Revolución de la Sexalescencia: Cómo es la nueva madurez conectada, tecnológica y autónoma

Nuevas épocas necesitan nuevos conceptos para describirse. Así es como ha emergido un nuevo término que promete ser revolucionario: la sexalescencia, acuñado por el abogado Manuel Posso Zumárraga, que describe a una generación de adultos mayores de 60 años que están redefiniendo lo que significa envejecer.

Así lejos de conformarse con el estereotipo de la tercera edad, estos individuos son pioneros en un movimiento que desafía las expectativas tradicionales. Los sexalescentes son hombres y mujeres que han adoptado las nuevas tecnologías con entusiasmo, mostrando que la modernidad no tiene fecha de caducidad. También son progresistas, con un apetito insaciable por la vida, el aprendizaje y la contribución social. A su vez viajan, se relacionan y toman las riendas de su destino con una energía que desmiente su edad cronológica.

Son personas «con ganas de disfrutar de la vida, aprender, colaborar, viajar, conocer gente nueva y ser dueños de su destino, renunciando a la ubicación como personas de la tercera edad”, describe Manuel Posso Zumárraga a La Vanguardia.

Más allá de las expectativas

Este grupo ha desterrado la palabra “sexagenario” de su vocabulario, pues no ven el envejecimiento como parte de su plan de vida. Han vivido satisfactoriamente, trabajando con pasión y transformando el significado del trabajo más allá de las sombrías oficinas del pasado.

Muchos han encontrado su vocación y se ganan la vida con lo que aman, lo que les confiere una sensación de plenitud que desafía la idea de jubilación.

En tanto, las mujeres sexalescentes, en particular, han navegado por las olas del feminismo y han forjado caminos únicos, eligiendo estudiar, trabajar o vivir de maneras que desafían las expectativas. Estas mujeres, nacidas en los años 50, no se conforman con ser las “suegras” de antaño, ya que tienen sus propias vidas y no viven a través de sus hijos.

Características

Además, los sexalescentes manejan la tecnología con facilidad, comunicándose con sus seres queridos a distancia y disfrutando de su independencia emocional. Aunque conscientes de los riesgos, no se desmoronan ante la adversidad, sino que reflexionan y aprenden. Junto a esto, no buscan la juventud eterna en la apariencia física, sino que valoran la sabiduría y la experiencia compartida.

En la actualidad, los sexalescentes no solo recuerdan su juventud sin nostalgia, sino que celebran cada nuevo día con una sonrisa, haciendo planes para sí mismos y no para otros.

De esta forma, están inaugurando una etapa de la vida que aún no tiene nombre, pero que ya está marcando una diferencia significativa en la sociedad.