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Interpol en Chile: La noche de los policías buenos

Por: Luz Venegas | Publicado: 22.11.2019
Interpol en Chile: La noche de los policías buenos 76730140_10157827687902427_7285245264028237824_o | Foto: Carlos Müller | Lotus Producciones
La banda norteamericana se presentó en el Teatro Caupolicán en el marco de la gira promocional de su último disco «Marauder» (2018), trabajo que los trajo por segunda vez a Chile dentro del mismo año.

Pasaron menos de ocho meses para que Interpol volviera a pisar suelo chileno. Su visita el pasado mes de marzo en Lollapalooza Chile fue una especie de libreto aprendido y bien tocado, bastante dispar a lo que se mostró en este concierto dedicado exclusivamente a sus fanáticos.

El ambiente que se vivió la noche del jueves en el Teatro Caupolicán fue acogedor. El público los recibió expectantes y con los brazos abiertos, transformando la velada en una especie de catarsis colectiva. No sólo por el hecho de estar viendo al trío conformado por Paul Banks, Daniel Kessler y Sam Fogarino, sino que también, como una experiencia que sirvió como una terapia grupal en medio del estallido social que se vive en el país.

Una especie de dualidad media extraña que se generó debido a los mismos cánticos de los presentes, que minutos antes iniciado el show, comenzaron a corear gritos que han estado presentes en las marchas que se han desarrollado a lo largo país y que fueron encendiendo el ambiente hasta la aparición de los estadounidenses, quienes aprovecharon el espacio y el clima generado para hacer su entrada triunfal al ritmo de ‘Untitled’.

Vestidos, como ya es tradición, con impecables trajes negros e imponiendo su elegancia sobre el escenario, Interpol fue despachando hits, aumentando considerablemente la intensidad y la cercanía con los presentes a medida que iban pasando los minutos, como se evidenció en ‘If you really love nothing’, sencillo perteneciente del último LP  «Marauder» (2018) –razón de su gira mundial–, y ‘The Heinrich Maneuver’, del disco «Our Love to Admire» (2007). Aquella complicidad vivió su máxima expresión cuando el famoso cántico de estas movilizaciones, «el que no salta es paco», se volvió a entonar por el público al compás de la batería de Sam Fogarino, sirviendo de antesala a su exitoso single ‘PDA’.

El show continúo efervescentemente con un juego de luces vertical que se extendía por todo el escenario y que se iban encendiendo al compás de la música, espectáculo que en un recinto cerrado como el Teatro Caupolicán abrazaba sin dejar escapatoria. ‘Evil, the rover’, ‘Rest my chemestry’, ‘Slow hands’ y ‘Obstacle 1’ fueron momentos en donde se vivió el éxtasis, el cual fue bajando con el bis, que estuvo a cargo de ‘Not even jail’ y ‘Stella was a diver and she was always down’, ésta última perteneciente a su exitoso disco «Turn on the Bright Lights» (2002).

Con un set de 18 canciones, Interpol proporcionó un show demoledor, con un sonido impecable que se fue mezclando perfectamente con la conexión lograda por su público, aquel que estuvo completamente entregado durante la hora y 15 minutos de presentación. Una energía que necesitaban las más de cuatro mil personas que llegaron al recinto ubicado en calle San Diego, demostrando que el trío era la policía buena de esa noche.

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