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Negro Matapacos, el revolucionario del año

Por: Vanessa Vargas Rojas | Publicado: 24.12.2013

406980_562247663796793_761854405_nBaquedano, República, Avenida Matta o Estación Central. Al Matapacos lo han visto en cada una de las numerosas marchas estudiantiles que se han organizado desde el 2011. Acompañando a los encapuchados en el clásico ataque contra la policía o enfrentando el chorro del guanaco, el famoso perro callejero ya es parte del inventario de protesta en la capital.

En las manifestaciones, comenzó a llamar la atención por su presencia constante en la línea de lucha. Como si una motivación ideológica lo alentara, el Negro Matapacos combate a los uniformados lanzando mordiscos y atemorizantes ladridos, al son del lanzamiento de piedras y siempre del lado de quienes protestan.

Posteriormente, se hizo conocido en las redes sociales, alcanzando más de 6 mil seguidores en Facebook y más de 2 mil 500 en Twitter. En esos espacios, diversos usuarios anónimos han compartido sus fotografías y escrito saludos, alimentando el crecimiento del mito en torno al can. “Negro, el otro día te vi en Repu, estay terrible guatón”, es uno de los últimos saludos en su muro.

A estas alturas, son muy pocos los manifestantes que no han tenido el placer de marchar junto al Negro Matapacos. Fácil de reconocer por sus pañoletas en el cuello –que los estudiantes cambian ocasionalmente-, el perro ha gestado un vínculo de solidaridad en el fragor de la lucha callejera, un código que ha superado las distancias propias de la especie.

 

El rechazo a la autoridad

Francisco Millán es uno de los realizadores de Matapaco, el documental de 20 minutos que describe las andanzas y resuelve algunos misterios de la vida del perro negro de las marchas. Según Millán, estudiante de Comunicación Audiovisual, la idea surgió como un trabajo universitario y luego se convirtió en un proyecto personal que alcanzó su fama junto al animal.

Matapacos

“Comenzamos a hacer la investigación y creamos un Facebook. Empezamos a pedir información, videos, fotos y nos llegaron por montones. Primero descubrimos que el perro tiene una casa, que había otra persona que lo criaba, que había gente que lo había visto en varias partes, empezamos a hacer un mapa para saber de dónde venía”, detalló.

Con ciertas dificultades en las primeras búsquedas, Millán y sus compañeros se enteraron de que el Negro Matapaco tenía una pieza y una cama sólo para él en el hogar de su dueña en República. “La señora lo alimenta y lo cuida y antes de que salga a la calle, ella le da una bendición y todo”, señaló.

Tras su huella en diversas protestas, los estudiantes aprendieron a trazar los barrios comunes del Negro, generalmente establecidos entre la Universidad Central, la Universidad de Santiago de Chile y la Universidad Tecnológica Metropolitana. Siempre en los círculos universitarios.

Según Millán, el perro amigo de los estudiantes es en realidad muy bravo: “Es muy manso a la vez con la gente joven y los estudiantes. Con nosotros fue muy cariñoso, pero, por ejemplo, cuando llegaba un guardia de la universidad, el perro atacaba. Con los pacos pareciera que es algo que le llama la atención, nosotros pensamos que son los bototos o la parada, la actitud que tienen los guardias o las personas que tienen autoridad”.

Por estos días, el Negro Matapacos se olvida de la compañía de los estudiantes y estrena documental en la web, a cargo de la producta EnMarcha Films. De cara a marzo, dicen, tendrá que descansar y recuperar energías para lo que viene.

 

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