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Directora de Senda: “El consumo problemático de drogas es un problema de salud mental”

Por: Talía Llanos Chacón | Publicado: 22.11.2023
Directora de Senda: “El consumo problemático de drogas es un problema de salud mental” Natalia Riffo | Senda
Desde que comenzó la última campaña de Senda, que consta de una audioserie de cuatro capítulos con la participación de reconocidos artistas del país, aumentaron casi en 50% las llamadas al fono drogas 1412, destaca la directora de Senda, Natalia Riffo, en conversación con El Desconcierto.

Desde el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) lanzaron la campaña “1412, esto es sin juzgar”, que busca visibilizar situaciones de consumo problemático de alcohol y otras drogas, y reducir los estigmas en torno a la búsqueda de tratamiento.

Ya desde que comenzó la campaña, que consta de una audioserie de cuatro capítulos con la participación de reconocidos artistas del país, aumentaron casi en 50% las llamadas al fono drogas 1412, destaca la directora de Senda, Natalia Riffo, en conversación con El Desconcierto.

De acuerdo con la autoridad, esta iniciativa pretende avanzar en disminuir las barreras en torno al tratamiento y recuperación, que tienen que ver con el estigma, que disminuye cuando se observa el consumo como un problema de salud mental.

-¿Cómo diría que es el escenario del consumo de alcohol y otras drogas en Chile?

Nosotros tenemos dos encuestas que nos dan datos de declaración de consumo, que es la prevalencia de consumo de las principales sustancias. Tenemos una encuesta en población general, que es de 12 a 64 años que hacemos y una encuesta en población escolar que es de octavo básico a cuarto medio. Son los dos estudios que nosotros manejamos, que se hacen cada dos años.

Yo siempre señalo, esto es súper relevante tenerlo en Chile, porque pocos países de la región tienen un estudio que permita tener una vigilancia epidemiológica de los consumos. En ese contexto, en el último estudio de población general, que fue el 2020 –el de ahora lo sacamos pronto, vamos a dar los resultados probablemente a fin de año o comienzo del próximo año– lo que hemos visto en general es una estabilización de los consumos. Estoy hablando principalmente de alcohol, marihuana, cocaína y pasta base con una cierta estabilización a la baja, cocaína con una pequeña baja que es más significativa.

Ahora, los consumos son bien distintos. Por ejemplo, de cocaína es un 0,5%, y alcohol, que es el principal problema de salud y abuso de sustancias, un 44%. Eso también es bien importante poner en perspectiva.

También vamos a tener que mirar otros elementos. Por ejemplo, algo que tiene que ver con la campaña es que todo consumo es problemático, pero hay sustancias que tienen mayor poder adictivo, como en el caso de la cocaína y la pasta base, si bien tenemos un porcentaje menor de población que consume. Por ejemplo, de las personas que consumen pasta base el 75% presenta consumo problemático. Ese es un escenario.

El segundo escenario es la población escolar. Aquí lo que hemos observado es una baja de los consumos en las últimas dos mediciones, y ahí hay varios datos bien interesantes. En el caso del alcohol y la marihuana, baja considerablemente. ¿Por qué baja? Una hipótesis es que parte del estudio se tomó en confinamiento, entonces, menos oferta en el territorio, mayor control parental, en los grupos de pares –que siempre puede ser un factor de riesgo– finalmente igual no había tanta relación… Y se mantuvieron estables los medicamentos sin receta médica, que también es un elemento vinculado a la salud mental, a la falta de percepción de riesgo de lo que es medicar a la gente con problemas de salud mental sin receta médica. Ese es más o menos, en resumen, el panorama.

-Considerando esto, ¿qué fundamenta la necesidad de esta campaña?

Esta es una campaña que va más allá de nuestro fono drogas, que tiene muchos años, yo diría que principalmente va en avanzar en disminuir las barreras al tratamiento, a la recuperación. Las barreras básicamente, y por eso se llama esto es sin juzgar, tienen que ver con el estigma. El consumo problemático es un problema de salud mental, y eso es lo que nosotros queremos poner en la conversación, en la discusión.

Cuando uno lo ve como un problema de salud mental, el estigma disminuye porque son personas que necesitan ayuda. Un dato que es bien interesante respecto al estigma, es que el 70% de las personas asocian a quienes tienen un consumo problemático con algunas características negativas. Son sucios, son violentos, etcétera, y eso hace que exista una barrera, tanto para la persona que consume y tiene un consumo problemático, para acercarse a recibir ayuda, como también para su entorno.

-¿Por qué la idea del formato, una audioserie de cuatro capítulos?

Este formato nos permite varias cosas. Primero, tener un formato donde llegamos a un público que nos interesa que discuta respecto a este tema, un público un poco más joven, pero también una audioserie porque nos permite contar historias, que son historias que han sido preparadas con mucho cuidado, tanto por el equipo de la productora como nuestros equipos técnicos que también visitaron centros de tratamiento.

Nos permite usar además esta audioserie no solo para el spot televisivo, Spotify, o versiones en radio, sino que también es un material para nosotros para trabajar con las comunidades, en espacios laborales, en establecimientos educacionales, etcétera, escuchar estas historias y poder conversar, que es un elemento de prevención también. Si bien es una campaña de acceso al tratamiento, para nosotros también es una campaña de prevención.

-¿Cuáles son las expectativas realistas, por así decirlo, de esta campaña?

La primera, yo diría, es avanzar hacia ir disminuyendo el estigma de las personas que tienen consumo problemático, y que se entienda que los consumos tienen consecuencias sociales y sanitarias, pero también tienen determinantes sociales de la salud.

La persona que tiene un consumo problemático es porque hay una serie de variables, factores de riesgo, que finalmente hacen que llegue a ese consumo problemático, que es un problema de todos. Las comunidades educacionales, la familia, tienen un rol en la recuperación. Yo creo que en la discusión de las historias podemos avanzar en eso.

Por supuesto también, algo que ya hemos visto esta última, es que más personas llamen al 1412, que lo vean como un fono no solo por si ellos consumen, sino que si tienen alguien cercano o un familiar que lo haga. Ahí tenemos otro dato. El 50% de las personas que llaman, llaman por otro. Porque tienen un amigo, un familiar… De ese 50, 70% son mujeres. Hay un tema de género también, porque las mujeres somos mayoritariamente las que cuidamos.

Entonces yo creo que esta campaña va a permitir abrir esa conversación y ya tenemos algunas cifras importantes. Al par de días desde que se lanzó la campaña, aumentaron casi en 50% las llamadas a nuestro fono drogas. Nosotros lo fortalecimos con equipos porque creíamos que eso iba a pasar y efectivamente pasó. Eso es un objetivo logrado.

-¿Se robusteció la cantidad de gente recibiendo llamadas?

Sí, duplicamos prácticamente los consejeros que están al teléfono, con personas capacitadas por cierto. Funcionarios de Senda, trabajadores sociales, psicólogos, terapeutas ocupacionales, y los fortalecimos con equipos internos de regiones y de nivel central. 24 horas al día, los siete días de la semana.

-Respecto al primer capítulo, ¿por qué empezar con un episodio sobre una madre angustiada y relacionado con la pandemia?

Yo creo que es un tema importante y que refleja que se hayan estabilizado los consumos de medicamentos sin receta médica, que es lo único que no disminuyó, y que tenemos un Chile post-pandemia, un mundo post-pandemia, donde los elementos de salud mental, la vuelta al colegio, por ejemplo, de los niños, niñas y jóvenes, es un tema, entonces nos parecía que situar eso allí era relevante porque es algo que hay que conversarlo también. A todos nos tocó de distintas formas y eso ha tenido consecuencias sociales, sanitarias, de salud mental. Eso por un lado.

Por otro lado, el segundo elemento es que los consumos tienen una perspectiva de género. Nosotros tenemos como una de nuestras líneas centrales un enfoque de género en los programas. No todos los consumos son iguales y por eso nosotros tenemos hoy día centros para personas en situación de calle, para mujeres que pueden estar con sus hijos o sus hijas, para adolescentes, porque todos requieren un tratamiento especial, pero efectivamente las mujeres son las que menos piden ayuda, les cuesta más.

Y el otro elemento que yo creo que también es relevante, es que podría ser cualquiera de nosotras. En el fondo es una historia donde se juntan una serie de determinantes, de factores de riesgo, que hacen que esta persona tenga un consumo problemático. Está súper claro además el tema del estigma.

Ella no se diagnostica, no se ve como que tenga un problema de salud mental, le da vergüenza, le da temor, tiene baja percepción de riesgo de tomar medicamentos sin receta médica, es un poli-consumo, que en general también se da, en este caso alcohol y medicamentos… Entonces yo creo que tiene una serie de elementos por los que nos parecía que era interesante poder tirarlo como primer capítulo.

-¿Y qué otros casos retratarán en los siguientes capítulos?

No voy a contar detalles porque la idea es que sean sorpresa, pero el segundo capítulo es una trabajadora. Creo que es importante algo que pasa en el mundo del trabajo con la sobreexigencia, y por eso yo siempre digo que el tema de la recuperación, de generar culturas saludables, es un trabajo de la sociedad en su conjunto.

Por ejemplo, el tema de las 40 horas, uno podría decir ¿qué tiene que ver con la droga? Por supuesto que tiene relación, porque cuando las personas tienen más tiempo, trabajan menos, pueden tener más tiempo para el ocio… son factores protectores. Entonces el segundo capítulo trata sobre la sobreexigencia, el tener que cumplir roles familiares y también laborales, el tema socioeconómico.

Después tenemos un capítulo que es más orientado a los jóvenes, que yo diría que básicamente se relaciona con lo que nosotros hacemos en nuestro trabajo preventivo. Esta presión muchas veces por mantener un estilo de vida asociado al consumo de droga, la presión de los pares en esos contextos.

Por eso nosotros trabajamos desde Kinder. De hecho tenemos un programa que se llama “Continuo Preventivo”, que empieza en la pre-básica hasta cuarto medio, que no necesariamente habla de drogas porque tú a un niño pequeño no le vas a hablar de drogas. Pero sí vas fortaleciendo competencias interpersonales, autoestima, saber decir que no, y después según los estados de desarrollo se van incorporando otros elementos. Este capítulo un poco tiene que ver con eso. Y el último es una persona que trabaja y es muy exitosa en lo económico, lo laboral, y también eso es importante.

Muchas veces en los consumos las personas pueden tener una vida que pareciera muy exitosa pero les cuesta también reconocer que tienen un problema de salud mental y que no solo lo pasan mal ellos, sino que también su entorno.

-Respecto al consumo de drogas en sí, hay una sustancia que está levantando alertas en la ciudadanía, el fentanilo. ¿Cómo se están preparando para hacerle frente a la llegada de esta peligrosa droga según la han caracterizado?

Bueno el fentanilo es un opiáceo que tiene un alto poder adictivo, que en bajas dosis puede ser letal. Hemos visto las imágenes en Estados Unidos, en México…. Bueno, nosotros estamos mirando las drogas sintéticas en general. Las drogas sintéticas es un tema que hay que monitorear. Nosotros tenemos un sistema de alerta temprana que lo lidera Senda y que está constituido por distintas instituciones, Carabineros, PDI, aduanas, servicios agrícolas-ganaderos, Salud, que monitorea permanentemente las nuevas sustancias psicoactivas o fenómenos de drogas emergentes, para poder estar generando alertas que permitan que trabajemos coordinados. Eso está funcionando.

En particular sobre el fentanilo se han dado dos alertas respecto a incautaciones. Y es súper importante lo que estas alertas permiten. Por ejemplo el fentanilo el año pasado se incorporó a la lista 1 de la ley 20.000, que significa que se incorpora como una sustancia que es de tráfico. Osea tiene penas asociadas a una sustancia peligrosa para el consumo.

También son importantes cuatro elementos centrales. El fortalecimiento del monitoreo, o sea un monitoreo en todos los sentidos, en los servicios de salud, en la frontera, en lo que está pasando con las incautaciones, la preparación de los servicios de urgencias –ya nos hemos reunido varias veces con la subsecretaria de Salud para poder detectar posibles consumos de personas que llegan a los servicios de urgencias con consumo de algún tipo de droga–, por supuesto la detección de inteligencia policial, que tiene que ver con las incautaciones, y hay un elemento que yo diría que nos sitúa más a nosotros como Senda en una labor relevante, que es la gestión de riesgo y la comunicación de riesgo.

Respecto al fentanilo también hay que ponerlo en perspectiva, y eso no significa que sea menos importante, pero en los últimos dos estudios tiene una prevalencia de consumo de 0,01, o sea es muy menor. Eso no significa que no nos preocupe, por eso yo siempre digo que los datos de prevalencia son un dato duro, pero también hay que mirar el contexto internacional.

En ese sentido, nosotros somos parte hoy día de la Alianza Mundial para abordar la Amenaza de las Drogas Sintéticas, desde el mes de julio de este año, y además estamos haciendo un estudio de drogas sintéticas en particular, que lo encargamos en marzo de este año. Dadas las restricciones de las encuestas poblacionales para que podamos ver ese fenómeno, porque hay mucha población oculta, este es un estudio más de carácter cualitativo, donde por supuesto van a aparecer elementos como el fentanilo. Vamos a tener los resultados disponibles el primer semestre del 2024, pero la idea es poder determinar algunos patrones de consumo, circuitos, y poder hacer comunicación de riesgo a esta población en particular.

-Y finalmente, ¿Están trabajando en alguna otra campaña desde el Senda?

Bueno, estamos ahora enfocados en esta campaña “1412: Esto es sin juzgar”, pero también contarte que estamos en un fortalecimiento de la Estrategia Nacional de Drogas y estamos elaborando el plan de acción 2024-2030. Se constituyó en junio de este año un comité interministerial liderado por la ministra del Interior donde están los ministerios de Salud, de Educación, Desarrollo Social, de Justicia y de Trabajo, mirando que el fenómeno de los consumos problemáticos de drogas, el fenómeno de las drogas, hay que abordarlo en forma intersectorial.

Esa es nuestra apuesta hoy día. Un plan de acción que incorpore a todos estos ministerios porque, por ejemplo, en Educación estamos trabajando el tema de que sabemos que es un factor protector que los jóvenes en la reactivación educativa vuelvan al colegio los que han desertado, porque eso es un factor protector, ahí trabajamos en conjunto.

Estamos trabajando también muy fuertemente el tema comunitario, como sabemos que hay jóvenes que no están en los establecimientos educacionales, y| ahí nosotros tenemos nuestros equipos en las comunas, estamos en 241 comunas, y estamos fortaleciendo el trabajo comunitario para lo que viene.

Es un plan de acción muy integral, en el fondo, que incorpora además perspectiva de género y participación. Terminamos hace poco también un levantamiento, en el marco del plan de acción, de diálogo ciudadano a lo largo de todo el país. Y ahí aparece, por ejemplo, el tema del acceso al tratamiento. Entonces, en el fondo son diálogos coherentes en la política pública, en el caso de drogas, tomando también el pulso y lo que la persona requiere.

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