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EXCLUSIVO| Gustavo Gatica emocionado de tocar con Santaferia: La lucha sigue al ritmo de la cumbia

Por: Johanna Watson, periodista @jowapa | Publicado: 03.12.2020
EXCLUSIVO| Gustavo Gatica emocionado de tocar con Santaferia: La lucha sigue al ritmo de la cumbia Foto: Patricio Múñoz |
Parten sincronizados como reloj. Gustavo tiene ritmo, pulso, concentración y nervios de acero. Terminan con fanfarria y aplausos. El show es un regalo para los presentes y para la audiencia, todos aplauden, hay emoción, caras felices y conversaciones al cierre, se sacan una foto final entre los músicos de Santaferia e invitados.

Es martes de diciembre y el calor pega fuerte. Hay tráfico y ansiedad por llegar a Next Level, estudio de grabación donde será transmitida una jornada histórica, a través del fanpage de Radio Plaza de la Dignidad. Santaferia tocará en vivo en una sesión especial junto a Roberto Márquez, mientras que en la batería los acompañará Gustavo Gatica, el joven que perdió su visión tras ser herido por balines de Carabineros el 8 de noviembre del 2019, transformándose en ícono de la revuelta.

A más de 1 año de esos tristes días, hay alegría y convicción: durante la velada se recibirán donaciones para apoyar económicamente los trámites jurídicos que buscan liberar a los últimos detenidos del estallido. Por ello, asistíra también la Coordinadora del 18 de Octubre.

En la calle los vestigios del estallido están presentes, las murallas siguen rayadas con mensajes de contenido político y social. La imagen se mezcla con la presencia de la pandemia de COVID-19, la gente transita con mascarillas y se ven filas de personas afuera de los negocios. Paralelamente, el ambiente callejero anuncia que no es un día común: a propósito del cumpleaños de Sebastián Piñera, habrá manifestaciones y Carabineros se prepara para diluirlas.

Si yo quiero un cambio no puedo esperar 

En el ingreso a Next Level, personal de salud y equipo técnico de la banda recibe a los asistentes con termómetros y sanitizantes.

A las 16:20 Gustavo Gatica está sentado en la batería donde pronto compartirá con Santaferia. Viste una polera de Colo-Colo, shorts azules y anda en calcetines. Saluda con una sonrisa.

La banda está dispersa, conversando y compartiendo con integrantes de la Radio, técnicos y con Gustavo, que bajó al primer piso en compañía de Javiera, su polola. Tras escuchar que estuvo de cumpleaños pregunto qué signo es. “Sagitario” responde. Un poco más allá está el Pollo, vocalista y líder de Santaferia. Toma mate y comparte con sus compañeros.

Gustavo tiene tatuajes en piernas y brazos, dice que son más de 15. Distingo una pluma, un árbol y un astronauta. ¿Cómo te sientes para hoy?, pregunto. «Tengo un poco de nervios, pero estoy feliz por la causa que nos trae, que no es sólo música, hay un fondo político importante». Conversamos sentados en cajas de instrumentos, a nuestro alrededor avanzan en la producción. ¿Cómo recibiste la invitación a tocar? “Fue emocionante, la idea venía desde marzo –porque ellos (Santaferia) me regalaron la batería– pero no habíamos definido fechas. Cuando los conocí sentí que eran músicos pro, además el compa de las percusiones (Fouere) me apaña constantemente, cacha cuando pierdo el pulso y va marcando, eso se valora. Al principio ensayaba en mi casa con audífonos y la versión de estudio. En vivo es distinto y tuve que adecuarme a eso, pero en los últimos ensayos salió súper. Estoy más confiado, antes estaba nervioso”. Gustavo evidencia su arrojo, pero no olvida lo central: “Ojalá que salga bien, lo importante es que se difunda por la causa que nos trae”.

Cuando los locos nos tomemos el poder

Leticia Hernández, Coordinadora del 18 de Octubre, saluda a todos y transmite a Gustavo mensajes que vienen de la cárcel, desde el módulo de presos políticos de la revuelta. Comienza el ensayo final. Hace calor pero permanecemos con mascarillas. Los 11 músicos se agruparán en dos salas: en un lado los bronces y en el otro las percusiones, cuerdas, voz y  batería, instrumento que Santaferia no utiliza habitualmente. Gustavo toca con swing cumbiero y a pata pelá.

Foto de Ensayo: Johanna Watson

¿Te gustaría replicar esta experiencia?, le pregunté antes del ensayo. “Puede ser, no me cierro a nada, estas experiencias musicales son bacanes”. Gustavo tuvo acercamientos a la música antes. “En el liceo hacíamos covers de Los Prisioneros, pero tocaba bajo. Hace un año empecé a tocar batería y aquí estoy…” Y ahí está, acompañando a una de las bandas más importantes de la cumbia chilena del último tiempo.

El Pollo anda con una polera de La Polla Records, banda punk española que se presentó en Chile durante el estallido, con un desenlace lamentable. Pero volvamos a la cumbia y a cómo se ve su cantante: lleva pantalones negros y un jockey floreado. El pelo atado y sin trenzar como acostumbra.

Terminan de ensayar con Gustavo el tema ‘Lo que va a pasar’, compuesto por Yoyo González, bajista de la banda, que habla de la televisión y del nefasto embrujo que causa al televidente, acercándose en concepto a lo que fuera ‘Pobrecito Mortal’ de Florcita Motuda.

Mauricio Lira, guitarrista y director musical, le pregunta a Gustavo si quiere repasar. Todos están atentos a que él se sienta seguro. Los músicos avanzan con los temas del repertorio. Gustavo se acopla a la banda, a ratos parece un Santaferia más.

Pasadas las 18:00 horas, vestido de camisa negra con pequeñas estrellas blancas, pantalones holgados negros,  llega Roberto Márquez,  quien es sometido al protocolo sanitario. Gustavo Gatica aparece con una polera del Negro Matapacos y se come un burrito vegano con papas fritas. Javiera siempre está a su lado, como hace siete años. Las tres estrellas de la jornada inmortalizan el momento.

Roberto, Gustavo, Pollo. Foto: Cristóbal González

40 minutos de cumbia y rebelión

Carlos Escobar, director de Radio de la Dignidad, inicia el show pidiendo justicia para los presos de la revuelta. Entrevista al Pollo y Mauricio Lira y les comenta que “hoy es el cumpleaños del dictador Piñera”. Paradójicamente, el show partirá con Don Satán, compuesto por Pollo González el 2010 y dedicado a Sebastián Piñera. El  tema es impresionantemente atingente al estallido social. Le siguen ‘Yo canto a la diferencia’ de Violeta Parra, ‘El Gil de tu ex’, y el Pollo anuncia al primer invitado estelar. “Lo más grande de Chile” dice, y aparece en escena Roberto Márquez, para interpretar ‘Si te marchas’.

Poco antes del show, converso con Roberto sobre su vínculo con la banda y la relación con Gustavo Gatica: “Con Santaferia tenemos un vínculo de hace mucho, somos amigos, hemos estado en distintas instancias. Y con Gustavo, cuando sufrió la represión estuvimos en la clínica, después he estado en su casa. El estar aquí tiene que ver con apoyar a los presos de la revolución de octubre, su situación ha tomado tiempo, hay gente detenida hace más de un año sin tener sentencias, los familiares están luchando fuertemente y los músicos apoyamos fuerte también”.

Roberto es un hombre de la música con presencia en las causas humanitarias y esta no es la excepción. Mientras canta sus partes en ‘Si te marchas’, recuerdo lo que ha comentado hace un momento:  “Gustavo no deja de sorprendernos, tiene entereza y potencial, se ha volcado a la música con Santaferia y ha estado en distintas instancias apoyando a gente que sufrió la consecuencia de la represión. Para mí es un orgullo que me inviten a compartir con un hombre imprescindible, por eso en nuestro concierto le dedicamos ‘El Necio’ de Silvio Rodriguez, él es de esos hombres que luchan toda la vida, a pesar de lo que le sucedió, lo suyo es una lección para todos”.

Un rato antes, Gustavo también tuvo palabras para él: “Roberto es un referente, cuando supe que iba a estar acá fue bacán, compartir este espacio musical con él es un honor”.

Roberto termina de cantar y los bronces vitorean al dueño de la voz con sello altiplánico más importante de Chile. La fuerza inconfundible de su registro vocal sigue marcando presencia en nuestro país. La energía que hay en la sala es esperanzadora. Se nota que había ganas de tocar y que se ha vuelto a sentir el cosquilleo de tocar en vivo.

Llega el momento más esperado de la velada: el Pollo anuncia a Gustavo Gatica, bromeando con que entrará a escena Chayanne, a propósito de un micrófono que lleva en la cabeza. La emoción al verlo entrar a la sala acompañado de su novia, haciendo bromas por el calor, hacían de su ingreso un momento relajado. Pero al verlo en su instrumento se sienten muchas cosas.

Parten sincronizados como reloj. Gustavo tiene ritmo, pulso, concentración y nervios de acero. Terminan con fanfarria y aplausos. El show es un regalo para los presentes y para la audiencia, todos aplauden, hay emoción, caras felices y conversaciones al cierre, se sacan una foto final entre los músicos de Santaferia e invitados.

Las conclusiones del Pollo sostienen la tónica que se vio durante la tarde: “hacer esto por gusto y no por una cosa económica es significativo, este show no es una pega. Es lindo ver a los técnicos que suben y bajan preocupados, veo eso y siento que volvimos a tocar. Compartir con Gustavo es bacán, nos hemos acercado de a poco, entendiéndonos a través del lenguaje musical. Gustavo estaba un poco nervioso, le faltaba una pilsener, ja, pero lo hizo increíble, es maravilloso volver a  tocar con los cabros de esta forma, es simbólico, porque lo hacemos con amor y que Roberto apañe es bacán”.

El compromiso de Gustavo

Los músicos se despiden, algunos se van, otros comparten. Hay satisfacción en el ambiente.

Gustavo comprometido con la música, con los miembros de Santaferia, con los presos de la revuelta. Pregunto si considera replantear su futuro: “Es lindo el vínculo que se ha generado con varias bandas. Desde que estuve en la clínica me fueron a ver varias y tocaron ahí mismo. Hoy siento la música como un hobbie, no sé si estudiaría música, me veo más tocando por placer, pero no descarto tener una banda de amigos. Mi pega creo que será la psicología”.

Cuando nos despedimos me da un abrazo, una van lo recoge junto a Javiera, mientras que Enrique (su hermano) y su cuñada lo acercan al vehículo. Agradecen a Santaferia por la invitación. La tarde termina, ya no hace calor y la calle Violeta Parra vuelve a su cotidiana soledad. Camino hacia mi auto en silencio, con el eco de la música en el recuerdo y la imagen de un momento difícil de olvidar.

 

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