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Guionista de película sobre atentado al dictador: “Pinochet seguía bastante vivo hasta el 25 de octubre”

Por: Bastián Fernández, periodista | Publicado: 11.11.2020
Guionista de película sobre atentado al dictador: “Pinochet seguía bastante vivo hasta el 25 de octubre” Backstage ©Pedro Rojas Jorquera |
El poeta y dramaturgo Pablo Paredes conversó con El Desconcierto sobre “Matar a Pinochet”, película que se estrena este jueves 12 de noviembre y está centrada en el atentado al dictador en 1986. Según cuenta Paredes, una de sus motivaciones para acercarse a la cinta fue reivindicar la imagen del FPMR.

La noche del 22 de octubre, previo al plebiscito que sería el comienzo del fin de la Constitución pinochetista apareció proyectado en el cerro San Cristóbal un curioso mensaje: «Matar a Pinochet». Particular forma de comenzar una campaña para la película del mismo nombre que se estrenaría tres semanas después.

El poeta y guionista Pablo Paredes

Pablo Paredes, uno de los tres guionistas del filme, cuenta que el director Juan Sabatini lo invitó a él y a Enrique Videla a escribir el guion de Matar a Pinochet. Con Videla se conocían hace un buen tiempo, ya que habían trabajado juntos en la exitosa serie El Reemplazante. El nuevo proyecto trataba sobre el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, por lo que no pudo rechazar la oferta.  

En su biografía la organización armada tiene un gran valor. “En dictadura yo fui un niño de la población José María Caro y si existían los superhéroes, eran los frentistas. Por lo tanto, así como quizás un guionista gringo quiere que lo llamen a escribir sobre Superman, los niños de las poblaciones que nos transformamos en guionistas de alguna manera soñamos con que nos invitaran a escribir sobre el FPMR”. 

Pero agrega que si bien los integrantes del Frente pueden ser parecidas a Superman también pueden ser todo lo contrario. “No vienen de Kriptón. Vienen de la Pincoya, son gásfiters, académicos, universitarios, profesores de educación física. Son personas a las que la dictadura les asesinó a sus familiares. Gente que ha visto morir a sus vecinos. Entonces de alguna manera sí, son nuestros superhéroes de carne, de hueso y sumemos a eso un montón de sangre”.

A la hora de juntarse con Videla y Sabatini a escribir el guion, uno de los puntos más importantes fue que los tres creen que la historia no ha sido justa con el Rodriguismo. Paredes indica que hay un ninguneo que empezó en la dictadura y siguió durante la transición a la democracia. 

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-¿El proceso de guion cómo fue? Tengo entendido que tomaron cuatro años en escribirlo… 

-Es un proceso larguísimo, de hartas vueltas. Hace poco lo conversaba con Juan Cristóbal Peña –escritor del libro Los Fusileros: crónica secreta de una guerrilla en Chile– después de ver juntos la película, sobre todas esas decisiones que hay que tomar para efectos de un guion.

El libro de Peña ya tiene que tomar decisiones que son los encuadres que toma. En una película son mucho más acotados de los que permite la literatura o la investigación periodística. El desafío también estuvo en definir qué tanto contábamos históricamente, qué tan coral era la película, qué tanto poníamos el acento sobre Tamara, Ramiro y Sacha. 

Todo en un desafío político super interesante, pero también angustiante sabiendo que hay tanto que contar. Siempre pensando en que la película tiene que ser una maquinita. En ese proceso, con Enrique Videla y Juan Sabatini nos dimos hartas vueltas. Discutimos harto. Pero como en la tesis general y política estábamos de acuerdo, siempre fue un trabajo super rico.  

-¿Durante el proceso de escritura cuál fue uno de los momentos claves?

-Cuando nos metimos profundamente en la vida de la comandante Tamara. Entro en ella desde su chapa, no desde su nombre. Fue clave preguntarnos qué rol cumplía. Qué pasó de aquí para allá, por qué la movieron. En un momento comprendimos lo fundamental de esta fusilera. Esta comandante. Esta mujer en la lucha. Y cómo su historia dialogaba con Ramiro y con Sacha. 

Son tres perfiles de frentistas super distintos. De tres Chiles diferentes: de los cerros de Valparaíso, otro de La Pincoya y otro de ese mismo barrio alto que hoy día resiste en el rechazo aislado; pero todos encontrándose en la convicción de que había que matar a Pinochet. Había que hacerlo, no por un fetiche, sino porque eso iba a generar un proceso de cambio que implicaba en sí mismo un acto de justicia, en momentos que la justicia en Chile no existía.   

-La publicidad de la película calzó con el plebiscito. En redes sociales se tomó el “Matar a Pinochet” como votar Apruebo, ¿cómo fue para ustedes estrenar en medio de este contexto? 

-Fue super curioso porque estuve trabajando de voluntario en la franja. Estuve super metido en todo ese proceso, en el que estábamos preocupados de viralizar mensajes, de sensibilizar con ciertos temas. Y de repente se empieza a cruzar con el “Matar a Pinochet” y sintonizar con este momento. 

La verdad, guardé silencio. Me dediqué a mirar cómo se generaba este pliegue de la historia donde hay una coincidencia muy bonita y potente. En nuestra película matar a Pinochet no es una metáfora. En el contexto del 2020 uno podría decir que es una metáfora, pero una muy contundente. Probablemente no haya años más efectivos para matar a Pinochet que el 2020.  

-Hay escenas de la película como las de brutalidad policial que se parecen un poco a lo ocurrido en el estallido social, ¿cómo ligas la película a la actualidad?  

-Pinochet seguía bastante vivo hasta el 25 de octubre. Por lo tanto, nos obligó de nuevo a pensar en Pinochet, Jaime Guzmán, en el proyecto de la UDI, de la derecha en general. Ahora, esa es ligación es desde la esperanza. Por fin empezamos a sacudirnos del legado de Pinochet de una forma más seria, con un cauce más concreto. 

 

Por otro lado, y las que no son bonitas noticias, volví al Chile de la absoluta brutalidad. Volví al Chile de las violaciones de los derechos humanos. A ver un cuerpo sangrando en el Río Mapocho. Algunos podrán discutir magnitudes y escalas, pero cuando estamos discutiendo sobre violaciones a los DD.HH. no deberíamos hablar de magnitudes y escalas, sino del tipo de sociedad que hemos generado y preguntarnos cómo es posible que Chile tenga carabineros como los de la dictadura. 

De alguna manera esa escena que buscaba mostrar la absoluta brutalidad policial en dictadura terminó mostrando algo que sigue existiendo.   

Matar a Pinochet se estrena este 12 de noviembre. Puedes comprar entradas para verla acá.

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