Protege tu piel del frío: Consejos dermatológicos para el invierno

El verano se asocia a una serie de bloqueadores y productos para cuidar la piel del sol, sin embargo, la baja de temperaturas trae nuevas amenazas a tomar en cuenta. Disminuye la radiación UV, pero el frío y el viento pueden resecar la piel de igual o peor manera. Esta nota trae a continuación algunas consideraciones para mantener la piel sana durante la época más cruda en términos de temperatura.

Hidratación

Sin importar la época del año, es importante hidratar la piel regularmente para mantenerla sana. La sequedad del ambiente puede generar picazón, descamación, enrojecimiento, grietas o la aparición de arrugas finas, problemas fácilmente evitables con distintos productos como los que ofrecen marcas como loreal.

Esto aplica tanto para rostro y labios como para manos, que suelen ser las partes del cuerpo más expuestas y donde estos signos pueden ser más incómodos. Además, el lavado constante de manos asociado a la prevención de enfermedades respiratorias puede resecar y lastimar particularmente las manos.

Utiliza cremas hidratantes más espesas y ricas para mantener la piel hidratada. Busca ingredientes como ácido hialurónico, glicerina y ceramidas, que ayudan a retener la humedad. La aplicación de hidratantes de manera constante ayuda a la piel a mantener su elasticidad y firmeza, lo que puede prevenir la aparición de arrugas y líneas finas, retrasando la aparición de signos prematuros de envejecimiento.

Protección solar

A pesar de que el sol parezca menos amenazante en invierno, sigue siendo importante proteger la piel de los rayos UV. El uso de un protector solar con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30 es una buena idea para usar en las partes más expuestas al sol como manos y cara. Marcas como Isdin ofrecen protectores solares que no se sienten grasosos al contacto con la piel, facilitando su uso todo el año.

Aunque los rayos UVB son más intensos en verano, los rayos UVA, que penetran profundamente en la piel y pueden causar daño a largo plazo, son igualmente fuertes durante todo el año y pueden ser especialmente intensos en invierno, por lo que proteger rostro y manos es una necesidad.

Evitar baños calientes

Aunque sea agradable ducharse con agua caliente durante el invierno, esta práctica de higiene no es muy positiva para la piel. Darse baños con agua hirviendo puede resecar o dañar la piel, por lo que se recomienda limitar la duración de las duchas o simplemente bajar la temperatura del agua. Además, la alta frecuencia de estas duchas también puede eliminar aceites naturales que se generan en la piel o a nivel capilar, lo que puede a su vez empeorar problemas de resequedad.

Recuerda que estos consejos son generales y pueden variar según tu tipo de piel y necesidades individuales. Si tienes alguna preocupación específica o una condición de la piel existente, es recomendable consultar a un dermatólogo para obtener una guía personalizada.