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Subsecretario Orellana: “Superar el CAE se enmarca dentro de un proceso de modernización”

Por: Talía Llanos Chacón | Publicado: 18.06.2023
Subsecretario Orellana: “Superar el CAE se enmarca dentro de un proceso de modernización” Víctor Orellana, subsecretario de Educación Superior |
El subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, lidera un proceso de modernización académica desde su cartera. En ese contexto, habla de la condonación del Crédito con Aval del Estado (CAE) y enfatiza, en entrevista con El Desconcierto, que es un “compromiso programático que no hemos abandonado”.

Modernizar la educación superior es una de las principales metas del subsecretario Víctor Orellana, sociólogo e investigador de la Universidad de Chile, que cumple tres meses en el cargo tras la salida de Verónica Figueroa del cargo.

Orellana, militante de Comunes y exdirector de la Fundación Nodo XXI, explica a El Desconcierto las tareas pendientes para la Subsecretaría de Educación Superior, y la importancia del conocimiento aplicado para el desarrollo del país.

Además, ahonda en el compromiso gubernamental con la condonación del Crédito con Aval del Estado (CAE), que a su parecer “tiene una serie de resultados no esperados que lo vuelven un sistema ineficiente”.

“Superar el CAE y tener una política de alivio para las y los deudores que contempla un proceso de condonación, a mí me parece que se enmarca dentro de un proceso de modernización y nos va a llevar a que la educación superior no sea más cara, sino que sea más barata para el Estado”, considera el subsecretario.

– ¿Cuál es su evaluación de los primeros tres meses de gestión?

Primero, decir que nosotros somos una gestión de continuidad de la subsecretaria Figueroa. Hemos venido acá con un mandato de ser un gobierno de cambio, tenemos que gobernar bien, administrar bien, pero también hacer cambios. Ese es nuestro compromiso.

Lo que me ha tocado a mí en estos últimos tres meses es sentar las bases en un diálogo con todos y todas las actorías de el sistema para poder llevar adelante estos cambios, basados en un consenso con el espíritu del tripartismo, con un diálogo franco entre los distintos sectores de la educación superior chilena y creo que esa etapa de diálogo y de conversación ha sido exitosa.

Me he dado cuenta que en el sistema de la educación superior las personas tienen bastante claridad que nuestra educación superior necesita cambio, así que yo evalúo de muy buena manera este periodo. Hemos conversado con gente que piensa distinto a nosotros, que tiene distintas opiniones, pero creo que hay un elemento común que es la necesidad de cambio.

– En ese sentido, ¿cuáles serán los próximos desafíos para la subsecretaría?

Nosotros estamos en un proceso que le llamamos de modernización de la educación superior, porque estos cambios que yo señalaba refieren a que, si bien hemos tenido un proceso de reforma que nos ha permitido un importante avance con la ley del año 2018, quedan algunas tareas pendientes.

Estas tareas pendientes nosotros las entendemos como completar el paso de una educación superior que se entendió mucho tiempo como una actividad comercial, destinada a la esperanza en movilidad social de las personas, a una educación superior que además de dar una oportunidad de movilidad social a las personas, se transforma en una de las grandes palancas para que Chile se transforme en un país desarrollado.

Eso creemos que es un cambio profundo porque nos permite entender la educación superior no sólo como un derecho social –y esto está en nuestro programa y está en la ruta que inicia el país, por ejemplo con la gratuidad– sino que además es el espacio que nos va a permitir desarrollarnos, porque el conocimiento en el siglo 21 es más importante que el cobre y el litio. Es el conocimiento aplicado, el conocimiento hecho carne en nuestros trabajadores, en nuestro país y en nuestra cultura, lo que nos va a permitir llegar al desarrollo y esa es la gran tarea que tiene que tener la educación superior.

– Dentro de esta modernización de la educación superior han mencionado la implementación de un programa de salud mental, entre otras cosas. ¿Cómo se verá esto concretamente para la y los estudiantes?

Nosotros descomponemos este gran objetivo que va a hacer de la educación superior una fuerza que lleva Chile al desarrollo humano sostenible, en tres grandes líneas de acción; voy a partir por la modernización académica y eso tiene que ver con los temas de salud mental, porque tenemos ciclos académicos muy antiguos que todavía no los actualizamos a las formas de vida reales que tienen las personas y me refiero al componente online, lo digital, las redes sociales y todas las interacciones a través de Internet llegaron para quedarse y cambiaron la vida de las personas en todos los espacios. Naturalmente la educación no puede estar ausente.

Eso significa incorporar más y mejor el componente online para flexibilizar las trayectorias curriculares y, por ejemplo, permitir que cada persona pueda ajustar su progresión académica a su realidad y necesidades, compatibilizándola con labores de cuidado, con trabajo, etcétera.

Luego necesitamos una mejor articulación entre la educación superior y la educación media. Por eso en la prueba PAES, por ejemplo, hemos avanzado a poder darla más veces, con mejores sistemas de acompañamiento, porque lo que antes era una prueba donde tú te jugabas el todo por el todo, pasabas de una cultura a otra cultura, y ahora tiene que ser un proceso. Tenemos que revisar la estructura de título y grado, que es muy antigua, qué significa ser técnico, ser profesional, tener una licenciatura. Esto es un debate que tenemos que abrir, tenemos que hacer trayectorias académicas mucho más adecuadas a la situación actual.

– ¿Por qué esto se vincula con salud mental?

Porque al modernizar las trayectorias académicas y al hacerlas más compatibles con las formas de vida reales de la gente, incorporando componentes online, aprendizaje basado en proyectos, por ejemplo, creemos que podemos hacer de la progresión académica una actividad que sea feliz, que sea significativa, y que no sea agobiante, que es el núcleo fundamental del problema de salud mental.

Por supuesto que tenemos que actualizarnos y nuestro plan de salud mental ciertamente va a significar que las instituciones tengan una respuesta de atención clínica. Ya la tienen, pero tenemos que mejorarla sin duda, pero más que responder con atención clínica al problema de salud mental, tenemos que hacer de la progresión académica un proceso que nos haga felices, que no sea agobio, que se experimente como libertad.

Así que a ese componente le llamamos de modernización académica y por lo tanto ahí queremos enfrentar lo grueso de la salud mental. Estamos iniciando un proceso de diálogo de salud mental, pero queremos terminar el año con una política de salud mental con un plan de acción en concreto, o sea, durante el semestre vamos a terminar con modificaciones de políticas públicas al respecto, en el marco de este proceso de modernización.

– ¿Qué otros aspectos son prioritarios dentro de este proceso de modernización académica?

Es muy importante el acompañamiento. Yo le quiero decir a todas las y los estudiantes que estamos trabajando para que no estén ni se sientan solos en este proceso. Es decir, para que haya instancias a las cuales ellos puedan recurrir donde les acompañen. Estamos en un proceso de actualización de, por ejemplo, el programa PACE, de acompañamiento, que ha tenido un enorme avance. Antes no teníamos acompañamiento y ahora tenemos el PACE, pero desafortunadamente no hemos llegado a todos y todas, entonces estamos trabajando en ello.

Esto lo vamos a anunciar cuando ya lo tengamos en un grado de avance mayor, pero una de nuestras líneas de trabajo es articular todos los datos que tenemos como Estado para tener un sistema hábil digital de acompañamiento. Es decir, que sepamos las necesidades de las personas, podemos comunicarnos directamente con ellas, para que evitemos, por ejemplo, la deserción.

Tener mejor acompañamiento creo que es muy importante en un proceso de modernización académica, que la gente no se sienta sola. Es decir, ciclos educativos más flexibles, más individualizados, más personalizados y con acompañamiento. Yo creo que eso es clave de tal modo de que las personas sientan su paso por la educación superior como un tiempo de libertad, de enriquecimiento, y no con agobio, soledad o frustración.

– ¿Cree que habrá apoyo en el Congreso para concretar estos cambios?

En estos tres meses de diálogo y conversación con estudiantes, con profesores, con rectores y rectoras, con parlamentarios, hay mucho en común. Hay muchos elementos en común. Yo creo que esto puede generar un gran respaldo y puede demostrar que podemos hacer cambios en base al diálogo y al respeto mutuo, y creo que tengo harta esperanza en ello.

– En el sentido del acompañamiento, ¿respalda proyectos de ley como el “Yo cuido, yo estudio”?

Celebramos el avance del proyecto de ley “Yo cuido, yo estudio” en el Senado, porque se hace cargo de la situación urgente e impostergable en la que se encuentran las personas que realizan labores de cuidado y están estudiando en educación superior, entregando herramientas a las y los estudiantes y a las instituciones para conciliar estas labores con una perspectiva de corresponsabilidad.

Para nosotros es fundamental que el proceso de modernización de la educación superior institucionalice y proyecte los avances en igualdad de género y en corresponsabilidad que se han conquistado. Esperamos que prontamente este proyecto se vote en general en la Sala del Senado para avanzar en su tramitación y que sea ley lo antes posible.

«El CAE tiene una serie de resultados no esperados»

– Sobre la condonación del CAE, que es una promesa de campaña del Presidente Gabriel Boric, ¿diría que se está avanzando en cumplirla?

Primero, si vamos a hacer una modernización académica también tenemos que hacer una modernización del financiamiento, y yo entiendo que la superación del Crédito con Aval del Estado está en el marco de un proceso de modernización de financiamiento. Si no hiciéramos nada, si nos mantuviéramos con el Crédito con Aval del Estado, en 10 años más vamos a estar gastando más por Crédito con Aval del Estado.

Por lo tanto, superar el CAE y tener una política de alivio para las y los deudores que contempla un proceso de condonación, a mí me parece que se enmarca dentro de un proceso de modernización y nos va a llevar a que la educación superior no sea más cara, sino que sea más barata para el Estado.

En realidad el Crédito con Aval del Estado tiene una serie de resultados no esperados que lo vuelven un sistema ineficiente. Apuntaló una expansión de la educación superior que, si bien es muy importante porque incorpora muchas personas a la esfera de los profesionales, no estuvo directamente relacionada con un proceso de mejoramiento de nuestra productividad, ni por lo tanto con un incremento como se esperaba de los ingresos de esas personas.

Producto de ello tenemos un problema de deuda estructural, entonces nosotros estamos trabajando en eso y siguiendo el compromiso que ha dicho el Presidente de la República, lo ha dicho el ministro de Educación y lo ha dicho el ministro de Hacienda. En cuanto nosotros tengamos la reforma tributaria, vamos a enviar al Parlamento un proyecto para resolver el problema del CAE, reemplazar el CAE y terminar con las deudas bancarias en educación. Es un compromiso programático que no hemos abandonado en el cual estamos trabajando, en el cual además yo tengo un compromiso particular, pero esto no termina allí.

– ¿Y hacia dónde va?

Tenemos que ir a un sistema de financiamiento mucho más organizado, mucho más ordenado, porque actualmente es la desorganización del financiamiento lo que nos hace gastar más por las cosas. Creemos que podemos dar más derechos sociales reorganizando el financiamiento y gastando menos en el largo plazo, de tal manera que, producto de esta modernización del financiamiento, que involucra el fin del CAE y otros cambios, creemos que podemos gastar menos y por lo tanto destinar más recursos a la investigación y el desarrollo, a la ciencia, al desarrollo del conocimiento.

Es decir, pasar de una educación superior como actividad comercial, que no cumplió cabalmente su promesa de movilidad social y que salió muy cara, a una educación superior con un financiamiento mucho más organizado, mucho más racional, que nos permite invertirlo en conocimiento, en desarrollo, en investigación aplicada, en línea con las estrategias regionales de desarrollo. Conocimiento dónde se necesita, para lo que se necesita, por supuesto contemplando la libertad académica. Siempre es necesario tener libertad académica de qué investigar, eso no puede ser reemplazado, pero ese es nuestro objetivo.

– El ministro Marcel señaló que la condonación del CAE dependerá de la aprobación de la reforma tributaria, pero si no se aprueba la reforma, si no se logra avanzar en eso, ¿no se condenará el CAE?

Primero, hay que comprender que el reemplazo del Crédito con Aval del Estado como está en el marco de un proceso de modernización del financiamiento de la educación superior, va a tener un mecanismo de financiamiento auto contenido, por lo tanto los recursos de la reforma tributaria se tienen que destinar para cosas para las cuales el país no cuenta hoy día con los recursos. Nosotros más bien entendemos el reemplazo del Crédito con Aval del Estado en un proceso de optimización y de racionalización del financiamiento de la educación superior.

Dicho esto, ¿para qué necesitamos reforma tributaria? Para avanzar en prioridades para las cuales no tenemos financiamiento que son claves para nuestro programa y para construir las bases de un Estado de bienestar. Usted me dice qué ocurre si no contamos con un acuerdo tributario, yo creo que en el país se le pone muy difícil a cualquier gobierno, construir las bases para los derechos sociales.

Es decir, nosotros creemos que tiene que haber un acuerdo tributario y si tenemos dificultades en eso, las enfrentaremos por supuesto, pero creo que para el país sería muy difícil responder al consenso de los derechos sociales sin un pacto tributario. En el ámbito de la educación, nosotros tendremos que abordar ese escenario de la mejor manera posible, pero por mientras no se nos presente, seguimos trabajando con la convicción de que vamos a tener un pacto tributario.

– Sobre la acusación constitucional contra el ministro Marco Antonio Ávila, ¿qué expectativas tienen al respecto? ¿Creen que conseguirá las firmas?

El ministro Ávila siempre ha estado a disposición de conversar con todos los sectores, ha tenido muy buena disposición, de hecho se ha constituido a propósito de la gran emergencia educativa que tenemos, que es una política para la reactivación educativa, que involucra personas de distintos sectores.

Se ha especulado sobre una acusación constitucional, no obstante nosotros no tenemos hoy día un texto presentado arriba de la mesa sobre la acusación constitucional, por lo tanto no nos podemos manifestar sobre sus alcances, hasta que eso se materializa.

– Finalmente, ¿cómo quiere que sea recordada su gestión?

Yo quisiera aportar al proceso de cambio que tiene la sociedad chilena con pasar de una educación superior entendida como actividad comercial, que generó una mochila de deudas para una generación, a una educación superior que se compromete con el desarrollo del país. Que le dice a ese mismo joven profesional, que hoy día tiene una mochila de deuda y no encuentra un espacio laboral, que hay otra vuelta en este país.

Gracias a los procesos de inversión productiva en hidrógeno verde, en litio, en desarrollo regional, en descarbonización en electromovilidad, al compromiso de la educación superior con el desarrollo, va a encontrar una nueva oportunidad de aportar al país y de reconocer sus talentos.

Esto es un paso adelante en la educación como derecho social y como palanca para el desarrollo. Es un proceso que no es inmediato y que es parte de una larga lucha que dimos en las calles y que hoy día podemos ponerla a disposición de un proceso de cambio. El proceso de cambio no le pertenece a una pura generación, no le pertenece a un puro sector, que hoy día es consenso en la sociedad chilena porque hay un consenso en torno a los derechos sociales y el desarrollo.

Nadie está en contra de que tengamos derechos sociales y nos pongamos a disposición del desarrollo. Creo que contribuir a eso, dar un paso más en esa dirección, para mí sería tremendamente satisfactorio y nos permitiría decirle a esos jóvenes, ojalá el día mañana sin deudas bancarias y con esperanza en un país mejor, que este proceso de lucha que iniciaron nuestros papás, nuestros abuelos, que se sacrificaron para que fuéramos profesionales, luego el proceso de lucha que seguimos nosotros saliendo a la calle, tuvo sentido.

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