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La pandemia y la cultura

Por: Pía Gonzalez Suau, escritora | Publicado: 05.04.2020
La pandemia y la cultura museodeladignidad Autor: @fabciraolo Técnica: Collage sobre muro. Fecha: 2019 #museodeladignidad |
Han surgido opiniones indignadas, hasta un video salió por ahí, que objetan destinar un fondo de ayuda a la cultura. Me permito pensar nuestro día a día. Usted señor, señora, que alega… ¿tiene Netflix, TV cable, va al cine, ve teleseries, etc.?

Le informo que hay técnicos especializados, obreros, trabajadorxs de comidas, chóferes, etc, que no son esos «artistas» a los cuales aluden esas opiniones.

Son los que hacen posible que usted apriete el botoncito y lo pase genial. 

Si quiere los eliminamos. 

¿Le gusta la música? De cualquier tipo, aquí no se discrimina. Le informo que detrás del «artista» hay un equipo de gente que hace posible que usted prenda la radio de vuelta del trabajo, en el taco o en su casa, para relajarse, y cambie su ánimo gracias a esas melodías que lo transportan. 

Si quiere, las eliminamos. 

¿Le gusta leer? Lo que sea, historia, narrativa, ciencia o ficción, o ambas. Desde el momento que tomó un libro en sus manos, desde la niñez, con esos cuentos que posiblemente aún recuerda, le informo que detrás hay trabajadorxs, diseñadorxs, ilustradorxs, editorxs, etc. 

Si quiere los eliminamos. 

¿Se emociona con el ballet? Tal vez le gusta algo más contemporáneo o se para en la calle cuando ve un grupo bailando o interpretando una obra y detiene su caminar porque por un segundo, se inserta en otra realidad, algo que huele a magia. Le informo que detrás hay un montón de anónimos trabajadorxs, que no buscan fama, sino darle un momento donde pueda acceder a una espiritualidad diferente. 

Si quiere los eliminamos. 

Tal vez usted todavía sostiene el añoso concepto que los artistas son personas que todos reconocen en la calle y de puro poner la cara, ganan millones. No, eso no pasa aquí. Puede ser que en Hollywood e incluso puede suceder que uno o dos, ganen muy bien, pero es como decir que todos los futbolistas son millonarios igual que Alexis Sánchez o que dedicarse al fútbol te asegura mucha plata con el mínimo esfuerzo. ¿Lo diría? Por supuesto que no, porque si algo dicen los deportistas es que trabajaron mucho para lograr sus metas, independiente de sus talentos. Le informo entonces, que no es distinto para los «artistas». Que esa vieja visión que desde las alturas desciende una musa inspiradora, lo toca con su varita mágica ¡y ya está! Que en un ratito escribe ese libro, o compone esa partitura o escribe tal canción, que lo vuelven inmortal y el resto del tiempo se la pasa drogándose, carreteando, un patán. No, le aseguro que no es así, jamás he conocido esa experiencia, porque aún, a quien parece le resultó fácil, en su espalda lleva años de trabajo silencioso, de muchas frustraciones que lo impulsan a seguir, de honorarios precarios que obligan a hacer mil trabajos para poder hacer eso otro, en las horas que usted descansa. 

La mayoría no tiene sistema de salud que lo respalde ni lo ampare en la vejez, aun cuando trabajan con su cuerpo. Paramos y morimos en hospitales, como el ochenta por ciento de los chilenos, vivimos al día, sin saber que pasará el próximo mes y cuando algunos se ganan eventualmente alguna beca que está destinada a pagar por su obra en un año de trabajo, si de verdad se divide por las horas trabajadas, no llega ni a un sueldo mínimo. 

No sigamos llorando, usted dirá que hay otras urgencias. Si, tiene razón, si no comemos o nos enfermamos, morimos. ¿Es este un país que destina cifras para cientos de cosas, que no son exactamente salud, vivienda, educación? Es innegable que sí. Es cuestión de informarse para ser testigos de robos, parentela protegida por el gobierno, inversiones brujas y todo lo que alimenta una desigualdad crónica. Por consiguiente, tiene más que ver con una voluntad política, a la que no interesa que usted y ojalá todos puedan acceder a alimentar su mente, a gratificar su espíritu, a no vivir alienados sino críticos, a aprender a distinguir, a diferenciar, a alegar si algo no les parece, a desarrollar argumentos. 

No creo que todo esto quiera eliminarlo, tengo la certeza que no quiere ser una zombi social, que no goza ni sufre, solo camina en manada. 

Le cuento que ahí es donde entra el arte. Lo otro, es frivolidad, es como decir que lo importante de un buen deportista es con quien se casa o la marca de su auto. Y menciono el deporte porque es probablemente, lo que más conoce. Hay «artistas» que son visibles, la gran mayoría no lo es, pero no se me ocurre imaginar qué sería de una sociedad sin sus trabajos y perseverancias.

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