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Paulina Cartagena, candidata al Colegio de Profesores: “Es tiempo que las mujeres demostremos nuestro liderazgo”

Por: El Desconcierto | Publicado: 01.12.2020
Paulina Cartagena, candidata al Colegio de Profesores: “Es tiempo que las mujeres demostremos nuestro liderazgo” paulina |
La dirigente regional metropolitana busca convertirse en la primera presidenta del Magisterio. “Podríamos llenar una sala de clases con todas nuestras demandas”, explica.

Paulina Cartagena se formó en la educación pública, es hija de profesores y su padre es detenido desaparecido. Lleva 23 años ejerciendo la docencia y hoy, junto con el Movimiento Manuel Guerrero, busca liderar al gremio a nivel nacional y ser la primera presidenta del Magisterio.

La actual segunda vicepresidenta del Colegio de Profesores y encargada del Departamento de Derechos Humanos del regional metropolitano, hace un balance del trabajo que ha realizado el gremio, los desafíos que enfrenta en tiempos de pandemia, del rol del Ministerio de Educación y la importancia que tendrá la educación pública en la discusión constituyente.   

-¿Por qué es importante fortalecer a gremios como el Colegio de Profesores? ¿Qué rol cumplen, a su juicio, en nuestra sociedad?

 -El Colegio de Profesoras y Profesores tiene una larga trayectoria y ha sido parte importante del gran movimiento social. Creemos que tiene que ser la próxima impronta para, precisamente, desarrollar la unidad de todo el sector social que es importante para el nuevo periodo que vive Chile. Especialmente en temas que tengan que ver con la nueva Constitución. Hay que instalar una vez más a esta gran organización, que cuenta con más 49 mil asociados. En alguna época fuimos muchos más. Son más de 200 mil las profesoras y profesores que hay en todo Chile, pero hoy es una de las organizaciones más grandes en agrupar a profesoras y profesores de todos los niveles.

-¿Por qué cree que tienen ese nivel de adhesión?

-El Colegio es la única organización nacional que agrupa profesores que negocian con los gobiernos de turno. Ha sido una organización que viene desde la dictadura, y que ha llevado adelante procesos de democratización. Hemos tenido muchos eventos que nos han permitido elegir a nuestros propios representantes y somos una de las organizaciones que más adherentes tiene. Todavía tenemos esa fortaleza, que hay que cuidar.

-¿Qué le ha parecido el manejo del Gobierno sobre las clases y continuidad de la educación tras la pandemia?

-Este ministro ha sido bastante errático. Este es un ministerio importante para el desarrollo del gobierno completo y ha sido como la continuación de Marcela Cubillos, con poco diálogo, poca fluidez en las conversaciones con las organizaciones de trabajadores y trabajadoras de la educación. Creo que ha llevado una agenda en solitario, sin preguntarle a los actores principales de las organizaciones sociales que empujan la educación. Tampoco se reúne con los estudiantes, tampoco con las organizaciones de padres y apoderados. Entonces, le está faltando una cuestión que es fundamental, que es trabajar y coordinar las decisiones importantes para escuelas y liceos, precisamente con esta comunidad completa. Ha cometido errores en todo este periodo. Primero, se ha mantenido en una posición bastante tozuda, cerrada, sin escuchar a nadie. Como esta insistencia permanente con el retorno presencial. Con harta vehemencia le hemos manifestado que los profesores estamos a disposición de ingresar a las escuelas y volver a nuestro trabajo presencial, pero hoy no están las condiciones de seguridad sanitaria. Estamos hablando de personas, estamos hablando de niñas, niños y adolescentes. Comete errores por esta forma unilateral de actuar y  de no escuchar a las comunidades escolares. Las planificaciones se tienen que hacer en conjunto y con la representación de todas y todos, eso es lo correcto. Deben ser decisiones colectivas.

El rol de la mujer

-Usted es profesora de escuela rural y feminista. Si es electa ¿cómo piensa potenciar o incluir esos dos temas desde el Colegio de Profesores?

-Me lo pregunto todos los días y no es una decisión sencilla. Elegí ser profesora y todavía puedo sentir que orgullosamente ejerzo la función. Estoy terminando una jefatura con octavo año, vengo de precisamente la casa de uno de mis estudiantes. Entonces, todo eso implica mucha responsabilidad y la dirigencia aplica mucha responsabilidad también, Las dirigentas siempre estamos para atender problemas, casi siempre tiene que ver con demandas y situaciones muy complejas que viven los profesores, mucho agobio, mucho abuso laboral, situaciones complejas de tratar, muy injustas por lo demás. Tienes que estar dispuesta a estar asumiendo cuestiones que hablen de demandas importantes del profesorado. Por un lado, estás respondiendo responsabilidades como dirigenta y, por el otro lado, la demanda que significa estar atendiendo a estudiantes y sus apoderados, que no es menor. No sé qué va a ocurrir en el periodo pronto, sólo sé que voy a seguir haciendo clases porque es mi cable a tierra. Permanecer en la escuela me permite hablar en primera persona y eso tengo que cuidarlo, porque es mi trabajo al final del día. Es lo que hago y lo que me gusta hacer.

-¿Cómo ha visto la participación de mujeres en estas instancias?

-Es un gremio masculinizado en las dirigencias, pero feminizado en la presencia. Tenemos a muchas dirigentas en todos los niveles, en las comunas, en las provincias, en las regiones, en todos los niveles inferiores. Allí la participación es fluida, con gran liderazgo, con gran desarrollo de unidad. Las mujeres tenemos la capacidad de unir en torno de una demanda justa, todo el ímpetu y todas las capacidades dispuestas y puestas al servicio del trabajo que hay que hacer, que es la necesidad docente. Pero algo ocurre a nivel nacional. Nunca hemos tenido una presidenta, a pesar de la alta presencia de mujeres en el trabajo. Las mujeres profesoras somos el 70 por ciento y hace muchos años que estamos trabajando y que venimos organizándonos. Creemos que ya es tiempo de encabezar procesos tan importantes como una organización, que hoy la merece por cierto una mujer. Ya ha pasado mucho tiempo para que nosotras demostremos nuestros propios liderazgos.

-¿Y qué le parece que el proyecto de la educación sexual integral no se haya aprobado?

-Creo que ahí estamos al debe. El Colegio de Profesoras y Profesores no estuvo a la altura de provocar un empuje a esta demanda. Los estudiantes adolescentes tienen educación sexual a una edad ya crecida, no está en las primeras edades, y este proyecto venía a modificar aquello. Es decir, que desde las primeras edades se instale el tema sexual en las escuelas, pero eso fue frenado particularmente por la derecha y, hay que decirlo con todas sus letras. Tenemos que declarar y actuar en consecuencia. Nos faltó empuje y nos faltó harto, porque derechamente no estuvimos presentes. Nuestra lista tiene un sello y una característica: que una mujer se crea con la capacidad de dirigir una organización. Porque hay muchas mujeres, pero que solo acompañan. Esta mujer hoy se atreve a decir que quiere ser la presidenta, cuestión que no es sencilla, ni siquiera de manifestarlo. Por lo tanto, hay que tener harto convencimiento. Y lo segundo, que sin duda queremos una educación inclusiva, democrática, laica y no sexista. Y es algo profundo. Aunque uno lo declare y lo haga ley, es un tema cultural. Entonces, pucha que cuesta. Tiene que ver con mucha disposición, que nos vamos a demorar, pero que hay que ponerle pronta urgencia. La lista está a disposición de manifestar esto y que una buena renovación es que las mujeres seamos capaces de decir este tipo de cosas, no que un hombre las diga por nosotras. Nosotras queremos ponernos al centro en primera línea.

Petitorio pendiente

-¿Qué desafíos presentan profesoras y profesores que podrían ser representados desde el gremio?

-Tenemos un petitorio histórico, con demandas que se nos vienen quedando en el camino y que no las hemos resuelto, pero hay muchísimas demandas que son emergentes, que aparecen ahora en el nuevo periodo. Por ejemplo, estamos enfrentados a esta nueva modalidad de trabajo (por Zoom). Para nosotros no aplica el teletrabajo, es interpretable, por lo tanto nosotros estamos pagando nuestro equipo, nuestra alza de electricidad, nuestro plan de conectividad, etcétera. Entonces, si esto no lo hiciéramos cada uno, la relación estudiante-profesor no se produce. Y pareciera que a nadie le importa. Es como un deber nuestro. Tenemos que ser capaces de trabajar una ley de interpretación especial para el trabajo docente, porque el teletrabajo aplica para algunas trabajadoras y trabajadores y nos excluye a los profesores. Podríamos llenar una sala de clases con demandas de los profesores. Está la deuda histórica, que es el traspaso que hace la dictadura cuando las escuelas del Estado pasan a los municipios y en ese traspaso se produce un daño que hoy día se le denomina deuda histórica. Se les debe a muchos profesores que aún persisten en la lucha y que nosotros tenemos que estar al lado permanente empujando para que el Estado reconozca esta deuda. Eso nadie lo puede borrar. Entonces, nos tenemos que hacer cargo quienes queremos dirigir el Colegio. En la última huelga, estuvimos más de 50 días. El petitorio era bien extenso y no obtuvimos nada, por lo tanto, ese petitorio está pendiente. Tenemos que ser capaces de ponerlo al centro porque eso es lo que están esperando los colegas. Eran menciones para nuestras compañeras profesoras de educación diferencial, educadoras de párvulos, el tema curricular cuando se están bajando las horas de historia, de arte, de educación física, se están cerrando escuelas por Simce, no se están pagando el bono incentivo al retiro a los colegas que ya quieren jubilar, se está extendiendo mucho el periodo, nos están agobiando con muchas evaluaciones. Nos evaluamos hace más de 15 años en este país, pero hoy se nos instala una prueba, además de un portafolio, entonces todo eso va quedando pendiente, porque no está resuelto. Esos son los temas que los profesores quieren escuchar, que alguien se haga cargo y que los represente. Tenemos harta pega.

La educación es tema permanente en la agenda de los movimientos sociales. Ahora que los temas sociales se concentrarán en una nueva Constitución, ¿qué le gustaría que estuviera consagrado a la educación en la nueva Carta Magna?

Es bien profunda esa pregunta porque no tiene que ver con lo que piense una sola persona. Tiene que ver con lo que estén pensando un conjunto de profesoras y profesores. Somos parte del movimiento social, fuimos parte de este gran estallido. Estuvimos en la calle, estuvimos movilizados, pero también estuvimos en los cabildos y en los conversatorios que se hicieron después de este gran movimiento social. Por lo tanto, hemos recogido muchas opiniones, porque varios de estos encuentros se desarrollaron en escuelas y liceos. En esos espacios naturales de conversación uno fue escuchando y asumiendo algunas ideas como fundamentales. El tema de la educación es transversal y aparece como una de las primeras necesidades, junto con la salud y la vivienda. La educación hay que consagrarla como un derecho fundamental. Uno dice ¿cómo no está consagrado como un derecho fundamental?. No está garantizado y es fundamental expresarlo. Luego, hemos hablado del derecho de la educación continua. Hay ideas que vienen desde hace más de 50 años en este país sobre el derecho a la educación continua, que no se acaba nunca. Estudiar es como una línea de tiempo. A mí me toca hacer historia, y siempre uno tiene un inicio, un desarrollo y un final. Ese final lo puedes estirar porque hay mucha gente que no sigue estudiando por falta de oportunidades, porque no hay recursos, o porque tienes que hacer otras funciones. Lo otro importante, que siempre lo habíamos ocultado, es el verdadero desarrollo de la alimentacion. Tenemos jornadas escolares extensas y nos llevamos la mala noticia que la alimentación está pobre. Ese tiene que ser un derecho constitucional expresado: que los estudiantes que tengan jornada escolar completa tengan derecho a buena alimentación. Mira qué básico, pero qué profundo. Otro tema, que es más profundo y que no depende de los profesores, son los derechos lingüísticos que se tienen que respetar. Los pueblos indígenas o primeras naciones están debatiendo escaños reservados. Creemos que hoy esto no puede estar solamente ligado el derecho lingüístico a un sostenedor que quiere o no quiere lenguas distintas, porque un currículo monocultural, que obedece a una cultura y no es pluricultural, no habla de todas ni de todos.

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