco se ha hablado hasta ahora del voto nulo y blanco en las últimas elecciones de consejeros constitucionales, cuya votación representó a casi 2,7 millones de votantes, o sea, a uno de cada cinco chilenos. El demógrafo y doctor en Ciencias Sociales Alejandro Canales, analiza los alcances de este fenómeno en un estudio de demografía política que, a contracorriente de otros pronósticos, asegura que se trataría de un votante de izquierda, popular y con un fuerte componente de clase. “Situación que desacredita la hipótesis que el votante nulo sea un individuo de pensamiento político conservador y de derecha”, explica.

En la última elección de consejeros constitucionales, ocurridas el domingo 7 de mayo, el voto nulo-blanco superó cualquier expectativa, alcanzando un volumen de 2.688.179 votos. Es decir, 2,7 millones en cifras redondas.

De estos votos, 2,1 millones fueron nulos y casi 600 mil blancos. Entre ambos representan el 21,53% de votos totales, que está muy por encima de la tendencia histórica de voto nulo-blanco, que en condiciones de voto obligatorio había fluctuado alrededor del 3,0%, y había bajado a sólo 2,1% en plebiscito de salida de 2022.

Este alto porcentaje de nulos-blancos es una regularidad estadística en prácticamente todo el país, excepto en las seis comunas del barrio alto (Lo Barnechea, Vitacura, Las Condes, La Reina Providencia y Ñuñoa), donde alcanzó al 8,8% de la votación total.

Las comunas del 20% del plebiscito de entrada, vuelven a marcar un comportamiento específico y distante del resto del país, y curiosamente, en el mismo sentido que esa vez del 20% en el plebiscito de entrada.

El voto nulo, un voto de clase

El voto nulo, por su magnitud y dimensión relativa, no puede catalogarse como algo casuístico, o producto de algún error o confusión. No sólo no hay elementos que sustenten una tesis en tal sentido, sino además, la misma estadística enseña que cuando hay regularidades, como en este caso, existen patrones sociales sistemáticos donde subyace un comportamiento que se puede observar con base en el perfil social, demográfico y económico de los sujetos. O sea, lo dota de sentido social y político.

Un primer aspecto permite analizar el voto nulo en relación a su origen socioeconómico (de clase y estatus social). Para ello, se consideran los datos referidos a la votación por comunas del Gran Santiago, considerando que esta zona metropolitana muestra una alta segregación socioeconómica por comunas.

En particular, y a diferencia de lo que ocurre en las demás comunas del país, el ingreso per cápita en cada comuna del Gran Santiago muestra una varianza muy menor, lo que indica una alta homogeneidad o baja dispersión en la forma de la distribución del ingreso al interior de cada comuna.

Esta situación no ocurre en el resto del país, donde en una misma comuna suelen residir familias de altos ingresos junto a familias de bajos ingresos. Esta co-residencia, en cambio, se da en muy baja proporción en las comunas del Gran Santiago.

Es por esto que podemos tomar el ingreso per cápita de cada comuna como una variable proxy -variable aislada que permite obtener otras de mayor utilidad- del estatus socioeconómico de la población de cada comuna.

A partir de esto, se puede correlacionar el ingreso per cápita de cada comuna con diferentes variables derivadas de la composición del voto en la elección pasada.

Esta gráfica es elocuente, e indica que el voto nulo es preferentemente un voto de sectores populares. La intensidad del voto nulo aumenta en las comunas de menos ingreso, y se reduce sustancialmente en las de altos ingresos.

De hecho, cuando se agrupan las comunas por estratos sociales, la distancia es nítida. En las comunas del barrio alto, el voto nulo-blanco apenas llega al 8.8%, mientras que en las comunas populares, es casi de un 22%.

Esta es una segunda regularidad estadística (la primera es su volumen): el voto nulo es un voto popular, de los estratos populares, un voto de clase.

El voto nulo no es de derecha

Para mostrar esta tesis, basta comparar la correlación del voto nulo con el de derecha.

Como se observa, el voto de derecha sigue una correlación inversa a la del nulo, respecto al nivel de ingresos. A mayor nivel de ingreso, mayor porcentaje de voto para la derecha. Es una correlación estadísticamente significativa.

Lo relevante aquí es mostrar que el comportamiento del voto nulo es prácticamente el opuesto al del voto de derecha, situación que desacredita la hipótesis que el votante nulo sea un individuo de pensamiento político conservador y de derecha.

El voto nulo es de izquierda

Al comparar el voto nulo con el voto de la centro-izquierda (FA-PC-PS), representado en la Lista D, se observa que en general, sigue la misma tendencia, aunque más pronunciada, lo que remarca el carácter preferentemente popular, por sobre incluso el voto de la centro-izquierda.

En ambos casos el voto aumenta en las comunas de menos ingreso y se reduce en las de altos ingresos. Es la clásica tendencia del voto de izquierda. Sin embargo, esta correlación es mucho más intensa y estadísticamente más significativa en el caso del voto nulo, que en el del voto por la centro-izquierda.

Esto indica que hay un horizonte social para ampliar la base de apoyo político y electoral del gobierno, que se ubica en los sectores populares, y que se trata de un sector político de izquierda, no de derecha.

De hecho, este voto nulo y su patrón de comportamiento según estrato social, muestra los límites de expansión de la centro-izquierda por sí misma. Es decir, este voto nulo nos muestra que hay un amplio sector a la izquierda de la coalición de gobierno, y en los sectores populares, que pudieran ser convocados a apoyar al gobierno si se establecen las estrategias y programas de acción y atención política y social hacia ese sector socioeconómico.

Un dato que ilustra este límite, en cuanto a la capacidad de expansión por sí misma de la coalición de gobierno, se puede apreciar en la siguiente gráfica, donde se compara la correlación del voto nulo y de la Lista D, en las comunas del Gran Santiago, pero sin considerar las comunas del barrio alto que constituyen un ruido estadístico para este análisis, que busca identificar los límites de expansión de apoyo electoral y político para la coalición de gobierno.

El voto nulo mantiene su alta correlación con el nivel socioeconómico, tiende a aumentar en las comunas de menos ingresos. Aunque se reduce el valor del coeficiente de correlación, sigue siendo alto y estadísticamente muy significativo.

En cambio el voto por la centro-izquierda, prácticamente no muestra correlación alguna con el nivel socioeconómico de las comunas. De hecho la correlación es ligeramente positiva, aunque no es estadísticamente significativa.

Esto implica que el voto por la centro-izquierda no tenderá a aumentar en los estratos más bajos, estableciéndose una especie de barrera a su eventual expansión respecto al volumen de votantes posibles.

Sin embargo, los nulos sí tienen una mayor capacidad de expansión, de hecho, crecen en proporción en las comunas de menos ingresos. Esto puede interpretarse de la siguiente manera. El gobierno y su coalición, enfrentan una barrera estructural para expandir su voto y apoyo electoral hacia los sectores populares, el que si bien no es bajo, es a todas luces insuficiente para enfrentar, electoralmente, el avance de la derecha en estos mismos sectores sociales.

Esta coalición de gobierno podría, entonces, ampliar esa capacidad de apoyo electoral y político, si es que establece “alianzas” hacia abajo y hacia la izquierda, intentando convocar al electorado que votó nulo-blanco y que pertenece, mayoritariamente, a estos sectores socioeconómicos.

Esto quiere decir que el gobierno y su coalición, sí tienen una ventana de oportunidad de ampliar y consolidar su base de apoyo, revertir el avance de la derecha, y con ello, establecer mejores condiciones de gobernabilidad, si establece un giro en su estrategia al incorporar a estos sectores populares que se expresaron en forma significativa por votar nulo-blanco.

Son sectores de izquierda, con vocación y origen popular, que ya ha demostrado en anteriores elecciones que apoyan procesos de cambio y de la misma centro-izquierda. Muchos de los que hoy votaron nulo-blanco, votaron por Boric en la segunda vuelta, y fueron la base para su triunfo en esa ocasión.

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