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Banda Marako Intenso contra estereotipo gay: «No aparentamos ser cuicas; reivindicamos nuestras raíces periféricas»

Por: Greta di Girolamo | Publicado: 24.02.2016
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En vísperas del lanzamiento de su disco reggaetonero en el Cine Arte Alameda, Palomito y Sombra critican a los homosexuales heteronormados que llaman «maricones con gel», hablan desde la tragicomedia de su vida en la pobla y prefieren que les digan huecos que gay.

– Ven, déjame pintarte el hocico-, le dice Sombra, la morena de la banda, a Palomito, la rubia, mientras se preparan para la sesión de fotos. El labial rosado brilla en contraste con la abundante barba de ambos jóvenes.

La dupla se conoció hace un par de años en una disco gay y formó Marako Intenso, un grupo de rap y reggaetón cuyas canciones cuentan historias del mundo gay poblacional. Sombra, de 28 años, viene de Villa Alemana, mientras que Palomito, de 26, vivía a pocas cuadras de La Victoria, en Pedro Aguirre Cerda.

Una bola disco, flores, muñecas colgadas de la pared y una cortina de mostacillas son sólo algunas de las obras que adornan el diminuto departamento donde ahora viven juntos a pasos del Parque Bustamante.

Ahí crearon su primer álbum, que lanzan este jueves en el Centro Arte Alameda: Pantys, tacones y cuchillas. Fueron siete meses de trabajo autogestionado en los que descargaron por internet las bases de sus canciones, compusieron las letras, planearon sus video clips y se grabaron con el artículo más caro que tienen: un micrófono que les costó 100 mil pesos.

También ahí guardan, cual tesoro, sus mejores pilchas y maquillajes, comprados todos en la ropa usada y el Mall Chino. Son parte esencial de los trajes chabacanos que usan: pantys caladas, pelucas y tacos de talla 41 para arriba. Pero nada de tetas falsas y siempre con barba.

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/ Foto de Miguel Rojas

¿Cómo se definen?

Palomito: Somos travestis, pero nunca hemos negado que somos hombres.

Sombra: Soy un maricón que me adorno, soy más travesti que transformista porque me trasvisto, pero no por un tema sexual de querer ponerme tetas y tener choro. Ni afeitarme. Ni cagando me afeito. De hecho nosotros no nos truqueamos –esconder el pene- Somos una pandilla de maricones. No de gays.

¿Por qué no de gays?

Sombra: Una vez leí que gay era el que había viajado por todo el mundo, el que tiene plata. Gay significa como felicidad y los colas no somos felices, nos han opacado toda la vida. Llamarnos gay sería demasiado patudo.

Palomito: Aparte reivindicamos caleta el lenguaje chileno; no me vengai a decir gay, a mi dime maricón, fleto, hueco, cola. La idea es reivindicar esas palabras que para nosotros no son denostativas. ¿Por qué no me podís decir maricón si soy maricón? Tenemos un discurso que la gente encuentra súper ordinario, fuerte, pero así es. Sin adornos.

«Existe este cola de clase alta que es tapado, pero que de noche es un maricón asqueroso igual que uno que al final igual está haciendo fila en el sauna pa’ chupar picos. A esos gay prolijos, sacados de revista, la academia los ha bautizado como gay higienizado. Nosotros le decimos el maricón con gel».

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/ Foto de Miguel Rojas

¿Lo otro les parece un eufemismo?

Sombra: Sí, qué lata.

Palomito: Existe este cola de clase alta que es tapado, que tiene que verse bien pero que en realidad de noche es un maricón asqueroso igual que uno, que al final igual está haciendo fila en el sauna pa’ chupar picos en la noche. Esa doble vida es la que nosotros queremos bajar, decirle al mundo gay: “Cabréense, si esto pasa”.

Del los gay famosillos, ¿quién tiene esa doble vida?

Sombra: Jordy Castell, por ejemplo. Lo encuentro exquisito, mijito rico, pero al final está avalando todo lo que nosotros no avalamos: la moda, los cánones de belleza.

Palomito: Me carga Jordy, (José Miguel) Villouta, (Andrés) Caniulef. Muy prolijos, sacados de revista. La academia ha bautizado a ese tipo de gay como gay higienizado. Nosotros le decimos el maricón con gel.

Sombra: Se quieren casar, quieren tener hijos, vivir una familia.

¿Qué opinan del matrimonio homosexual?

Palomito: Estoy completamente en contra del matrimonio, tanto hétero como gay. El ritual es súper heterosexual y no tenemos por qué heterosexualizarnos. Típico que tu mamá te pregunta quién es la mujer de la relación. No hay mujeres, somos hombres. El AVP igual funciona, porque ampara al maricón que ha estado siempre fuera de la ley. Lo que viene ahora es abolir el matrimonio hétero.

¿Se sienten transgresores dentro del mismo mundo gay?

Palomito: Escapamos del canon gay. Marako Intenso intenta no pretender ser nada en un mundo gay que está constantemente pretendiendo ser cosas. No somos la voz de los gay, todo lo contrario; les estamos sacando las lentejuelas. De hecho a muchos heterosexuales les gusta nuestra música, porque son historias de gay pero también de personas que han sido violentadas, que han consumido droga.

Sombra: Todos quieren ser transformistas clásicas. Nos ven y dicen que no es transformismo, no sólo por las barbas, sino también por el discurso. Aunque la mayoría vengan de clase baja, siempre pretenden ser la cuica. Nosotros todo lo contrario: No aparentamos ser cuicas, reivindicamos nuestras raíces periféricas y nuestras raíces de hombres.

Balazos, sida y pop

Venir de la pobla ha llevado a este dúo a vivir situaciones que califican de tragicómicas, como escuchar balazos en la calle mientras bailaban el cassette de Britney Spears y coleccionaban esquelas en el colegio.

«La gracia de nosotros es contar hueás súper brígidas con chiste. Siempre el cine y la música agarran esto como problemática social, es gente de afuera que se mete en La Pintana y la representa como algo súper decadente y triste. Nosotros hacemos de ese peladero una fiesta. Nunca negamos que la realidad ahí es brígida, pero la gracia es la doble lectura».

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/ Foto de Miguel Rojas

¿Por qué cantan de la pobreza desde lo tragicómico?

Palomito: La gracia de nosotros es contar hueás súper brígidas con chiste. Siempre el cine y la música agarran esto como problemática social, es gente de afuera que se mete en La Pintana y la representa como algo súper decadente y triste. Nosotros hacemos de ese peladero una fiesta. Nunca negamos que la realidad ahí es brígida, pero la gracia es la doble lectura.

¿Cuál es su bandera de lucha?

Sombra: Tratamos de educar sobre el tema para que se naturalice.

Palomito: Nuestro motor es el resentimiento. Con este sistema castrante y frustrante, el sistema de trabajo, las leyes que al final no te amparan, te cagan.

Palomito acaba de quedar cesante y está buscando trabajo, mientras que Sombra trabaja en la tienda de ropa Guess con horario de Mall. Ambos están endeudados. Cuentan que antes iban a votar con esperanza de que las cosas cambiaran, pero que ahora están completamente desilusionados de los políticos chilenos, tanto de izquierda como de derecha.

Hace unos meses a las deudas de Sombra se sumó un problema mayor: se enteró de que era VIH positivo.  El diagnóstico inspiró una de las canciones del disco, F.A.S.R., que significa Frente Antipatriótico de Sidosos con Rabia. Ahí cuentan cómo un “montón de maricones sidosos” amenazan con contagiar al resto de la población a menos de que les entreguen la cura gratis. «Nadie se ha hecho parte de la lucha contra el Sida. Está bien que las mujeres luchen por el aborto, pero nosotros estamos muriendo de Sida», dice Palomito acariciando a Sombra.

A pesar del drama, después de unos minutos ambos vuelven a sonreír. Están ansiosos por el lanzamiento de su disco. Esperan que el evento transforme al Centro Arte Alameda en una sede de junta de vecinos. “Nosotras somos ordinarias y queremos hacer un lanzamiento como ordinarias po: con harta gente, bien ostentoso, harta challa. Como matrimonio de pobla. Llenar de zapatillas colgando, pan con huevo y terremotos”, dice la rubia, ahora sin su atuendo de rapera sensual.

/ Foto de Miguel Rojas

/ Foto de Miguel Rojas

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