Luis Silva: ¿De rockstar republicano a sepulturero del nuevo proceso constituyente?

Parado frente a las cámaras, y con una gran sonrisa en el rostro tras un triunfo abismal, el consejero republicano Luis Silva, conocido hasta hace un par de meses como “el profe”, por su activo rol en redes sociales, saltaba al ojo público como el candidato con más votos en toda la Región Metropolitana en las elecciones de consejeros derivada del nuevo proceso constituyente, habilitado tras el fracaso del primero, en septiembre último. 

Quizás no tan conocido por el resto del país hasta ese momento, la atención de los medios y la opinión pública se posó sobre el otrora aspirante al Consejo Constitucional que la cientista política, Javiera Arce, definió como una persona que al menos en ese entonces, sumaba importantes atributos. “Sabe comunicar, tiene súper buena pinta y además tiene esta cosa de parecer bueno, como el yerno perfecto”, aseguró. 

Silva arremetía en un escenario político como nunca convulsionado, entregando cierta frescura a la figura ultraconservadora del líder indiscutible de Republicanos, José Antonio Kast, cuyo partido enfrentó la derrota en la última vuelta presidencial ante Gabriel Boric, pero su fuerza y preponderancia aumentó tras ser mayoría en el Consejo el 7 de mayo. 

“Luis Silva es el rostro del bando ganador de los constituyentes electos”, coincide Jorge Saavedra Utman, doctor en Comunicación y Medios, Goldsmiths, Universidad de Londres y profesor Asociado e investigador de Ciclos de la Facultad de Comunicación y Letras, UDP.

“Representa el liderazgo republicano de la nueva camada de constituyentes que el último par de años ha estado llamando a, como señalara su sector, escribir una ‘buena Constitución”, agrega. 

«Silva encarna el fracaso del proceso»

No obstante, todo indica que de esos tiempos felices poco y nada queda. De hecho, los analistas coinciden en que Silva pasó de ser el rostro de la apabullante victoria en su rutilante arribo al Consejo, a encarnar lo que a estas alturas parece inevitable: la caída del nuevo proceso constituyente.

Luis Silva- Agencia Uno/ED

«Lamentablemente para Luis Silva, él encarna el fracaso del actual proceso, tanto en los contenidos como en las formas, pues ambos se alejan de la moderación pregonada. En ese sentido, Silva no logró erigirse como un moderado, sino como un radical de derecha, algo que se anunció por distintas voces al ser electo. Recordemos las declaraciones de su hermano, o de la directora del documental Opus Dei, Marcela Said», agrega Saavedra Utman sobre los poco felices comentarios sobre él que incluso alcanzaron a lo más íntimo de su seno familiar. 

Siguiendo con su análisis, el investigador es lapidario al aterrizar el capital político de Silva hoy por hoy. «Su peso, ha pasado de ser uno de aquellos que desnivelan la balanza a favor de un sector político, a un peso del que hay que prescindir con afán de salvar el barco constituyente. Ahora, ¿es posible salvar ese barco?, ¿o tienen los republicanos otra figura con el suficiente carisma y visibilidad, como Silva lo tuvo en un momento, que tome las riendas? La respuesta es que no lo tienen», asegura.

“Si llegase a perder el plebiscito sería su muerte”, augura Arce.

Por su parte Gonzalo Espinoza, académico de la Facultad de Ciencias Sociales e Historia de la UDP, coincide con ella y explica la relación entre ambos referentes del Partido Republicano. “A Kast le favorece la figura de Silva, siempre y cuando no se establezca como un actor que pueda opacarlo”, dice aportando otro elemento al debate sobre el consejero.

Sin embargo, el 17 de diciembre, con el referéndum de salida que zanjará el destino de la nueva propuesta de Carta Magna, el escenario podría cambiar eclipsando la figura de quien se instaló a lo rockstar en el Consejo. “Dada la importancia que adquirió el Partido Republicano en el plebiscito, un fracaso en el proceso puede llevar la carrera de Silva a la irrelevancia”, proyecta el docente.  

¿El actor político con el que nadie quiere fotografiarse?

«Buena parte del capital de Luis Silva se juega en este proceso constitucional. Al ser un advenedizo en política, en un partido nuevo que lidera un proyecto cuesta abajo, es difícil que juegue un rol positivo gravitante en el mediano plazo si no tiene una buena performance en el actual proceso constitucional. Básicamente, Silva tiene que navegar bien estas aguas y llegar a la orilla si quiere tener una nueva oportunidad. De no llegar, Silva se puede transformar en ese actor político con el que ya nadie quiere sacarse una foto para promocionar su candidatura», complementa Saavedra.

Para Rocío Zepeda Majmud, cientista política, magíster en Seguridad y Defensa y doctora en Ciencias Políticas y docente Escuela de Gobierno y Administración Pública de la Universidad Mayor, en tanto, recuerda las sucesivas oportunidades en que Silva se presentó a elecciones de distintos cargos, sin lograr ser electo.

«Cuando llega al Consejo, con esta nueva imagen que quisieron mostrar de él, más cercano, como de una persona que venía desde la academia, pero con cierta cercanía con la población, al poco tiempo el tipo de discurso que tiene por su formación y sus creencias, lo fue alejando de las bases tradicionales de apoyo a la extrema derecha en Chile. Si bien en un comienzo fue una revelación, porque no se conocía, esta figura fue generando mucho anticuerpo dentro de su misma facción. Y por eso dejó de ser una figura tan relevante», plantea.

Y agrega que a «esta figura que llegó a lo rockstar, se le ha ido quitando base de apoyo». Eso sí, aclara, «eso no quita que en una nueva elección vuelva a tener una alta votación».

Como sea, resume, «esta figura no pesa lo mismo que pesaba al comienzo del proceso. Este discuso demasiado reaccionario y conservador, empezó también a provocar anticuerpos en parte importante de la población».

«Como figura no está bien prospectado como al inicio del, es difícil que le logren dar una vuelta a esto con los niveles de aprobación que está teniendo el Consejo, es súper complejo», comenta luego.

Por último, plantea que «estos grupos de choque, que son estos grupos de extrema derecha, que funcionan como articulaciones, están en contra de él también, por lo tanto, si Kast quiere lograr una mayor base de apoyo, no creo que Luis Silva sea una carta en este momento. Ahora no, ahora si él desaparece de la escena política durante un tiempo, que es lo que debería hacer, desaparecer, reaparecer y tratar de reposicionarse… Pero es difícil, no lo veo en este momento como un buen aliado».

«Se ha sacado la piel de oveja»

¿Dónde podría estar la génesis de lo que se anticipa como una estrepitosa caída? «Pese a que partió bien, advierte Arce, «porque hizo una buena campaña, tiene súper buena pinta y además tiene esta cosa de parecer bueno (…) además ocupa su ‘profesión’ de profesor, y se hizo llamar ‘profesor Silva’, cuando es abogado y hace clases en una universidad cota mil, desde que asumió como primera mayoría se ha sacado esta piel de oveja que lo cubría y ha demostrado sus verdaderas intenciones.

Y agrega que «estas personas son súper ideológicas, muy, muy ideológicas. Pero además es muy poco riguroso con sus conocimientos. Se nota muchísimo que es un fanático religioso, un fanático de ultraderecha, neoliberal a ultranza, yo diría neoliberal ortodoxo de los duros y muy conservador en lo político extremista».

«Además no entiende nada de derecho constitucional, no entiende nada de derecho electoral, no entiende nada de lo que está haciendo. Pero adorna con palabras lindas y discursos vacíos, las intentonas de desmantelamiento de la democracia», es “muy poco riguroso con sus conocimientos” y es “académicamente, muy deficiente”, complementa Arce.