«El arte urbano en Chile se caracteriza sobre todo por su contexto geográfico», afirma el destacado muralista Mono González en el prólogo de Arte Callejero en Chile, editado por Ocho Libros.
Algo refrendado en una obra que hace un recorrido de norte de a sur, por ciudades, murallas y distintas realidades socioculturales para mostrar lo mejor de los distintos lenguajes plásticos plasmados que se plasman en la calle.
El libro llevado a cabo por los franceses Arthur Dressler y Albane Ligeour, «se suma a la larga lista de investigadores y fotógrafos que se han visto fascinados con el arte callejero chileno y los diversos lenguajes plásticos plasmados en las ciudades y suburbios del país, realizados por artistas y activistas premunidos de spray, rodillos, pinturas, cartón, esténciles y un estallido de colores, rostros y formas, y, sobre todo, de mucha energía y pasión creadora», asegura Gonzalo Badal, editor de la obra.
Un recorrido ameno para los neófitos y los avezados en el graffiti, muralismo o arte callejero -según uno quiera decirle- que muestra la riqueza cultural de un Chile que escapa de la institucionalidad artística.
Un trabajo muchas veces anónimo. «Era de todos, para todos. Por mi parte, me considero un trabajador del arte y no un artista» rememora el Mono González sobre ese trabajo colectivo, hecho por miles de manos, que los autores.