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VOCES| Cien escritoras chilenas exigen salida de Macarena Santelices: «El gobierno nos golpea con la designación en el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género de una persona que valora la dictadura»

Por: El Desconcierto | Publicado: 08.05.2020
VOCES| Cien escritoras chilenas exigen salida de Macarena Santelices: «El gobierno nos golpea con la designación en el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género de una persona que valora la dictadura» FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO |
Cien escritoras, académicas y editoras chilenas, entre las que figuran la Premio Nacional de Literatura Diamela Eltit, Lina Meruane, Nona Fernández y Alejandra Costamagna, firmaron una carta en la que exigen la salida de la nueva ministra de la Mujer, Macarena Santelices. Aquí publicamos un fragmento de la carta.

Las escritoras, académicas, editoras, ilustradoras, fanzineras, traductoras, docentes, profesoras, estudiantes, libreras, bibliotecarias, diseñadoras y trabajadoras de la cadena del libro consideramos que la designación de Macarena Santelices como ministra de la Mujer y de la Equidad de Género es un acto de abierta agresión hacia los movimientos que protegen y luchan por los derechos de las mujeres y las disidencias sexuales. Experimentamos la desafortunada decisión de Sebastián Piñera como un intento de liquidar nuestras amplias demandas, que incluyen la defensa de los derechos humanos, los derechos sobre nuestros cuerpos y territorios, una vida sin violencia ni precarización y la inclusión de personas migrantes a la vida nacional. Con este anuncio, el gobierno hace efectiva su promesa de hacer una guerra a la ciudadanía exponiendo a las personas más capacitadas para abordar las necesidades de las mujeres y las disidencias a un liderazgo fallido, peligroso y que se ha posicionado ––en su vida, sus declaraciones y su práctica profesional–– en contra de nuestras luchas históricas. Por tanto, mujeres de la cadena del libro nos sumamos al coro de repudio sobre el anuncio del gobierno para afirmar: no nos representa; Macarena Santelices debe renunciar. Durante la jornada del 6 y el 7 de mayo, las mujeres de letras que firman sumamos nuestras plumas para delinear nuestra postura:

 No se puede crear nada desde la desmemoria. Nadie que justifique el atropello a los derechos humanos puede representarnos. Las mujeres hemos luchado demasiados años por la dignidad, por la justicia y en esa lucha muchas han perdido la vida. Por respeto a ellas, ahora no es tiempo de amarrar la lengua, nuestro rechazo debe escucharse/leerse con toda fuerza desde todos los rincones del país.

En los últimos meses fuimos millones las que salimos a la calle para manifestarnos contra la desigualdad de género y la violencia múltiple hacia las mujeres y las disidencias sexuales. Hoy, cuando han aumentado dramáticamente las denuncias por violencia intrafamiliar durante el confinamiento, el gobierno nos golpea con la designación en el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género de una persona que valora la dictadura, que considera que hablar de derechos humanos es un “circo”, que viene de trabajar en programas televisivos que cultivan la misoginia y que ha despreciado públicamente a lxs migrantes. Hoy no podemos estar en la calle, pero seguimos siendo millones y estamos igual de activas, conscientes e indignadas. Somos millones las que, desde el confinamiento, exigimos la renuncia de Macarena Santelices.

Las mujeres han participado en la historia escribiendo con sangre. Una sangre que se ha hecho costra sólida y que nos sostiene una a la otra gracias a la memoria del horror y un horizonte de esperanza hacia donde giramos nuestros ojos. Una mujer fascista, xenófoba y autoritaria que ha estado de espaldas al pasado y que ha aplaudido al asesino no puede liderar ninguna institucionalidad que intente protegernos en medio de una pandemia que nos tiene en riesgo tanto fuera como dentro de nuestras casas. No lo aceptamos. No lo permitiremos.

“Júzguenme por lo que hago desde hoy en adelante”. Podría ser la redención de alguien que conoce su pasado y entiende sus desaciertos o sus crímenes, dependiendo del nivel de violencia con el que se relacionó con el entorno. Pero este gesto dista de cualquier intento de limpieza política y de bautizo barato. Aquello que se quiere borrar con la boca, no es posible de ser eliminado en la memoria. Así, la identificación de la ministra con su terrible tío dictador anula toda posibilidad de ejercer un cargo que es, en sí, un premio: representar a las mujeres que no pueden expresarse. Las caras de las torturadas han deambulado por las calles del país y van cambiándose de cuello generación tras generación. La violencia cambia de nombre y de zapatos, pero sigue siendo la misma. Hay una deuda vital, fantasmal y retroactiva, imposible de ser saldada por quien utiliza a su favor los horrores de su linaje.

No se trata de ir en contra de otra mujer o de convertirla en chivo expiatorio de una administración deplorable. Somos mujeres de palabra y por ellas la hemos conocido: sus lamentables opiniones sobre el pinochetismo, la inmigración y movimiento social. Su nombramiento más que una provocación es una violencia ejercida en contra de nuestra memoria e historia. Las mujeres, letradas o no, hemos seguido manteniendo la economía en la pandemia desde la casa, y ese poder invisibilizado es la verdadera cordillera de los Andes ––que no se vaya a caer encima.

No se nace mujer, sino que se deviene mujer, dijo la feminista Simone De Beauvoir. No basta ser mujer biológicamente para comprender materias de género. Es más, existen mujeres que avalan lo abusos y sostienen los abusos de la sociedad patriarcal. (…) Macarena Santelices no cumple con los requisitos básicos para ser Ministra. Su nombramiento es un ofensa y una humillación imperdonable a las mujeres chilenas.

Macarena Santelices es una burla, una ofensa, un ataque directo a todas las mujeres que hemos estado trabajando por mejorar el actual estado de las cosas. Al contrario de lo que se nos enseñó, en el riguroso mercadeo del padre y a pesar de las pestes del mundo, como país neoliberal a ultranza, las mujeres hemos ido desarrollado un proyecto hacia lo colectivo, de apoyo permanente. Aprendimos a ser solidarias, no competitivas, compañeras, preocupadas de nuestro entorno y nuestras pares. Con una ministra como Santelices, que porta simbólicamente y desde su discurso un proyecto antimujer ––sabiéndolo o no––, la derecha chilena está nuevamente instalando sus mecanismos simbólicos de dominación.

En tiempos de confinamiento, cuando, además de la crisis sanitaria, social, cultural, económica y mental, hay un aumento alarmante de la violencia de género, el gobierno de Piñera nuevamente se burla de todas nosotras, desconociendo las demandas que las mujeres chilenas han instalado con fuerza en los últimos años y que la gran mayoría del país comparte. 

(…)

Luego de un largo vacío en esta cartera ministerial (la renuncia de Plá en el mes de marzo), el gobierno de Sebastián Piñera, en tiempos de pandemia, con desparpajo nombra a una mujer que carece de preparación en el área de género, una mujer de corte tradicional militante de la derecha dura (las feministas sabemos bien lo que esto significa), una mujer que ha descalificado el movimiento social de octubre del 2019, que ha sido una figura mediática en programas de televisión que se dedican a la farándula; una mujer que justifica la dictadura por sus logros económicos y por lo tanto violenta con este gesto a quienes hemos luchado por los derechos humanos de modo incansable. 

(…)

La creación del Ministerio de la Mujer fue producto de un largo camino de luchas; tuvo como propósito enfrentar con mayor efectividad los problemas que afectan fundamentalmente a las mujeres, pero que viven también innumerables ciudadanxs LGTBIQ+. El nombramiento de Macarena Santelices como ministra es una afrenta a esa historia. 

(…) 

Designar como ministra de la mujer a una persona que no solo no tiene la trayectoria, las competencias, el compromiso ni la motivación, es un desprecio directo hacia todas las mujeres a las que sí nos importa nuestro lugar en la sociedad, en la cultura y en el relato que construimos para las que vendrán. Pero esta provocación en lugar de silenciarnos nos hará más fuertes y nuestras voces se sentirán desde todos los rincones del país.

Los párrafos anteriores fueron escritos por: 

Mónica Ramón Ríos, escritora y editora/ Rosabetty Muñoz, poeta/ Alejandra Costamagna, escritora/ Colectivo Communes, proyecto político editorial/ Natalia Berbelagua, escritora/ Rubí Carreño, académica/ Andrea Jeftanovic, escritora/ Nona Fernández, escritora/ Diamela Eltit, escritora/ Eugenia Prado Bassi, escritora/ Catalina Mena, poeta y periodista/ Gilda Luongo, escritora feminista/ Lorena Amaro, crítica literaria y académica/ Natalia Matzner, fanzinera y doctoranda en Estudios Americanos/ Pía Barros, escritora/ Andrea Maturana, escritora/ Eva Débia, escritora/ Paz López, académica/ Lina Meruane, escritora/ Claudia Apablaza, escritora y editora/ Beatriz García-Huidobro, escritora y editora

Firman también 100 escritoras chilenas.

Revisa aquí la carta completa y la lista de firmantes

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