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“Ser trabajador del arte en Latinoamérica es sinónimo de resistencia”: La banda ‘Sube’ reflexiona sobre lo qué es ser artista en el contexto actual

Por: El Desconcierto | Publicado: 10.12.2020
“Ser trabajador del arte en Latinoamérica es sinónimo de resistencia”: La banda ‘Sube’ reflexiona sobre lo qué es ser artista en el contexto actual Banda Sube | Cedida
La banda nacional Sube conversó con El Desconcierto para hablar de la actualidad nacional y cómo influye en “Re-versa”, un disco que nos invita a un viaje introspectivo para resignificar nuestras experiencias de vida y a evaluar el cotidiano desde el amor.

‘Sube’ es una banda joven que se posiciona actualmente en la escena chilena con una propuesta llamativa que fusiona el rock progresivo, el jazz y sonidos latinoamericanos. Hace un tiempo estrenaron “Re-versa”, un disco que nos invita a un viaje introspectivo para resignificar nuestras experiencias de vida y a evaluar el cotidiano desde el amor.

A través de una propuesta que llaman “rock onírico”, la banda toca temas como la desigualdad social, el respeto por la naturaleza o la equidad de género de manera metafórica, logrando diversas atmósferas que se nutren de variadas colaboraciones con artistas como  Arlette Jequier (voz de Fulano), Alfredo Tauber, Hakanna (Felipe Paz), Saruy Concha, Violeta Mura y Lautaro Mura, además de la poeta Jacinta Egaña, quien colaboró con la letra de la canción ‘Habita en ti’.

En entrevista con El Desconcierto, la banda compuesta por Amanda Mura (piano, voz y composición), Elías Armijo (voz), Millaray Gibert (trompeta), Raúl Moya (bajo), Vicente Verdugo (batería), Javiera Hunfan (clarinete y saxofón) y Pedro Salgado (sintetizadores) reflexiona sobre este nuevo trabajo, sobre la experiencia de Sube en el confinamiento y sobre lo que es ser trabajador o trabajadora del arte en medio de una crisis cultural que se arrastra de mucho antes de la pandemia del COVID-19.

Re-versa es un disco que invita a resignificar la realidad, proponiendo una lectura de los acontecimientos desde el amor. En este sentido, ¿Cómo piensan que la música, y en particular su música, puede ayudar a sus auditores a tomar estas perspectivas para aplicarlas en su vida cotidiana?

Nuestro álbum indaga en el inconsciente humano a través del mundo de los sueños, emociones,  paisajes de la naturaleza y recursos psicodélicos. Es desde ahí que invitamos al auditor a conectarse con sus emociones y, sobre todo en estos contextos de cambio, a reinventarnos y resignificar nuestras experiencias de vida.

Creemos  que la interpretación del rock onírico, así como de todas las obras que crea el ser humano, están sujetas a distintas versiones según la percepción del auditor. En ese caso, pueden rescatar distintas características, pasajes, canciones, sonidos que le permiten aferrarse a ese cuestionamiento individual y así llevar nuevas reflexiones al cotidiano.

El disco se trabajó y estrenó en medio de dos sucesos bastante anormales e intensos como son el estallido social y la pandemia del COVID-19. ¿Cómo han aplicado la filosofía de este disco a su quehacer como músicos en este contexto? ¿Qué miradas les entregó este contexto que pueden rescatar y compartir?

 Creo que lo que hicimos todos, no solo Sube y todo el mundo del arte, fue «re-versar» sus formas de relacionarse con el medio. Desde un punto de vista práctico, la tecnología nos ayudó a no perder el contacto comunicacional y a su vez, poder seguir trabajando de forma remota. En ese sentido, descubrir nuevas formas y nuevas prácticas, flexibilizar, ceder, modificar nuestro quehacer fue lo que rescatamos del disco y que estamos realizando en nuestro cotidiano.  Por otro lado la crisis que comenzó el año pasado ya la llevábamos viviendo mucho tiempo, fue una especie de olla a presión que estalló en octubre y las canciones del álbum hablan de este hastío de las estructuras de poder y las ganas de generar cambios desde lo personal hasta lo colectivo.

Tanto el estallido como la pandemia han profundizado la crisis que viven los y las trabajadoras de la cultura y las artes. Desde su experiencia como banda, ¿Qué cosas se mantienen y cuáles han cambiado en relación a lo que significa ser artista o música en una sociedad como la chilena?

El estallido fue una oportunidad para reencontrarnos en nuestro rubro y comenzar a hablar de nuestras problemáticas en este campo artístico, que es profundamente hostil. Desde la reunión como músicos en diferentes cabildos se hicieron diagnósticos críticos de nuestra situación laboral que está totalmente precarizada

Ser trabajador del arte en Latinoamérica es sinónimo de resistencia y eso, lamentablemente, no es muy distinto en una sociedad como la chilena. En términos estatales la cosa ha ido de mal en peor, y eso es evidente. En ese sentido, nuestra condición laboral no se ha visto modificada -o quizás sí, siendo esta nivelada para abajo-. Sin embargo, creemos que la gente durante esta cuarentena valoró mucho lo que puede hacer el arte en nuestra vida cotidiana. La gente desarrolló habilidades nuevas, vio conciertos, olvidó por un momento el hecho de estar permanentemente «produciendo» para el capital, y se encargó de producir para sí mismos. Creo que si no hubiera sido por el arte, la sociedad chilena no podría haber sobrellevado las actuales condiciones de vida.

¿Cuáles son los pilares fundamentales que deberían establecerse en una nueva Constitución para asegurar la seguridad social y la calidad de vida de los y las trabajadoras de la cultura y las artes? 

Las artes y la cultura deberían considerarse como trabajos esenciales en la sociedad así como lo es la salud o la educación, por lo tanto debería tener el mismo resguardo que tiene cualquier trabajador. Creemos que es fundamental el desarrollo de una seguridad social para el mundo del arte y para toda la sociedad en verdad. El estado no nos garantiza nada. Entiende nuestra labor desde los concursos públicos y los presupuestos anuales siguen bajando. El desarrollo de un seguro social para el rubro es primordial. Por otra parte, creemos que es fundamental educar desde el arte, educar desde el mundo artístico hace que la gente cultive el autoconocimiento, y descubra sus habilidades.

A nosotros nos educaron bajo parámetros sesgados que no involucran los procesos creativos, y vivimos desarrollándonos en cierto molde, un molde añejo y donde no todos entramos. Algunos crecimos pensando que éramos malos para las matemáticas, y ahí nos quedamos, programados para fallar en matemáticas, pero no nos dijeron que hay procesos creativos que se pueden explorar no necesariamente desde los números o desde el método científico, sino que desde la imaginación.

Puedes escuchar “Re-versa”, el nuevo disco de Sube en Spotify

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